Tres dragones se mueven por el campo de cosechas y entre los pocos árboles que ya empiezan a verse pues no fueron tocados por las llamaradas y el incendio previo. El amanecer está tocando el cielo una vez más, los soldados de Parker se encaminan ya a palacio primero abarcando toda la zona de tierra que puedan para lanzarse al vuelo cuando el sol apenas esté en el cielo alumbrándolo todo, deben aprovechar las primeras horas de este suceso para evitar así que los Malasios los encuentren ya que es sabido que los dragones enemigos tienen una debilidad por los rayos del sol y durante las primeras horas del día se encargan de absorber cuánta energía solar pueden para el resto de la jornada. Es el momento perfecto.
Haku encabeza el andar siendo sigilosa y atenta, sus ojos lo ven todo a su alrededor, puede escuchar hasta la más mínima hoja crujiendo y en su lomo Tessa es capaz de percibir lo mismo que ella al compartir esencia. Por su parte, Ivoh se aferra a las escamas de la bestia mientras da rápidas miradas al campo no queriendo ser tomado por sorpresa, cada cierto tiempo voltea hacia atrás donde el segundo dragón camina con cuidado en las mismas condiciones, con su jinete atento y llevando a otros soldados para finalizar la fila con Dragua y Drachen bajo órdenes del general que transportaba a quienes no habían sufrido demasiados daños físicos con la única intención, en caso de ser atacados por detrás, de tener una forma de defenderse.
Duncan suspira, no haya el momento de poderse estar todos a salvo de regreso en el palacio y en las cabañas con los demás soldados, quiere poder ver a Alistair y Clark, encontrarse con los demás muchachos que le dieron la bienvenida, dormir un poco. Las ansias por saber si su familia se encuentra con vida lo consumen por dentro pero intenta centrarse en lo que sucede en ese momento para no perder la cordura, quiere estar atento, quiere ser de ayuda para cualquier eventualidad que pudiera surgir y sabe que Winslet tiene un plan de contingencia, uno que no ha compartido con él, no es un genio pero no necesita serlo para saber que Tess ha preparado todo con Haku.
—Alto —la dragona se detiene olfateando el ambiente y todos quienes vienen detrás se ponen en alerta.
—¿Qué sucede? —Ivoh frunce el ceño con precaución en su mirada.
—No sé, algo no se siente del todo correcto —Tessa murmura agazapándose en el lomo de su compañera—. Haku, usemos visión definida, quiero ver entre los árboles que tenemos a unos metros.
La dragona enciende sus orbes en una tonalidad azulina logrando que los ojos de Tessa se tornen de la misma manera y ambas dan veloces miradas al predio. Dragua y Drachen se alzan en dos patas olfateando de igual manera, emiten suaves gruñidos que parecieran ser ronroneos, estos son correspondidos por Haku; Parker chasquea la lengua dando órdenes a sus acompañantes de que estén listos para lo que sea.
—Tess, ¿Qué está-…? —pero Ivoh no puede terminar de hablar pues la muchacha de azabache cabellos cubre su boca volteando a verlo.
—No estamos solos —la severidad en su mirada le hace saber que las cosas no son algo para tomarse a la ligera.
—¿Son los Malasios? ¿Nos hallaron? Creí que tendríamos al menos una hora más para alejarnos de aquí —espetó bajo desenvainando su espada.
—No, no puedo sentir la presencia de los Malasios. Parece ser otro tipo de amenaza, una que no puedo identificar del todo —negó—. Son dragones, demasiados para hacerles frente sin salir heridos de gravedad.
—¿Por qué nos atacarían si no son parte de los enemigos?
—No puedo asegurar que son o no adversarios, podrían ser parte de la fauna del lugar como bestias que están de paso por migración, época de apareo, quién sabe —suspiró observando a Parker para darle señales con sus manos—. Cualquiera sea la opción es peligrosa, no quieres ver a una pareja de dragones atacar por cuidar territorio o un huevo.
—Mierda.
—Exacto —asintió.
—¡Al cielo! ¡Ahora! —gritó Parker cuando las malezas comenzaron a moverse con brío, al parecer no iba a ser una bienvenida amistosa.
Los dragones se alzaron con velocidad para surcar los cielos, la mejor opción era volar lo más lejos posible esperando no tener que pelear ya que cada bestia llevaba más de una o dos personas en su lomo, sería una masacre siquiera intentar pensar en dar pelea. Ivoh se vio en la necesidad de sujetarse con fuerza de la cintura de Tessa para no caer cuando la bestia azul aumentó el vuelo y con cada giro o toma de las ráfagas de viento que hacía ambos jinetes se movían sincronizados con Haku para facilitarle no solo el equilibrio sino también el movimiento de su cuerpo al compás del de sus alas.
Fue cuando los vieron, cerca de una decena de dragones de todo tipo abandonaron las profundidades del bosque que se alzaba frente a ellos en su persecución y, lo peor de todo, no estaba solos pues cada una de las bestias portaba un jinete con el que trabajaban a la par. Tess maldijo alto al darse cuenta que los estaban observando desde hacía tiempo, quién sabe para qué pero debían marcharse de inmediato; intercambió miradas con Parker y con el jinete del escuadrón que llevaban a gran parte de sus compañeros, la táctica más efectiva en situaciones como esa era dividir la carga y entonces, quedando de acuerdo tan solo con miradas y señales, los tres dragones se separaron tomando diferentes rutas pero sabiendo que debían encontrarse en un solo lugar: el castillo de Aphato.
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Editado: 31.03.2025