XX. Nuevos.

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Las cosas no habían resultado exactamente como Richard lo esperaba, el rey no lo había dejado ir con su familia y seguir sus vidas sin tener que preocuparse de la guerra. La princesa Susan hablo tan bien de como la protegió y la trajo de regreso sana y salva que el rey nombro a Richard protector personal de la princesa, un título que el rey de Tormenta copio de uno de los atacantes capturados del reino de Calor.

Si no eres un soldado ni un cadete ¿Qué eres chico? – exigió saber el rey al chico que había capturado, había sido golpeado y herido, pero no dijo nada, solo tres simples palabras.

Soy un protector – declaro el chico y fue lo único que escucharon de su parte, lo siguieron torturando, pero él no revelo nada más.

La princesa Susan le conto todo lo que vivió en su corta estancia en el mundo humano (omitiendo el encuentro con Valentina) y le pidió a su padre el poder pasar más tiempo en él.

Olvídalo Susan, es peligroso y además eres muy joven – le contesto el rey de Tormenta con firmeza.

Pero padre, no es tan malo como crees – insistía la princesa Susan.

Tu madre bajo al mundo humano y regreso como una estatua de hielo – seguía negando el rey.

Richard puede acompañarme, el conoce ese lugar, vivió ahí gran parte de su vida, conoce los portales de regreso y tiene entrenamiento; padre, mis estudios en Tormenta ya concluyeron, quiero hacer más que solo ser la princesa que sobra en el palacio – rogaba Susan con desesperación.

Cariño, tu no sobras – contesto su padre en tono suave.

Claro que sí, todo gira alrededor de Malory, sé muy bien que ni siquiera te acordabas de mi durante el ataque, era muy pequeña cuando mi madre se fue, pero apuesto a que ella si se hubiera percatado al instante de que faltaba una de sus hijas – sin más que decir, esperando que el remordimiento carcomiera la cabeza del rey, Susan salió de aquella estancia armando todo un teatro como tantas veces vio que su hermana hacía.

Horas más tarde, una mucama llego con una maleta llena de ropa no tan fina como la que estaba acostumbrada a usar: pantalones, blusas, chamarras y vestidos cortos, para nada pomposos.

¿para qué es todo esto? – pregunto confundida.

Su padre solicito que se lo trajera, necesitara esta ropa para no llamar la atención con los humanos – dicho esto, la mucama le guiño un ojo poco antes de salir de la habitación, pero regreso casi al instante – casi lo olvido, su carruaje sale en media hora, debe reunirse con su protector cinco minutos antes, no creo que quiera llegar tarde.

Richard había sido llamado por el mismísimo rey, lo cual no le pareció tan extraño, después de ser nombrado protector, sabía que lo peor había pasado y no debía preocuparse.

Majestad – dijo al entrar acompañado de una reverencia - ¿solicito mi presencia?

Así es muchacho, necesito que prepares tus cosas – contesto el rey de Tormenta.

¿mis cosas? – pregunto el joven con confusión.

Si, ya sabes, ropa y ese tipo de cosas. Te iras de aquí, te nombre protector de Susan y ella quiere conocer el mundo humano y tú la acompañaras para asegurarte de que este a salvo – Richard no cabía en sí de la felicidad de poder dejar al fin aquel palacio.

Por supuesto majestad – respondió el joven en tono firme tratando de contener su felicidad.

Una última cosa, ¿Qué tan bien conoces ciudad Stazioni? – pregunto el rey Tadeo.

Como la palma de mi mano, mi rey – contesto con una sonrisa radiante poco antes de salir de la habitación.

Partieron esa misma tarde y los instalaron en una casa a las afueras de la ciudad, Susan y Richard estarían ahí de lunes a viernes e irían a la escuela como personas normales, pero los fines de semana Susan debía volver a Tormenta para reportar lo ocurrido durante la semana y sobre los avances sobre una misión especial que le dio su padre:

Mi linda niña es cierto que has crecido, te concedo la petición de conocer el mundo humano, pero debes hacer algo por mí, ciudad Stazioni es donde encontraron a tu madre y tu hermano congelados, existen rumores de que las princesas están escondidas ahí. Encuentra a la princesa de Hielo, no se quien sea, pero si la heredera de Marina no congelo a tu madre, solo queda una opción. La princesa no murió al dejar Frio como todos creíamos, encuéntrala y tráela ante mí, solo con ella tu madre y tu hermano regresaran y seremos una familia como antes.

Confió en ti Susan y recuerda, este será nuestro secreto.

Con cariño, Papa.

¿Qué es lo que estás leyendo? – pregunto Richard con curiosidad.

Nada – contesto Susan cerrando la carta – apuesto a que tu amiga estará feliz de verte – sonrió para el chico mientras este a su vez sonreía de solo imaginar el poder recuperar su antigua vida.

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La reina Iris no solo estaba preocupada, estaba al borde del pánico. Durante el ataque al reino de Tormenta, Calum fue uno de los soldados que se infiltraron, era uno de los líderes y lo capturaron. La misión había sido todo un éxito pues extrajeron lo que buscaban, sin embargo, no todos regresaron. La reina Iris ocupaba todos sus medios políticos como reina para poder recuperar a su soldado sin mucho éxito.

Les juro que hago lo posible para regresar a Calum, pero les pido que no se involucren, ustedes deben turnarse para vigilar a la princesa de Calor durante la ausencia de su protector – ordeno la reina Iris.

Pasaron ya dos días, esto no puede seguir así – reclamo Ian.

Lo sé, Ian, pero les pido paciencia, solo deben esperar un poco más – contesto la reina de Arcoíris.

Si esperamos más, Calum tal vez esté muerto – replico Ian.