Príncipe Oscuro

Capítulo XXX

El movimiento a sus espaldas la hizo sonreír y relajarse ligeramente. Esperaba por su bien que se estuviese vistiendo, en el bosque había muchísimas ramas que servían para hacer estacas así que a ese chupasangre exhibicionista no le convenía mucho hacerla enojar.

Solo de recordar la escena anterior sentía como sus mejillas ardían ¿Pero qué diablos pretendía con semejante espectáculo? No es que hubiese estado del todo mal claro… ¡Pero aun así! Debería aprender que ese no era modo de comportarse frente a ninguna chica.

–Ya podéis mirar–llamó el príncipe irritado y Erika se dio la vuelta triunfante para encontrárselo completamente vestido y alzando una ceja en su dirección –¿Contenta? Hay que ver lo mojigatos que llegáis a ser los humanos…

La joven lo detallo detenidamente sin poderse quitar la imagen anterior de la cabeza y, por un pequeño momento, se vio tentada a pedirle que la dejara disfrutar un poco más de su escultural cuerpo. Dios… ¿en qué diablos pensaba? Maldito vampiro…

–¿Podríais hacer el favor de mirarme a los ojos? –bromeó él con guasa –Estoy empezando a ponerme nervioso.

A Erika automáticamente se le subieron los colores y levantó la cabeza de forma rápida, completamente apenada.

–Yo… este… veras… –comenzó a balbucear con nerviosismo sin saber que decir y siendo plenamente consciente del ridículo que estaba haciendo, pero era incapaz de parar –No quise…

Ante su sorpresa Alistar estalló en fuertes carcajadas al punto que ella llegó a pensar que se le saldrían las lágrimas ¿Y a este que le parecía tan gracioso? Ofuscada lo observó reír concentrada en el movimiento de su mandíbula, sintiendo que algo importante se le escapaba ¡Pues claro! Su mente había estado tan absorta pendiente a la desnudez del vampiro que se había olvidado de lo verdaderamente importante.

–Deberías limpiarte eso –la joven le señalo la barbilla manchada de sangre y el vampiro automáticamente dejó de reír.

En completo silencio y con gesto incomodo Alistar se acercó al lago y, arrodillándose en el borde, comenzó a pasarse las manos por la boca para limpiarse la sangre. Erika abrió los ojos incrédula ¿la había obedecido?

–¿Qué ocurrió? –se interesó la joven a sus espaldas, meditando si en verdad quería escuchar dicha respuesta.

Ignorándola el vampiro terminó con su quehacer y, secándose las últimas gotas de agua que aún se escurrían de sus guantes empapados, se volteó a enfrentarla con gesto sombrío.

–Este bosque es peligroso querida Erika, mucho más de lo que pensáis –explicó mirándola directo a los ojos –Era mi deber asegurar que no corrierais ningún peligro.

–¿Qué quieres decir? –la chica frunció el ceño confundida.

–Digo que me he encargado de que seamos los únicos seres vivientes en kilómetros a la redonda, he tenido tiempo –se encogió de hombros restándole importancia –Además he encontrado el camino de regreso, no estamos tan lejos como pensé.

La joven abría y cerraba la boca sin dar crédito a lo que oía ¿A cuántos había matado exactamente? ¿Y qué era lo que había matado? Esa segunda pregunta conseguía ponerle los pelos de punta. En parte le alegraba saber que gracias a él no tendría que encontrarse con ninguna posible horripilante criatura pero… la idea de Alistar matando a diestra y siniestra a un centenar de monstruos la hacían replantearse sobre quién sería el verdaderamente peligroso ¿En verdad estaba segura a su lado?

–Antes eras un lobo… –recalcó el hecho obvio que hasta el momento ambos parecían haber ignorado.

–¿Y eso os asombra por…? –Alistar abrió los ojos con fingida inocencia incitándola a continuar.

–Pues que hasta donde tengo entendido los vampiros chupan sangre y los licántropos se transforman en lobos –explicó no muy convencida –¿Cómo es que tú haces ambas cosas? ¿Seguro que eres un vampiro? A lo mejor eres adoptado y…

–Pero que tonterías decís –el vampiro se cubrió la boca con la mano para contener la risa que amenazaba con salir –No es nada de eso.

–Pues para tu información seria completamente normal, no todos los hijos adoptados saben que lo son –insistió Erika sin entender por qué las carcajadas del vampiro no hacían más que aumentar.

–Querida… volveré a explicaros lo que ya deberíais saber –Alistar dejó de reír y suspiró, como si tuviera por delante la más tediosa de las labores –En nuestro mundo existen tres clases de vampiros: Como primeros y en el rango más bajo se encuentran los convertidos, son una escoria ni siquiera digna de ser llamados como tal, no controlan sus impulsos y suelen ser peligros, no os recomiendo encontraros con ninguno. Luego se encuentran los sangre pura, ellos son vampiros nacidos como tal y a parte de las habilidades físicas superiores características de la especie también poseen otra única y distintiva para cada cual, aunque se han dado caso de algunos que nunca llegan a desarrollar la suya. Y por último se encuentra la realeza, nuestra sangre superior nos permite incluso tomar forma de animales, aunque claro, ese depende de cuan fuerte seas. Mi hermano Jordan por ejemplo puede transformarse en dos y Stacia solo en uno.

Erika bajó la cabeza algo apenada y en ese momento lo recordó ¿Cómo había sido capaz de olvidar algo tan importante? En parte era comprensible con toda la información que debía guardar últimamente, quizás debería comenzar a pensar en hacerse un diario, no le vendría nada mal.

–Deberíais prestarle más atención a Nathalie –continuo Alistar con un resoplido –Hay cosas que no deberíais olvidar.

–¡Espera un momento! –una pequeña señal de alarma se encendió dentro de la joven –¿Cómo sabes de mis conversaciones con Nathalie?

–Es mi castillo, se todo lo que pasa en él, se todo lo que hacéis en el –explicó con un encogimiento de hombros y luego, con gesto misterioso, le guiñó un ojo –Recordadlo en futuras ocasiones.

Erika se quedó callada, entendiendo a la perfección la advertencia implícita. Pero él tenía razón, había sido descuidada. No podía subestimar la habilidad de estos seres si quería en algún momento regresar a su hogar. También tenía que cuidar en quien confiaba porque ¿Cuál era la verdad? ¿En serio Alistar sabía todo lo que ocurría en el castillo o su “supuesta” amiga era en realidad su pequeña espía? Fuera como fuera intentaría sacarle partido a esta información en un futuro.




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