Príncipe Azul

Cizaña

Eliam

-o les hace falta un chofer- Zaida repite y sé que lo hace para ella misma

La semilla de la cizaña está sembrada; llegamos a la puerta de su casa y pasamos casi 15 minutos entre besos y caricias sin malicias

-debo salir unas semanas del país- le digo captando su atención -debo cerrar unos negocios y no puedo delegarlo en nadie-

Baja la cabeza triste como una niña que acaba de enterarse que el ratón de los dientes es su papá, lo que me provoca una inmensa ternura que me ata más a ella

» prometo escribirte a cada rato, no te darás cuenta de que no estoy-

-no debí aceptar tus besos- me hace bembita -ahora me harán mucha falta-

La vuelvo a besar – ¿no es posible que me lleves en una maleta? - dice contra mis labios sonrío y la sigo besando; no te apresures querida, me digo para mí mismo, todo tiene su tiempo

-debes entrar, tus padres creerán que estamos fabricándole nietos durando tanto aquí-

-Mis padres tal vez estén intentado darme un hermanito aún tienen la llama de la esperanza viva y practican todas las noches-

-información no útil que no me era necesario saber-

-no puedo sufrir sola, así que compartiremos este secreto horrendo entre los dos- quita su cinturón de seguridad, me da un piquito y sale rumbo a su casa y arranco cuando la veo entrar

****

Recorro el continente europeo casi entero, necesitamos lugares para expandir nuestro imperio hotelero; cada lugar que voy me tomo una o dos horas para lograr mi encomienda autoimpuesta de cambiarle el guardaropa a Zaida, elijo ropa formal, como mi pronta mujer debe vestirse así ante los lugares de que frecuentaremos.

Me escapo aunque no duerma para hacer viajes privados a RD, para llevarle lo comprado y para verla, ella me dijo que no debió aceptar mis besos por su bien, pero creo que quien no debió aceptar sus besos por mi bien fui yo, porque ya sí que me tiene emperrao.

Pienso en su sonrisa cada vez que me ve y sonrío satisfecho, mi celular suena con el tono de llamada que le asigne a ella y me extraña, casi siempre soy yo el que la llamo.

-Mi negra- escucho hipidos al otro lado de la línea

» voy para allá- le digo apresurándome a hacerlo

-no, es un disparate por el que estoy así-

-un disparate no te puede hacer llorar, iré para allá, no llegaré inmediatamente0 pero llegaré-

-no, sí sé no te llamo, solo... solo añoñamé un chim por aquí-

Cambio a video llamada, la veo tirada en la cama con un monto de ropa - ¿Qué tienes mi negra? - oculta la cara en su almohada

-las chicas vinieron y me dijeron que estaba cambiando mucho desde que estaba contigo y explote, sé que lo hice mal, pero le dije muchas cosas que ahora estoy arrepentida-

-dame los detalles- finjo interés tratando de borrar mi sonrisa

-le dije que no quería vestirme como puta y que estaba harta de ser su chofer – SIIIIIIIII, celebro para mi

-eso fue intenso-

-lo fue-

-¿Cómo reaccionaron?, ¿te golpearon?-

-no, como crees- se limpia las lágrimas y continua -se fueron y me dejaron sola-

- ¿cómo sola? ¿Y yo qué? – le reclamo entre sonrisa, tratando de que piense que la quiero hacer reír, aunque estoy super feliz, quiero que se aleje de sus “amigas cuanto antes”.

-¿crees que me perdonen?-

-claro que sí son tus amigas, te conocen mejor que nadie y sé que te aman, aunque creo que son ellas las que están exagerando, porque aunque le das todo lo que puedes y te sacrificas por ellas, siento que te reclaman porque entienden que no es suficiente- me mira con atención

» estos dos fines de semanas no he estado allá y sé que has estado con ellas en Mixer, estoy seguro que aun yo estando allá tu hubieses elegido estar con ellas en vez de estar conmigo, eso ellas deben valorarlo-

-¿son celos lo que salen a flote?- medio me sonríe

-no, es la realidad y no lo veas como reclamo- aunque claramente lo es -solo que si ellas no ven lo mucho que las aprecias entonces están ciegas-

-tienes razón- me dice convencida

-ahora quiero que dejes de llorar, te laves la carita y me digas que tal te ha quedado lo que te regale-

Sonríe y separa de la cama conmigo en línea, va al baño y lava la cara, habla conmigo de lo bien que le queda todo, me alaga por conocerla a la perfección en tan poco tiempo y la llamada que debió ser de unos 20 minutos termina 4 horas más tarde.




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