Este mes fue un caos emocional para mí. Me sentía acosada porque mis roomies no me dejaban ir a ningún lado sola, y mis compañeros de beca me veían con lástima.
No niego que aún sentía un poco de miedo. Las pocas veces que logré escapar de mis cuidadores caminaba a la expectativa, volteando a todos lados.
De Elías no he vuelto a saber nada, parece que se lo tragó la tierra, ya que desapareció por completo. Lo último que supimos de él fue que salió de la estación de policía y lo mandaron de regreso a casa con una orden de restricción.
Alessandra y Hugo continúan con su romance en secreto; es algo incómodo fingir que no me doy cuenta de lo que hacen por las noches. Su relación es de amor-odio, unos días están bien y otros están peleados a muerte, y yo en medio sin poder tomar partido por alguno.
Nos llegó el radio pasillo de que se abrirán puestos fijos en esta compañía. Todos estamos muy emocionados, pues los candidatos para postularse a esas vacantes serán los becarios como primera instancia.
No sé qué esperar de esta oportunidad, después de los escándalos en los que me he visto involucrada dudo que me llamen para ocupar algún puesto.
—Cassie, ¿puedes venir un momento? —Me llamó Gina por el intercomunicador.
Gina era la jefa del departamento de publicidad, y mi trabajo consistía en elaborar los costos de los proyectos publicitarios.
—¿En qué puedo ayudarte, Gina? —Dije mientras entraba en su oficina.
—Cierra la puerta por favor, y siéntate. Tenemos que platicar. —Me puse tensa.
—Espero que no sea nada malo. —Gina sonrió negando con su cabeza.
—¿Has escuchado los rumores de las contrataciones?
—¡Claro! Todos hablan de eso.
—¿Sabes cómo es el proceso?
—Se supone que es una oportunidad para los becarios.
—Sí y no. Te explico: Somos una empresa que busca el bienestar y crecimiento laboral de sus colaboradores. Cuando se abren vacantes, primero se le da la oportunidad a los trabajadores que llevan más años laborando en la empresa y quieren ascender, el puesto que dejan se oferta y así sucesivamente va el proceso. En algún punto se requiere personal de nuevo ingreso para las vacantes, y es ahí donde primero se les da la oportunidad a nuestros becarios.
—¿Y si un becario no cumple con los requisitos?
—En ese caso se contrata a un Head-hunter que nos ayude a encontrar a la persona ideal para el puesto.
—¿Y yo qué tengo que ver con el proceso? No creo que me contraten después de los escándalos en los que me he visto envuelta.
—Para aspirar a uno de esos puestos, el becario debe ser propuesto por su jefe directo. Es por eso que te mandé a llamar, para preguntarte si te gustaría que te inscribiera en el proceso de selección o quieres seguir en tu puesto de becaria.
—¡Es una broma, ¿verdad?! —Dije emocionada.
—¿Por qué debería ser una broma? Has demostrado ser una excelente colaboradora y sé que te mereces esta oportunidad.
—¡Pues, acepto! Yo encantada de tener una oportunidad laboral con ustedes.
—¡Excelente! Enviaré tu registro a recursos humanos, ellos se comunicarán contigo en caso de alguna vacante.
Le agradecí a Gina por esa oportunidad y salí de su oficina. Al llegar a mi lugar, observé atónita que había un hermoso arreglo floral sin tarjeta sobre mi escritorio.
—Manu, ¿sabes para quién es este arreglo floral? No trae tarjeta.
—Es tuyo. El mensajero del corporativo te lo dejó hace unos momentos.
—Que pena que no tengo a quien agradecerle. —Me senté en mi escritorio.
No le di mayor importancia al obsequio y continúe con mi trabajo. Estaba tan inmersa en mis actividades que no me di cuenta de que era la hora de salida. Revisé mi móvil y me percaté de que tenía un mensaje de Monse para responder ASAP.
Monse:
Sigo esperando tu respuesta.
Cassie:
¿De qué hablas?
Monse:
Te envié algo. ¿Aún no lo recibes?
Cassie:
¿Fuiste tú quien me envió las flores?
Monse:
¿Qué flores?
Yo te envié un regalo.
Cassie:
Me enviaron flores hoy sin remitente.
¿A dónde lo enviaste?
Monse:
¿Cuándo pensabas contarnos?
Mandé el paquete a tu casa, se supone que lo recibieron ayer.
Cassie:
Quiero saber primero quien es el responsable del envío.
Llegando a casa preguntaré qué sucedió.
Monse:
De acuerdo.
Espero tu respuesta.
Guardé mi móvil y me dirigí a la recepción; ahí me encontraría con Hugo y Alessandra para irnos juntos al depa.
—¡Pioja! —Me gritó Hugo mientras se acercaba a mí—. ¿Lista para irnos?