Eliam
Odio esperar, esto debió empezar a las 6 y ya son las 7:15, una doñita se me acerca y me aborda con un tema que no entiendo la confianza que se ha tomado
-si desayunas con 5 huevos hervidos de gallina criolla y te toma un vaso grande de leche de vaca no van a querer salir de la habitación, tendrán hijos al tiro-
Hijos, ja, como si pienso tenerlos, no pienso compartir mi amor con nadie y nadie es nadie. Trato de no ser desagradable con la vieja esta que me está contando como ha hecho los 16 hijos que tiene, pero mi paciencia se desinstala cuando va por el hijo número 4.
-doña, permítame presentarle a mi madre-
Salgo de la situación dejándola sentada al lado de mi madre y me alejo lo mas que puedo, por poco y me quito la corbata para ahorcarla. 15 minutos más tarde se arma un revuelo y me doy cuenta de que ya llegó la novia, empieza la charareta del maestro de ceremonia, cada uno va tomado su lugar y solo falta la entrada de la novia, inicia la marcha nupcial y mi negra nos deja deslumbrados a todos.
La emoción me embarga y sin quererlo, sin darme cuenta unas lagrimas se deslizan por mis mejillas, su madre me mira complacida y aunque esto no fue planificado me gusta que me sume un punto con mi suegra
-el día que le hagas daño te castraré con un cuchillo de mesa con mis propias manos, luego lo freire y te lo daré a comer, cuídala, conmigo no le ha faltado amor, ni cariño y espero que siga siendo así- asiento a las palabras de mi suegro y ponemos toda nuestra atención a la ceremonia, esperando con ansias el: LOS DECLARO MARIDO Y MUJER.
Zaida
-Por el poder que me confiere la ley los declaro marido y mujer, puedes besar a la novia-
Nos besamos, salimos y vamos a la recepción, está mucho más hermoso que el salón de la ceremonia, mis amigas me abrazan y rompemos a llorar cada vez que le agradezco por lo que hicieron junto a mi mamá para que esto se lleve a cabo.
Todo transcurre normal, tanto mi esposo como yo nos sentimos a gusto, conozco a mi suegra por primera vez, si es vergonzoso, pero es la realidad, es una señora simpática y amable y hermosa como su hijo
-espero que me puedas visitar, para podernos conocer mejor-
-no creo que sea por el momento, adaptarnos nos tomará tiempo- contesta Eliam por mi
Ella asiente en sumisión
-pero trataré de en la brevedad ir a su casa, quiero saber sobre la niñez de mi esposo y ver sus fotos de chiquito- reímos, menos Eliam que me hala hacia el y pide permiso para ir a saludar a no sé quien
-trata de no contradecirme frente a mi familia, yo hablo, tu haz silencio, así es la dinámica- me sobresalto y quedo muda, sé que la presión de la boda produce ciertos percances, pero…, no vi la necesidad; nadie escuchó, sin embargo, sé que no pasaron desapercibidos los gestos, que a veces dicen más que mil palabras.
-ok-
-no te alejes de mi y despidamos de quien tengas que hacerlo, salimos en media hora de esta estúpida boda-
-el baile- le pido
-lo hacemos en la habitación-
-pero terminemos la celebración-
-cual es el show??, tu y yo hace tiempo que somos marido y mujer, ni que fueras señorita, para tanto teatro-
-está bien me despido de mis padres y nos vamos- le digo vencida y un poco triste, intento alejarme y me hala por un brazo
-que parte de que no te separas de mí no entendiste? - me freno, lo miro a los ojos esperando que sea un chiste, pero no lo es, mi semblante cambió por completo, me siento frustrada y con deseos de decirle a mis amigas que pongamos en acción el plan de escape.
-mi vida- se acercan mi padres -¿qué pasa? ¿Algo no te gustó? -
-solo está cansada, por eso decidimos irnos- contesta Eliam como ya está siendo su costumbre hablar por mí, por lo que aprovecho su mala practica y le doy un contragolpe
-sí, ve anuncia el baile, que después de eso nos iremos- sonrío y beso a mi esposo -verdad amor?- lo beso en la boca, el me muerde levemente los labios y sé que es su venganza, pero para mí vale la pena
Bailamos, él no lo hace con buena gana
-siento llevarte la contraria- le digo – perdóname, solo que este momento lo imagine y me hace feliz vivirlo contigo-
Me besa
-te perdono, sé que iras aprendiendo como ser buena esposa, solo no lo vuelvas a repetir- me sonríe, pero por algún extraño motivo so sonrisa no es hermosa es macabra.