Príncipe de Dragones

03

—Entonces, ¿Por qué hemos huido, prácticamente, de tu hogar? —preguntó Tessa mientras seguía a paso rápido a Ivoh a través de los campos de cultivo, el sol ya asomando en el horizonte dándole tonalidades rosas y naranjas al cielo.

—Porque te harán preguntas aburridas, quiero ser el primero en saber —volteó a verla sin parar de caminar, sonrió en grande contagiando a la chica y siguieron el paso—. Aquí todo es muy calmo en realidad, no hay emociones por así decirlo, la misma rutina de todos los días, ya sabes, cultivar, sembrar, alimentar a los animales…

—Y vagar por los bosques cercanos —finalizó ella deteniéndose a ver mejor el campo—. El lugar es inmenso, creo que aquí será suficiente para Haku.

—¿Tú crees? —frunció el ceño viendo a su alrededor.

—Claro que sí —asintió, comenzó a arremangar la camisa blanca que traía fajada en el pantalón oscuro, las botas que portaba le daban algo de elegancia a pesar de que no era ese su estilo—. No te vayas a desmayar cuando la veas, no te hará daño.

—Bueno, en ese aspecto estoy tranquilo, de haber querido matarme lo hubiera hecho en el bosque —sonrió de lado—. Sin miedo, Tessa.

La joven de cabellos azabaches sonrió mientras se apartaba unos pasos, cerró los ojos mientras que su tatuaje se iluminaba en un brillo azulino para luego emanar de él pequeñas estelas del mismo color que ascendieron hacia el cielo materializando, poco a poco, a la gran bestia que irguió su cabeza con seguridad y desperezó su cuerpo sacudiéndose leve: Ivoh abrió los ojos sorprendido y encantado de poder ver de cerca y con tranquilidad a la preciosa ejemplar que lo observaba con curiosidad, Haku era considerablemente gigantesca, con grandes garras en sus fuertes patas, sus escamas eran una mezcla degradada entre azul y negro, con un largo cuello y en su cabeza dos cuernos se erguían hacia atrás ligeramente, con grandes ojos verdes y alas algo emplumadas que se extendieron hacia los lados pareciendo que abarcarían todo el ancho del prado.

La dragona se echó entre la hierba plegando sus alas, observando a su alrededor atenta pero tranquila, blandiendo su cola con pinchos que sobresalían de la misma en el extremo. Tessa se acercó a Haku para que su mano se posara en el hocico del animal que a gusto se dejó mimar; la joven jinete suspiró, observó a Ivoh que, fascinado, observaba cada parte del cuerpo de su bestia, Tessa sonrió, le parecía un chico interesante y sobre todo, valiente.

—¿Quieres tocarla? —preguntó divertida al ver que los ojos ajenos se abrieron de manera desmesurada.

—¿Puedo? Es decir, deberías preguntarle —y la pelinegra sonrió aún más por la consideración de Ivoh, porque muchos se acercaban a Haku sin pensar que tal vez ella no quisiera ser tocada. Observó a la hembra que asintió con lentitud viendo al joven granjero y acercando su cabeza terminó sintiendo la palma sobre su cabeza.

—Oh, por Dios —susurró embobado—. Es fría, toda ella es fría.

—Sí, Haku conserva su temperatura muy baja, es una dragona del sur. Vivíamos entre la nieve antes de llegar a la ciudad capital —comentó con una sonrisa—. Nuestros bosques son nevados todo el año, las gélidas temperaturas son realmente increíbles durante las épocas más invernales, deberías verlo, es una preciosura blanca.

—Maravilloso, pero, ¿No sufre el calor? —frunció el ceño tomando asiento entre la hierba, Winslet lo imitó.

—No, lo soporta bastante bien, aunque la mayor parte del tiempo viaja oculta en mí —suspiró—. Tengo que protegerla, los enemigos están en todos lados.

—¿Cuáles enemigos? Creí que nuestro reino estaba en paz desde hace tiempo —se acercó más para poder escuchar, tal vez invadiendo el espacio personal de Tessa que lo veía asombrada.

—Bueno, desde hace un buen tiempo que tenemos problemas con un reino vecino, tal parece que la familia real no quiere hacer algunos tratados con ellos por motivos que desconozco, el príncipe Adam fue agredido en una reciente excursión por una supuesta “paz” pero las cosas no salieron nada bien —Tessa apretó los labios—. Tuve que regresar a palacio a pedido de la reina, tengo la obligación de cuidar del príncipe, día y noche. Es por ello por lo que volvía, luego de hacer algo de reconocimiento en terreno fronterizo iría de inmediato al palacio a cumplir con mi deber, pero terminé aquí, aunque te agradezco tu valentía.

—Wow, tú sí que tienes grandes aventuras —abrió los ojos impactado con toda la información—. No me agradezcas, lo hubiera hecho por cualquier persona que necesitara ayuda.

—Muy noble de tu padre —asintió—. Estoy en deuda contigo, Ivoh Duncan, lo que pueda hacer por ti, lo haré.

—No, no es necesario —negó.

—Pero aun así lo hago —rió.

—Bien, bien —asintió divertido, observó a Haku que mantenía los ojos cerrados disfrutando de la tranquilidad y de los rayos del sol en su lomo, luego volteó a ver a Tessa que hacía lo mismo, Ivoh bajó la mirada por haber estado viendo demasiado tiempo a la jinete pero no pudo contenerse y volvió a posar sus orbes en la figura femenina, le parecía una persona increíble, y bella.

—¿Por qué me estás viendo? —preguntó ella sin abrir los ojos.

—¿Cómo sabes? —frunció el ceño.

—Haku me lo dijo, tú no la oyes pero yo sí —Tessa rió bajo, Ivoh volteó a ver a la bestia que ladeó la cabeza sin quitarle los ojos de encima.




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