Zaida
Vamos a casa de mis padres y como era de esperarse, hay está Eliam esperando, cuando nos ve se desmonta de su vehículo, mi papá hace lo mismo y mi mamá también, se va a armar la de Caín si tu no metes tus manos señor
-Solo vengo a hablar- Eliam levanta las manos en señal de rendición -seré breve- me mira -solo dame 5 minutos-
Asiento, mis padres me miran frustrados
-¿QUÉ?- me mira mi madre -¿estas loca?-
-tranquila, entremos a la casa, ya suficiente vergüenza hemos pasado en el día de hoy-
Nos dirigimos a la casa y nos sentamos en la sala
-perdónenme- empieza Eliam -los tres, sé que les he fallado- rompe a llorar -no crean que mis lagrimas son para convencerlos, yo no vengo con la intención de volver con Zaida- sopla buscando tranquilizarse -yo, yo no pude cumplir con lo que le prometí de cuidarla, porque yo mismo no le hago bien, pero es que no puedo vivir sin ti- me mira a los ojos, está llorando mucho y se me aguan los ojos también, se arrodilla entres mis piernas -perdóname, yo solo quiero que sepas que te amo, te amo como un loco, te amo demasiado, y me excedí tratando de cuidarte- se golpea la cara con las manos abierta y trato de detenerlo -soy un estúpido-
Se limpia la cara
-perdónenme, yo mismo no lograré perdonarme que perdí lo que tanto amo-
-cálmate- le digo, asiente, se limpia la cara y se sienta
-no debiste golpearla así- le reclama mi madre, él asiente en silencio y llora sentado con las manos empuñadas
-lo siento repite-
-por ahora creo que deben darse un tiempo para que sanen, para que se perdonen, por nuestra parte no estamos de acuerdo que nuestra hija siga contigo, por lo que, si ella quiere el divorcio, la apoyaremos- dice mi padre
-estoy de acuerdo- dice Eliam -¿podemos hablar a solas, en tú habitación?- me mira, algo me dice que no, pero
-si- el se pone de pie y va subiendo
-hija no- me dice mi madre
-mami, estarán aquí, no pondré seguro a la puerta, permíteme hablar con él, está roto, no está bien-
-no eres psiquiatra, ni psicóloga lo que eres es odontóloga-
-estaré bien- ambos me abrazan y me besan y yo subo a mi habitación
-estaremos aquí cualquier cosa- dice mi padre, mientras abraza a mi madre
Entro a mi habitación, cierro la puerta, pero no pongo seguro, él está mirando a la ventana y por cómo se ve, sé que está llorando
-desde que te vi supe que eras para mí, te marqué como mía, te observé fin de semana tras fin de semana por 4 meses en Mixer, no deje que nadie se te acerque- me sorprende su confesión -quiero que sepas que lo que hice y lo que haré es por amor y sobre todo por miedo a perderte, estuve toda mi vida esperándote, pero no me preparé para perderte y en eso ha consistido mi actuar, en no estar listo para no tenerte, para no estar contigo-
Se voltea mirándome a los ojos, saca algo de atrás de su pantalón y …
-te amo-
Un sonido fuerte y estridente me deja sorda, un disparo atraviesa mi pecho, lo miro incrédula y repite que me ama, mientras un segundo disparo me impacta en la cabeza, caigo al suelo y lo veo poner el arma en su boca y disparar, logro captar los pasos apresurados de mis padres, mientras suben las escaleras, su grito al entrar en mi habitación es ensordecedor cuando abren la puerta y ven la escena
-hija, no mi hija, por favor cariño resiste- mi madre me sostiene entre sus brazos, mientras mi padre trata de evitar que la sangre siga saliendo de mi pecho, toso y sé que es mi ultimo aliento, se me va la vida, sonrío, por lo menos que lo ultimo que mis padres vean sea mi sonrisa, sé que no lograran recuperarse de este dolor, pero el mal con tiempo tiene cura, y el mío ya estaba en etapa finales.
Y así, perdida en la nada, mirando el blanco del cielo raso de mi habitación, una madre pierde su hija, pierde el fruto de 23 años trabajando y formando, un padre cae en la demencia ante la impotencia de no haber protegido su hija, un estúpido se suicida, ante la sensación de perdida que produce la ansiedad por no tener el control. Quiero aferrarme a vivir, quiero ser de ejemplos para muchas mujeres que interpretan el maltrato como amor, para aquellas que son sumisa por proteger una relación, una familia, un matrimonio, por aquellas que pierden su tiempo enderezando un árbol que nació torcido o tal vez se torció en su proceso de crecimiento, pero sé que no, no sé podrá, sé que al cielo va otra estúpida más que no supo decir NO a tiempo.
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Que tiemble el Estado, los cielos, las calles
Que tiemblen los jueces y los judiciales
Hoy a las mujeres nos quitan la calma
Nos sembraron miedo, nos crecieron alas
A cada minuto, de cada semana
Nos roban amigas, nos matan hermanas
Destrozan sus cuerpos, los desaparecen
No olvide sus nombres, por favor, señor presidente
Por todos los compas marchando en Reforma
Por todas las morras peleando en Sonora
Por las comandantas luchando por Chiapas
Por todas las madres buscando en Tijuana
Cantamos sin miedo, pedimos justicia
Gritamos por cada desaparecida
Que resuene fuerte: ¡Nos queremos vivas!
¡Que caiga con fuerza el feminicida!
Yo todo lo incendio, yo todo lo rompo
Si un día algún fulano te apaga los ojos
Ya nada me calla, ya todo me sobra
Si tocan a una, respondemos todas
Soy Claudia, soy Esther y soy Teresa
Soy Ingrid, soy Fabiola y soy Valeria
Soy la niña que subiste por la fuerza
Soy la madre que ahora llora por sus muertas
Y soy esta que te hará pagar las cuentas