La nonis

Zaida

Me surgen cuestionantes sobre que es el amor, esto se siente como amor, pero, estoy segura de que el amor no daña o por lo menos no fue el ejemplo que vi en mis padres.

-Eliam ya por favor, ya- le suplico con las pocas fuerzas que me quedan -ya, ya no más, lo siento, ya por favor ya-

Logro detenerlo, como puedo salgo de la cama viendo las sabanas todas llenas de sangre, el cuerpo me duele mares, pero no se compara al dolor que siento por dentro, entro al baño evitando el espejo y me dejo caer en la ducha a llorar, lloro, lloro y lloro, no sé el tiempo que pasa, solo sé que Eliam entra, me baña como si fuera de porcelana, lo que es ilógico por el comportamiento de hace unos momentos, me seca, me pone delicadamente unos pantis y me acuesta sobre la cama

-lo que me hiciste hacer- me dice, me acaricia y continúa hablando, pero yo solo escucho pitidos, salgo del transe y lo único que quiero es irme a los brazos de mi mami

-¿puedo llamar a mi mamá?- pido con el temor de volver a ser golpeada, pero es lo que me dicta el alma, lo único que quiero en estos momentos, poder escuchar la voz de mi mami

-no mi negra, mejor es que resolvamos esto nosotros solo, estaré aquí para ti, para todo lo que necesites hasta que te recuperes- los besos y las carisias, el tomo de voz con el que me habla, me confunde, ¿en serio me ama?, si me ama, pero... ¿por qué?, porque su amor me duele, porque su amor me hace sufrir, ¿Qué clase de amor es este? ¿mamá habrá pasado lo mismo antes de tenerme? ¿esto pasa los primeros días del matrimonio por el proceso de adaptación?, no sé, solo sé que me quiero morir, dejo que Eliam sane mis heridas, ilógicamente, aunque él fue que me dejó en este estado, sus besos son bálsamo para mis heridas.

Los días van pasando, mis heridas físicas van mejorando, pero las emocionales no, Eliam me trata como una reina, sin embargo, me siento como una prisionera, no tengo contacto con nadie, ni siquiera está la empleada del servicio

Eliam no me ha perdido, perdón, pero dice que me perdono, trato de buscar en mi mente lo que él tenía que perdonarme y no encuentro nada, aunque a veces como describía el libro no somos capaces de detectar nuestros propios defectos.

La mayor parte del tiempo la paso durmiendo, Eliam me lee libro, vemos películas, me peina, pinta mis uñas y a su lado tengo una atención de primera, lo que me hace confirmar que el me ama, pero que no sabe como expresar, incluso no sabe cómo pedir perdón, a lo mejor las veces que me dice que me perdona, es pidiéndome perdón.

25 días después me siento mejor, Eliam me trae mariachis, hacemos una cena romántica, son tantos los te amos que empiezo a olvidar lo que me tenia triste y cuando sellamos todo haciendo el amor, ya no tengo dudas de nada, el me ama, yo lo amo, lo nuestro es amor, lo pasado pisado y démonos una oportunidad, de eso trata la vida, de fallar y volver a empezar.

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-amor, ¿y si me dejas tener un perrito?- le hago ojitos a Eliam, pese a que las cosas han mejorado bastante entre nosotros, sigo sin poder ver o llamar a mis padres o amigas y lo único que conozco del mundo exterior es lo que puedo ver por las ventanas, no he planteado el tema de salir por miedo a que se repita el mismo episodio que me pusieron a dudar de nuestro amor.

-¿conmigo no te basta?, que harás con dos perros?-

-es solo para entretenerme cuando no estas aquí, ya he visto todas las series de Netflix, HBO, Disney plus y no me has podido comprar mi celular, creo que un perrito me ayudaría a lidiar con… pienso decir con mi jaula de oro, con mi soledad-

-veremos-

Paso el día en nada, la chica del servicio no es buena compañía, es de poco hablar, solo asiente a lo que le digo y se ríe de algunos de mis chistes malos

-¿me puedes prestar tu celular?- ella mira asustada a la cámara y luego me mira a mí y comprendo todo, no es que es mala charlando, es que lo tiene prohibido.

Llega la hora del almuerzo y como de costumbre, claro cuando no tiene reunión, mi esposo viene, pero en esta ocasión no viene solo, una bola de pelo blanco y negro reposa sobre sus manos, es una cosa hermosa

-gracias, mi amor- lo lleno de beso quitándole a la nonis de las manos -te llamaras nonis- le digo hablándole como una idiota a la perrita

-el chofer subirá las compras de ¨la nonis¨- asiento casi sin prestarle atención, me entretengo con la bola de pelos, es una juguetona y una mimada.

-oye, tengo rato esperándote para comer- me reclama Eliam con su cara de pocos amigos, que tenía mucho no veía

-voy- dejo a la nonis en su área, me lavo las manos y me dirijo al comedor, pero ya Eliam no está

-¿amor?- lo llamo al entrar al habitación, lo veo tirado en la cama con uno de sus brazos tapando su cara -¿no vamos a comer?-

-no, se enfrió la comida y ya no tengo hambre-

-¿le digo a Magalys que la caliente?- suspira y asiente

Comimos, reposamos un poco y el se retira para cumplir con su agenda, mientras yo me quedo con la Nonis, la saco para que haga sus necesidades, la paseo por el parque y aunque no se compare con la compañía de mis amigas, no me siento tan sola.

-¿quién es la chiquita de mamá, quién es?-

-Víctor, te presento a la nonis- le digo al ascensorista -nonis te presento a Víctor- la nonis le lames las manos y víctor le pasa las manos por la peluda cabecita, cuando llego ya Eliam ha llegado

-amor- lo beso la boca – la nonis es muy educada, ladra cuando quiere que la saquen hacer sus necesidades, le gusta que la bañen y es muy buena compañía, le cuento todo a mi esposo, el me escucha con atención, pero no dice nada, yo sin embargo estoy feliz y enamorada de mi hermosa perrita.

Eliam

Cada vez que llego a la casa la perra esa me saluda moviéndome el rabo y mentalmente le digo que la odio, en varias ocasiones la he pisado ¨sin querer¨ y ya estoy ideando un plan para deshacerme de ella, le quita demasiado tiempo a Zaida, solo habla de ella, solo le presta atención a la perra esa, me tiene a la verdad que muy Guimbio. Pero… que coja gabela, que le estoy preparando una sopa con muela de gayo.