Príncipe Encubierto

2

Al entrar a su habitación la vista de un enorme desorden me dio la bienvenida blusas, vestidos, camisetas, faldas y sus joyas estaban dispersas por toda la habitación era un enorme desorden me giré a buscar a la culpable de tal desorden y la encontre al instante pues de su armario  la ropa seguia saliendo y cayendo dispersa por el suelo de la habitación.

—para que me llamaste?—pregunte mientras me recostaba en su cama.

Ella al instante salió de su armario y aún vestía su pijama de figuritas y su bello cabello rubio cenizo estaba hecho un nido de pájaros, y así como se veía realmente no parecía una joven de cuna noble.

—hey baboso te estoy hablando —dice mi hermana mirándome.

—nada nada Kia—la mire y una mueca un poco burlona se quiso formar en mi boca—

—ya estupido o me dices que sucede y de que te ríes o te saco un pulmón de un pinche golpe—amenazo apuntando con el dedo.

La mire y al ver que se iba acercando me enderece y cruzando mis piernas la mire.

—lo siento Kia pero así como vas vestida no pareces de la Realeza —no aguante y me solté mi carcajada pero no duró mucho porque de pronto el aire me empezó a faltar y sentí que me ahogaba.

—K..i..a. q...—intente hablar pero no termine la oración pues sentí un golpe en mi mandíbula y del impacto termine acostado de vuelta en la cama y por si no fuera poco la mocosa se subió en mi abdomen y me empezó a aplastar y aunque luzca delgada pesa mucho.

—Kia quítate me estás aplastando— como pude le dije y eso la enfureció más pues los golpes se hacían más fuertes cada ves y a pesar de ser pequeña, el a ver tenido clases de diferentes artes marciales y defensa personal la hizo un poco más fuerte a pesar de lo pequeña que es.

—Mmm me quitaré si aceptas que soy la puta ama del palacio—decía ella mientras saltaba en mi estómago causandome dificultades para respirar.

—esta b.ie...n—dije con dificultad

Apenas lo dije, se levantó y se sentó en la cama y me miró.

Sus ojos se volvieron brillosos

—Tony no me quiero ir—hablo con la voz entrecortada—no los quiero dejar, deberíamos quedarnos y ayudar a encontrar una solución —.

Realmente entiendo lo que siente, yo de igual forma no deseo irme, tantos años viviendo aquí y tantos recuerdos se quedan en este palacio y mis Padres...

—tranquila Kia Solo sera un año el que estaremos fuera del palacio y cuando pase el año volveremos, yo me tendré que casar y tomar mi lugar en el trono para que Padre por fin descanse —le digo con pesadez.

Me levanto de la cama y observo su habitación en la que tanto tiempo ha estado mi hermana, miro una de las columnas donde Madre en sus tiempos que tenía libres nos media y anotaba la estatura, en mi habitación la columna igual está llena de marcas, absolutamente todo el palacio está lleno de recuerdos.

—Y cuál fue el motivo por el que me llamaste?—

Ella se gira pensativa

—ahhh si este la cosa está así, mis cosas ya no caben en la maleta y necesito que me dejes guardar unas cuantas en las tuyas—dice con una sonrisa.

—jamás cambiaras Kia —suelto una carcajada, desde niña siempre ha sido así, cuando viajábamos por cuestiones del Protocolo Real nos mandaban en vuelos separados y pues Kiara siempre metía la mitad de sus cosas en mis maletas dejando un mínimo espacio para las mias—lleva las cosas que deseas guardar a mi habitación y deja espacio para las mias—le digo mientras salgo de la puerta.

Al salir de su habitación me quedo parado fuera en el pasillo pensando que hacer, mmm mis maletas ya están listas, los libros de la biblioteca ya los leí todos, y pues mi trabajo  con el parlamento ya lo hice,  hay algo que no he hecho en un largo tiempo y sin pensarlo me dirijo a aquella ala del palacio que no visito en un tiempo y directamente a esa habitación que guarda tantos recuerdos para mi.

Al llegar a la habitación me quedo afuera sin saber que hacer tomo la manija de la puerta pero dudo un segundo y siento mis ojos  arder ante la oleada de recuerdos que me abordan, él recuerdo de sus preciosos ojos, él recuerdo de su risa y ya no necesito más, las lágrimas se derraman por mis ojos sin poder parar y con la mano temblorosa tomo la manija y abro la puerta y entro a esa habitación y me paseo por ella y por cada objeto y espacio de la habitación un recuerdo golpea mi mente y mi corazón late tan deprisa que siento que se saldrá de su lugar.

Camino hasta el enorme piano que está en el centro de la habitación y acaricio la tapa que yace cubierta con una fina capa de polvo y con mucho cuidado levanto la tapa y sacudó el polvo que cubre el hermoso piano, deslizó mi mano por una de las teclas y se crea un sonido agudo sin emoción, mi rostro sigue cubierto de lágrimas y no hago intento de secarlas pues se que es en vano y seguirán saliendo, por fin tomo una decisión y me siento por fin en el banquillo y comienzo a tocar la melodía que quedo marcada en mi memoria y me lleno de alegrías y dolor en momentos diferentes pero con aquella persona, mis dedos se deslizan por el piano y sin necesidad de partitura alguna comienzo a recrear esa melodía 
Que tantos recuerdos me trae a mi joven memoria y mientras la melodía avanza mis  lágrimas siguen derramandose sin control alguno y pequeños fragmentos de recuerdos me invaden..

Flashback

—vamos mi  Pequeño Príncipe  Corre— yo reía y asentía a lo que él me  decía y entre risas y jugueteos llegamos  a los limites del palacio y nos acostamos en el pasto.

—Cuando me dirás tu nombre?—pregunte mientras miraba su rostro y sus ojos de ese extraño pero atrayente color que poseía

Él me miro y suspiro

—Pequeño sabes que no soy bueno y..—

—lo se, creeme que realmente lo se pero no me importa solamente quiero estar contigo —le dije mientras tocaba su mejilla

—porque me haces esto mi pequeño , sabes que no soy bueno—




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