Príncipe Encubierto

3

Abrí los ojos sin saber la hora exacta y con un poco de esfuerzo me senté en la orilla de la cama.
 

 

Que demonios estoy haciendo?no me comprendo ni yo mismo.

 

Ya no me reconozco...

 

Toco mi rostro y esta cubierto de lágrimas que siguen bajando, miro la alfombra como si fuera lo más interesante del mundo, realmente su recuerdo me perseguirá eternamente, por cuatro años lleva torturandome y ya perdí la cuenta de cuantas veces han sido las que despierto llorando o las veces que en mi día diario las lágrimas me abrazan por sorpresa sin poder evitarlo.
 

 

Tan malo he sido durante mi corta vida para merecer esto? Quiero rendirme y mandar todo al diablo, quiero encerrarme en mi habitación y sucumbir ante ese deseo mortal de cerrar mis ojos para siempre.

 

Ahogarme en el alcohol ya no funciona por momentos me hace creer que lo hace pero al cerrar mis ojos y volverlos a abrir las alucinaciones me invaden causando un dolor indescriptible.

 

Estoy harto de fingir que realmente estoy bien, estoy cansando de fingir mi ignorancia, totalmente cansando de fingir ser el hijo perfecto....

 

Cuando realmente soy un Principe que en cada momento y ahora del día lo único que desea es derrumbarse y ya no  luchar.

 

Con lágrimas aún bajando de mis ojos me levanto de la cama y me acerco a un librero que hay en mi habitación y bajando levemente un libro el compartimento secreto se abre y revela un pequeño cofre y con manos temblorosas lo tomo y lo abro y con total y sumo cuidado saco aquellas placas militares que fue lo único que me quedo de Él, las levantó y la luz que se filtra por mi ventana las ilumina haciéndolas resplandecer, ya no soporto más  y me derrumbo de nuevo, soy tan débil y tan patético.

 

Me siento en el suelo a causa del temblor de mis piernas y abrazo esas placas con tanto sentimiento y dolor, duele mucho y no hay nada que pueda calmar o hacer que me olvide de ello.

 

Del cofre sacó una cosa más y al verla mis sollozos aumentan, una vieja fotografía que es la única cosa que me recuerda que Él realmente existió y no fue producto de mi imaginación, esa fotografía que jamás le hará justicia a lo que fue, pero que junto con mis memorias jamás me dejaran olvidar.

 

Me levanto del suelo y tomo la fotografía observandola solo unos minutos más para luego dejar un beso en ella y devolvera a ese lugar donde estará a salvo, guardo el cobre en el librero y dejo todo como antes estaba exceptuando las placas que aún sostengo en mis manos, me coloco mis zapatos y abandono mi habitación rápidamente, alejandome para poder respirar, recorro los pasillos con ansias de salir de ahí, llego a la cocina y salgo por la puerta de los sirvientes y por fin me encuentro afuera del palacio, el frío aire me invade y por fin siento un poco de tranquilidad, levanto la mirada al estrellado cielo y la belleza de la luna me cautiva, me coloco las placas alrededor de mi cuello y empiezo a correr sentir la fresca brisa golpear mi rostro aún cubierto de lágrimas es algo que me llena de paz, corro lo más rápido que mis piernas me lo permiten y llego al bosque que rodea al palacio y me adentró a el y sigo corriendo dejando atrás mi hogar, al llegar a lo profundo del bosque me permito respirar con algo de tranquilidad y continuo mi caminar tranquilamente hasta llegar al claro de agua que había en el bosque, caigo de rodillas en la tierra al llegar y sin hacer esfuerzo por levantarme cierro mis ojos unos segundos y al abrirlos levanto la vista al cielo y observo la Luna, hay algo que siempre me ha parecido muy curioso y es que siempre junto a la Luna hay una estrella que resplandece más que las otras y a pesar de que va amaneciendo no opaca el brillo de esa estrella, Él me contó un pequeño cuento sobre ello.
 

 

Flashback

 

El cielo estrellado era simplemente hermoso y aún más hermoso era, poder verlo junto a la persona que Amas y eso es lo que yo sentía al estar junto a él.

 

es hermoso no?—me sonrio y fue tan bello verlo sonreír.
 

—si, lo es pero aprecio más que estés junto a mi—
 

El solamente suspiro y me sonrió con una sonrisa triste y rápidamente cambió el tema.
 

—sabes mi pequeño Principe hay una Leyenda sobre esa estrella que siempre brilla aún en el comienzo del amanecer—
 

—Enserio? Y cual es?—
 

El sigue con la mirada en el cielo y su mirada es tan melancólica que siento una opresión en el pecho.
 

Cuenta una leyenda que una noche
De luna llena la luna se encontraba
Muy triste se sentía sola a pesar
De tener a su lado a las estrellas
Que cada noche le hacian compañía
Ella iluminaba a los enamorados
Les daba esa luz que necesitaban para
Que vivieran su amor
Les daba esa magia que ella tenia
Pero ella se sentía sola se había enamorado
De un amor imposible
Cada noche lo veía a somado a su ventana
Ella le daba su luz su brillo
Le mandaba con su luz su amor
Creo que él lo recibia porque
La contemplaba y la miraba con ternura
Ella se sentía muy feliz solo con ver su mirada
Y cada noche ninguno de los dos
Faltaba a su encuentro
El era poeta y cada noche le recitaba
Un poema lleno de amor
Ella lo recibia llena de felicidad
El hablaba en sus poemas de un amor imposible
La luna sientiendo sus palabras lloraba
De pena al no poder abrazarlo
Pero los dos se sentía felices
Con esos encuentros de cada noche
Se mostraban su amor
Ella mandándole su brillo y su luz
Que acariciaban la cara de su poeta
Y el con sus hermosos poemas
La hacia sentir cerca de el, así pasaron los días, las semanas, los meses e incluso los años y la Luna y su querido poeta seguían con su pequeño ritual, las personas creían que él estaba loco pues siempre hablaba de la hermosura y belleza que la luna poseía y aún su familia lo miraba cual bicho raro, La luna sufría al ver que su amado Poeta era juzgado y así pasó el tiempo, poco a poco su familia lo fue dejando de lado, lo abandonaron y le quitaron todo lo que el poseía, lo dejaron en la quiebra pero eso a él no le importó, lo único que le importaba era seguir admirando la belleza de la luna, lamentablemente como con todos los seres humanos sucede, el tiempo le pasó factura y a la edad de los 97 años el poeta le recitó con mucho amor su último poema a su amada luna y al terminar sus ojos por fin se cerraron para siempre, la luna al ver que su amado poeta había dado su último respiro con el poder que ella poseía reclamo su Alma y la convirtió en una estrella, la más brillante de todas que siempre está a su lado y resplandeceria para siempre y así su amor aunque jamás se pudo realizar se alzan juntos en el cielo—.
 




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