Se encontraba muy tranquilo acurrucado entre las patas de Haku quien restregaba su hocico contra la jinete. Tessa ríe bajo abrazándose a la hembra que comienza a jugar tratando de apartarla con sus extremidades, por su parte, Ivoh las observa divertido mientras acaricia al bebé dragón que sigue echadito en el nido de su madre y esta bebe agua del estanque más cercano junto a Ehecatl; el soldado no perdía oportunidad para desviar su mirada apreciando a la jinete, podía decir con total claridad que se encontraban en una extraña línea donde había interés que superaba la amistad y se preguntaba si sería posible algo entre ellos, ¿Tessa se sentía igual? ¿Notaba cómo se ponía el ambiente cuando estaban juntos? ¿Acaso solo era él alucinando? Quería hablarle, decirle algo al respecto pero dudaba un poco.
—Ivoh Duncan —Alistar se acercó apresurado—. Rápido, debes reportarte con Clark para partir en una misión.
—¿Qué? ¿Cuál misión? —frunció el ceño.
—¿De qué estás hablando? —Tess se acercó al haber escuchado todo.
—El príncipe ha ordenado que hagas un reconocimiento del perímetro donde se supone fue la pelea entre los jinetes, necesitamos que reportes todo lo que veas y de paso intentes dar con los demás —explicó—. No tengo idea por qué te ha designado a algo así, considero que aún no estás listo.
—Apenas he tenido un leve entrenamiento, si he llegado a dar una buena impresión ha sido gracias a una muy buena suerte —Ivoh rascó su nuca—. De todas formas, haré mi mejor trabajo si es lo que quieren.
—Espera, algo no anda bien, no es normal que se arriesguen en una misión con un nuevo soldado, en especial en la alerta que estamos teniendo —Tess negó tomando el brazo del muchacho—. Hablaré con Adam, estoy segura de que esto es una equivocación.
—No lo creo, estuve presente entre los generales cuando especificó que se enviara al frente a Ivoh Duncan —Alistar apretó los labios.
—Bueno, desde que he llegado me ha visto con malos ojos, creo que piensa que no soy digno de estar aquí o tal vez… —observó a Tessa—. No desea que esté cerca de algo que cree que le pertenece.
—Eso es ridículo —Winslet farfulló llena de incredulidad—. Hablaré con él, no vayas a ningún lado sin mí.
—¿Qué vas a hacer? No vale la pena que hagas un escándalo por mí, déjalo así, cumpliré con la petición del príncipe —Duncan intentó convencerla.
—No, no, es muy peligroso —ella negó una vez más—. ¿Y si no puedes volver? ¿Y si eres herido? Irás solo tú y tu arma, no vas a tener apoyo.
—Lo sé, pero solo es reconocimiento —susurró.
—No te puedo proteger allá afuera —suspiró.
—No tienes que hacerlo, Tessa, te prometo que regresaré —ambos se observaron fijo, como una extraña promesa, una que traía mucho entre líneas.
—No dejaré las cosas así —ella dio media vuelva dejándolo con la palabra en la boca.
Sin más se alejó de la gran caballeriza donde los dragones descansaban, Haku lo siguió con la mirada atenta y pudiendo sentir el enojo de su compañero, y no era para menos cuando Ivoh había sido enviado a su inminente muerte. A paso diligente Tessa se encaminaba a ver a Adam tras saber sobre el mandato, no podía creerlo, no cabía en sí de la estupefacción, ¿En qué pensaba su amigo? ¿Estaba loco acaso? Chasqueó la lengua al sentir una punzada en su costado derecho, aún estaba recuperándose gracias a la eclosión del huevo de dragón, debería estar acostada justo ahora pero no, no podía hacerlo; no comprendía, el príncipe no era una persona insensata, no solía enviar soldados a misiones para las que no estuvieran preparados y menos uno solo, siempre iban en parejas o grupos pequeños para facilitar el regreso con bien.
Era una completa estupidez, una locura.
Llega hasta el gran salón real ingresando sin anunciarse, le importa muy poco que los demás soldados lo vean con reproche por su comportamiento. Una vez dentro, sus ojos dan con Adam que le da la espalda con serenidad observando el mapa de su reino y evaluando las posibilidades para una posible invasión; apenas voltea el heredero sonríe por verla allí presente, se acerca con gran alegría más el semblante molesto de Tessa logra desanimarlo.
—¿Qué te sucede? ¿Por qué esa cara? —pregunta quedando a unos pasos de ella.
—¿Qué me pasa? Eso debería preguntártelo yo a ti, quisiera saber en qué estabas pensando al enviar a Ivoh al frente, ¡No está preparado para algo así! —negó molesta—. Tú no eres tan idiota para decidir algo así
—¿Qué? Tú misma dijiste que era un gran soldado, dotado de cualidades y valentía, ¿Qué mejor que él para cumplir con este pedido? —rodó los ojos—. ¿Cuál sería el problema? ¿Mmm?
—Estás arriesgando su vida en vano —espetó.
—¿Desde cuándo te importa tanto un soldado? ¿No eres tú quien siempre antepone las misiones de la realeza a todo lo demás? —encaró molesto, el hecho de que defendiera tanto a ese campesino le molestaba—. De todas formas, el príncipe soy yo y se hace lo que yo decreto.
—Estás siendo un completo imbécil —masculló—. ¿Por qué odias a Ivoh? Y no me digas que no porque puedo verlo.
—¿Perdona? No es como si fuera tan importante —Adam apretó los puños—. Me molesta mucho que le pongas tanta atención.
—¿Qué? A ti no debe molestarte a quien le pongo o no atención, ¿Estás escuchándote? —dio media vuelta yendo a la salida—. Si envías a Ivoh a esa misión, iré con él.
#510 en Fantasía
#358 en Personajes sobrenaturales
dragones amor magia amistad y aventura, dragones y guerra, jinetes de dragones
Editado: 02.03.2025