Príncipe de Dragones

09

Ivoh había despertado temprano aquella mañana a pesar de haber entrenado unas tres horas durante la noche para mejorar su resistencia y no, no se trataba de que fuera aplicado en el área sino de que sus superiores los privaron de un buen sueño para que salieran a correr por el campus sin mencionar las rondas de ejercicios y demás que debieron soportar; algunas veces deseaba poder tener una mejor resistencia más el capitán Alistair le había dejado en claro que estaba bastante bien a pesar de haber ingresado hace poco tiempo y eso lo incentivaba mucho aunque no pareciera.

Antes de haber regresado a los dormitorios escuchó de los demás escuadrones que se estaban realizando vigilancias en las fronteras debido a otro reciente ataque en uno de los pueblos más alejados de la ciudad principal, casualmente el que se encargaba de seleccionar y transportar al resto de la nación gran parte de las legumbres utilizadas y de las carnes y cueros obtenidos; semejante amenaza a un pueblo tan importante puso en alerta a la reina quien de inmediato envió soldados a proteger la zona y al escuadrón de Jhon a sobrevolar los límites para estar más seguros, para esto último Will y Tessa partieron montando sus bestias hacia las lejanías de la ciudad listos para lo que pudiera suceder.

No era un secreto de todos estaban a la expectativa sobre el panorama político del reino, si bien no tenían enemigos declarados oficialmente, eran un blanco importante para cualquier nación que quisiera hacerse con los recursos del reino o dar un golpe para poder derrocar a la familia real —constituida únicamente por la reina y por su heredero—; a cada segundo se esperaba una alerta, escuchar las alarmas sonar para poner a resguardo a los ciudadanos, para que los jinetes y sus dragones fueran la primera línea de defensa, para comenzar con los planes de contingencia, con las estrategias de batalla y en última instancia serían los soldados del castillo los encargados de proteger a los soberanos y ese era el peor de los panoramas para todos los ciudadanos más siempre se mantenían las esperanzas intactas.

—¿Qué es lo que tienes en mente que te tiene tan distraído? —aquella voz lo saca de sus pensamientos, el arco que sostiene cae con desgano y los ojos de Ivoh van hacia su mentora que lo observa con serenidad.

—Solo estoy algo preocupado por el tema de que estén merodeando en las fronteras, ya sabes que mi hogar se encuentra a pasos de una —suspiró desconforme con él mismo por no poder concentrarse como debía.

—Ey, tus padres y hermanos se encuentran en perfectas condiciones, créeme, estuve en los alrededores antes de regresar —sonrió Tess mientras lo apremiaba con un gesto a continuar con la práctica—. Sigue, parte de la defensa del castillo está constituida por los arqueros y debes ser uno excelente, eso lo lograrás con la práctica ardua y constante.

—La constancia y perseverancia hace al maestro —sonrió sabiendo el refrán de memoria.

—Exacto —asintió acercándose para quedar frente a él mientras direccionaba la flecha—. Posición firme, fuerte, nada debe moverte, tu torso está anclado a tu cuerpo y este al suelo, si te empujo, ¿Cederás? —apenas dio un empujón a Duncan que se tambaleó hacia atrás—. Mal, firme, con fuerza, eres quien va a darle a la flecha la dirección, fuerza y velocidad de ataque, si tú estás débil, ella igual. No vas a matar a nadie con eso.

—Tal vez no quiero matar —la observó serio.

—Entonces largo del regimiento, no estás aquí para hacer amigos —negó Tessa—. De nuevo, postura firme, enfoca el blanco, tensa la cuerda —ella colocó su mano sobre la del soldado, ambos sosteniendo la empuñadura, compartieron miradas entre ellos unos segundos y finalmente Ivoh dejó ir la flecha para que se clavara en el blanco de inmediato.

—¡Sí! —festejó.

—Perfecto, sigue así, continúa con la práctica —sonrió, llevaban tres días de constante repetición de los ejercicios y daba sus frutos.

—Gracias, Tessa, eres una gran maestra —suspiró—. Y gracias por asegurarte de que mi familia se encuentra bien.

—Sé que son importantes para ti, asique no temas, los vamos a proteger a como dé lugar, de eso no tengo dudas —asintió.

—¿Crees que estemos cerca de una guerra? ¿Qué vamos a terminar en algo más duro? —preguntó tensando una vez más el arco y apuntando, esta vez solo bajo la supervisión de Winslet.

—Sea lo que sea, vamos a vencerlo —observó a Haku acercarse a paso tranquilo, la gran dragona llevó su hocico cerca de ella para recibir una caricia—. Haku, ¿Qué pasa? ¿Me extrañas si no estoy contigo?

Un gruñido se escuchó, luego la hembra con gran satisfacción cerro los ojos dejándose mimar.

—¿Sientes lo que ella? ¿No puede pasar mucho tiempo separada de ti? —preguntó el de ojos azules con una sonrisa, detallando las escamas azuladas de la hembra que lo veía fijo y sin temor.

—A veces, depende de la situación puedo sentir su alerta o su temor y podemos estar separadas sin problemas pero ella es demasiado apegada a mí —Tess dejó que la dragona se acercara a Ivoh para olisquearle el cabello—. Pero ella puede sentir todo de mí, todo lo que yo sienta a nivel espiritual; cuando tengo miedo, cuando me siento sola, cuando estoy triste o alegre…

—¿Te sientes sola y triste muy seguido? —preguntó Ivoh recargando su peso sobre la bestia que, juguetonamente, sacudía su cabeza para hacer caer al humano.




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