Ehecatl jamás voló tan veloz como en esos momentos, surcó los cielos con desespero para poder regresar al reino donde había estado viviendo los últimos años, dio todo de sí para que su velocidad aumentara hasta no poder más, porque requerían llegar cuanto antes sin ser vistos por enemigos. La realidad era que si llegaban a ser atacados no podría defender a los humanos que iban en su lomo, el dragón estaba muy preocupado por el estado de Tessa y de Haku, sentía dolor por verlas así, son su familia, lo han cuidado desde que era joven.
Lo primero que se hizo al llegar el gran dragón al cuartel de los soldados fue asegurarse de que no trajera polizones o detectores de otros dragones, luego permitieron que Ivoh y Tessa bajaran del lomo de la bestia para poder reconocerlos y con rapidez ingresar a la jinete herida a los sectores destinados a dragones; los médicos especializados en dichas bestias esperaban ansiosos para poder trabajar, sabían que lo esencial era curar las heridas de los grandes seres, proveerles lo necesario para que comenzaran a sanar cuanto antes y así poder salvar la vida de sus compañeros humanos.
—Tessa, tienes que despertar, necesitamos que liberes a Haku —Alistar ayudó a la joven a incorporarse.
—No creo poder… —susurró sin abrir los ojos—. Solo quiero dormir.
—No lo hagas, trata de abrir los ojos —Ivoh la tomó por los hombros con fuerza obligándola a verlo—. Tienes que liberar a tu dragona o ambas van a morir y todo el esfuerzo de Ehecatl habrá sido en vano, ese dragón está exhausto en el campo de entrenamiento siendo ayudado por los demás.
—Lo siento —Tessa asintió.
Winslet extendió su mano hacia adelante justo al centro del gran cobertizo donde los dragones convivían, cerró los ojos relajándose lo más que podía para que la estela azulina que caracterizaba la llegada de Haku se desprendiera de sus tatuajes dándole forma al gran animal, pero no fue sencillo, realmente fue muy costoso para ella terminar de desprender a su compañera de sí misma; ambas terminaron inconscientes y los encargados en medicina actuaron de inmediato.
Cada vez que había heridos por batallas se sometía al jinete como a su dragón a reposo y revisión por igual, ni hablar si estos tenían heridas, lo primero era regenerar a la bestia y luego podrían ayudar al humano. Ivoh se mantuvo al margen junto a Alistar y Clark que llegó luego, había recibido una reprimenda por marcharse sin más, por no haber avisado o respetado los protocolos, pero dentro de toda esa reprensión obtuvo felicitaciones por su valentía y no era algo que le pareciera a destacar, solo quería salvar a Tessa y William, no podía aceptar la idea de que dejarlos a su suerte en terreno enemigo.
Un grito se escuchó por parte de Tess cuando Haku gruñó con fuerza ante el ardor en sus heridas, la sangre que la muchacha había perdido no era tanta como parecía pero de igual manera el dolor era insoportable. Los presentes desviaron la mirada o apretaron los labios ante la situación ya que restaba mantener la calma y dejar a los especialistas hacer su trabajo.
—¡Tessa! —Adam llegó de inmediato alterado y buscando con la mirada a su amiga tras recibir la noticia de mano de su madre.
—Alteza, cálmese, por favor —Alistar reverenció al dirigirse al rubio—. Ahora mismo está siendo atendida junto a su dragona, debemos esperar.
—¿Qué fue lo que sucedió? ¿Cómo es que regresó? ¿Dónde están los demás jinetes de dragón? —preguntó tratando de no verse tan alterado.
—Ivoh fue en su búsqueda, la salvó —Clark aportó—. De no haber sido por la valentía de nuestro soldado habríamos perdido a Tessa. En cuanto a los demás, nadie sabe nada de ellos todavía.
—Ya veo —Adam volteó a ver a Ivoh, lo observó serio—. Gracias por haberla traído de regreso, no sé qué haría sin ella.
—No tiene que agradecerme, Alteza, haría lo que fuera para mantener a mis amigos sanos y salvos —asintió Duncan con convicción.
—Bien, retírate entonces, no es necesario que estés aquí. Mejor descansa, seguro estás abrumado por todo lo que has pasado —sonrió débil.
—No me iré —respondió con total decisión—. Con todo respeto, no creo que esté en posición de pedirme que me retire solo porque cree que lo necesito, mi amiga se encuentra en estado delicado y de aquí no me voy a mover hasta saber que se ha recuperado con éxito.
—Ivoh… —Clark colocó su mano sobre el hombro del ojiazul.
—Señores, hemos acabado —la encargada de la medicina en dragones se acercó a paso sereno—. Haku se encuentra estable de momento, hemos podido vendar sus heridas que afortunadamente no eran de gravedad y aplicar los ungüentos necesarios para su rápida cicatrización, pero me temo que hay veneno en Tessa que no permite que termine de sanar. Eso es un problema.
—¿Envenenaron a Tessa? —Alistar frunció el ceño preocupado.
—El veneno es esencia de Malasios y son los dragones más agresivos que hay, son malos por naturaleza, por lo general atacan en grupo y no son nada sociables con otras especies, seguro se enfrentaron a ellos, ¿No? —agregó la doctora.
—Sí, cuando llegué, Haku peleaba con uno de ellos, recibió varias mordidas —Ivoh terminó de confirmar.
—Pero ella no resultó envenenada —negó—. El alma de Tessa tiene restos de un dragón enemigo.
—¿Es eso posible? —Adam frunció el ceño incrédulo—. Mi Tess no tiene otros dragones que no sean Haku y Ehecatl, es imposible.
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Editado: 02.03.2025