Príncipe Azul

Nada puede salir mal

Zaida

Tres días han pasado desde mi graduación, uff, me estoy preparando para la inauguración de la clínica dental y he estado haciendo diligencias que me tienen la cabeza hecha un nido de loco, pero aun así debo sacar tiempo para ir al salón y pasarme una keratina para laciar mi pelo, para ser muy sincera me gusta mi maraña, pero Eliam tiene tanto tiempo insistiendo en que quiere verme con el pelo lacio que decidí acceder. Me dirijo a mi casa, pero antes hago una parada con una sonrisa en la boca, porque sé que a mi padre le gustará

llego a mi casa y me extraña que como de costumbre mis padres no esten esperandome en la puerta, abro y grito -adivinen quien trajo picapollo- pero solo recibo un silencio que se me hace raro, me dirijo a la sala y encuentro a mis padres reunidos con...

-Eliam- me sorprendo ya que lo hacia en España su fecha de llegada era mañana, me paso la mano por la redecilla que tengo en la cabeza, ya que tengo un tubi hecho, padre

-amor- se para para alcanzarme, abrazarme y darme un beso, como lo amo

-que haces aquí? porque no me dijiste que venias hoy?-

-quería sorprenderte- me hala por el brazo y nos sentamos en el sofá frente al que estan mis padres, que no tienen muy buena cara

-que pasa?- pregunto un poco asustada

-le explico a tus padres que hemos tomado la decisión de vivir juntos- lo miro con cara de whatafock?, el pasa una mano por detrás de mi y me aprieta la cadera un poco bruzco haciéndome asentir

-si, pero no es algo que hemos concretizado- el agarre se aprieta mas

-Eliam nos dice que será dentro de un mes, cuando se inaugure la clínica- refuta mi madre, lo miro y el asiente, me aprieta y también asiento

-Hija- dice mi padre -sabemos que están metiendo mano hace mucho, pero...-

-Francisco por Dios- lo regaña mi madre

-es verdad, pero lo que quiero decir es que no nos pesa, tú eres nuestro cojombro y contigo cargamos al hombro-

-Creemos que es precipitado- agrega mi madre con la diplomacia que la caracteriza

-eso fue lo que dije- la secunda mi padre, intento contestar, pero el apretón de Eliam me deja saber que el tomará el control

-la realidad es que no vamos a discutir el tema, solo les estamos informando sobre una decisión ya tomada por dos adultos, quisimos compartir por si quieren algún requisito, como por ejemplo casarnos, solo que sea algo sencillo y familiar-

Mi madre me mira, siempre le he dicho que mi deseo es tener una boda pimpirimposa; ella me mira fijamente y bajo la mirada mientras trato de lidiar con el agarre que Eliam no pretende soltar.

-bueno- dice mi madre poniéndose de pie – pues si es una decisión de ambos no tenemos nada que opinar, si me disculpan- sale rumbo a su habitación y mi padre tras ella

 Eliam me suelta suelta y paso mis manos por mi cadera porque me duele, el solo pone los ojos en blanco y me dice que soy una shoera

-debiste decirme primero- le reclamo -no habíamos concretizado nada-

-bueno pero yo sí, tarde o temprano esto va a pasar y más vale temprano que tarde-

-es que ...-

-es que nada, estarás mejor mucho mejor- me sonríe -no es que el mundo se está acabando solo vamos a vivir juntos, seguirás siendo hija de tus padres, trabajaras en tu clínica, tendrás tus amigas, ¿Qué puede salir mal? -

Su sonrisa, su seguridad y su protección me convence, nada podría salir mal, nada.

 




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