Prioridades

20

Abordé el avión y al sentarme en el lugar indicado, tomé la almohadilla para rodear mi cuello y cubrí mis ojos con un antifaz para dormir, no tenía ánimos de convivir con nadie ni ser despertada a cambio de unos cacahuates.

Escuché que los lugares junto al mío fueron ocupados, no hice el menor intento por descubrir quien era; me quedé dormida profundamente.

Desperté justo cuando daba las indicaciones para aterrizar, con cuidado me senté correctamente y descubrí mis ojos.

Junto a mí estaba sentada una pequeña niña, volteó a verme y me sonrió de manera familiar. Me asombré de verla ahí.

-iHola Cassie! ¿Dormiste bien? —Me preguntó como si fuéramos amigas desde hace mucho tiempo.

—Bien, gracias. —Vi que estaba sola y volteé para buscara algún familiar—¿Viajas sola? —pregunté al no ver a nadie conocido.

—No, viajo con mi papá. Fue un momento al sanitario. —Justo en ese momento vi que Mateo se acercaba a nosotras.

—iHola Dormilona! ¿Pudiste descansar? —Preguntó mientras se sentaba y se colocaba el cinturón de seguridad.

—Señores pasajeros, nos encontramos próximos a aterrizar en el Aeropuerto Internacional. Favor de abrocharse sus cinturones de seguridad, enderezar sus mesas y poner en posición vertical los espaldares de sus sillas. Por favor permanezcan sentados hasta que los avisos se hayan apagado.

—Sí, gracias. Que casualidad que viajamos al mismo destino. De saber que estarían junto a mi no me hubiera dormido. — dije mirando a Victoria y guiñándole un ojo.

—Vamos a visitar a mis abuelos. —Comentó Victoria emocionada— Hace mucho tiempo que no los veo.

—Que conveniente que fuera este mismo fin de semana. —Esta vez miré a Mateo al hablar. Él solo respondió con una sonrisa.

—Para Wings Airlines ha sido un placer tenerlos a bordo. El equipaje Io podrán recoger en la banda número dos. Esperamos volver a contar con su presencia en un futuro próximo.

Salimos del avión y Mateo me pidió que los acompañará hacia la zona para recoger el equipaje.

—¿Primera vez que viajas solo con la niña? —Pregunté mientras esperábamos que comenzara a funcionar la banda y aparecieran las maletas.

—No. Siempre me organizo cuando viajo con Vicky, solo quería estar contigo un rato más. ¿Tienes planes para esta noche?

—La verdad es que sí. Mis amigas están afuera, iremos a celebrar una primera despedida de soltera.

—No te he propuesto matrimonio, ¿y ya sales a celebrar? —Dijo tratando de que Io escuchara Victoria.

—No seas presumido. Mi amiga Monse se casa en un par de meses, yo soy su dama de honor.

Mi teléfono comenzó a sonar, vi el identificador de llamadas.

—Se ve que tienen prisa por salir a celebrar. No te entretengo más. Que te diviertas.

Me despedí de ambos y salí a la sala de espera. Ahí se encontraban mis mejores amigas esperándome.

Al vernos gritamos de emoción y corrí hacia ellas. Monse fue la primera en acercarse, agitando su mano para que viera el anillo de compromiso.

Tuvimos una plática muy rápida y nos fuimos a nuestro bar favorito para ponernos al día. Al llegar al bar, nos sentamos en nuestra mesa favorita y pedimos una ronda de cervezas.

—Cuéntanos, Cassie, ¿qué se siente vivir sola? —Preguntó Laura intrigada.

—Un poco raro, al principio sentía que hacía mal en salir sin tener que pedir permiso. Ahora que ya Io superé, cuando regrese me costará trabajo avisarles a mis padres cada vez que ponga un pie fuera de casa.

—¿Y los chicos? —Preguntó Nina.

—Hay algunos muy guapos. Ahora cuéntame, Monse, ¿qué se siente estar comprometida?

—Estoy sumamente feliz. Ustedes saben mejor que nadie que este es mi sueño: casarme y tener un hijo.

—¿Piensas embarazarte pronto? —Preguntó Laura intrigada.

—Pues... —Dudó en responder— Yo sí quiero embarazarme pronto, pero él quiere esperar un poco. Quiere que tengamos un patrimonio sólido antes de traer hijos al mundo.

—Me parece una idea muy razonable. —Mencionó Laura.

—Pero... si es así, ¿cuándo tendremos un patrimonio sólido? Es decir, siempre queremos más y más y así nunca será el momento indicado.

—Amiga, creo que Io mejor es que decidan ustedes como pareja Io que quieren. Establezcan las reglas antes de casarse para que no existan sorpresas.

—Hablas como si tuvieras mucha experiencia, Cassie. ¿Qué nos estás ocultando? —Preguntó Nina.

Les conté parte de la historia deMateo, cambiando nombres. Se quedaron asombradas y vi a Monse un poco asustada e indecisa.

—Ay chicas, ya estoy dudando en casarme.

—Tranquila amiga, no te conté esta historia para asustarte, debes aprender de los errores ajenos y comunicarte con tu pareja. Expongan sus ideas y lleguen a un acuerdo. Si por el contrario ves que Io que quieren son cosas diferentes, está en ti decidir si te casas o no. Solo no te presiones.

—Tengo mucho que hablar con mi futuro marido.

Continuamos bebiendo y bailando hasta que nos cerraron el bar. Me llevaron a casa y al llegar me di cuenta que no tenía llaves, por Io que tuve que llamarle a mi papá para pedirle que me abriera la puerta.

Me llevé una gran reprimenda por parte de mi papá. Pues yo les había dicho que llegaría muy temprano por la mañana para poder salir con mis amigas.

Al día siguiente me levanté muy temprano, felicité a mi mamá por su cumpleaños y tuve que ayudarla durante todo el día para preparar el magno evento de la noche.

No tuve tiempo de tomar una pequeña siesta, entre la selección del vestido, peinado y maquillaje me mantuvieron ocupada.

Ahora estoy en esta magnífica fiesta, con un vestido despampanante y mi cara debe ser de maléfica con todo el maquillaje. No creo poder aguantar mucho tiempo despierta.

Veo que mi madre se acerca en compañía de un chico muy guapo, yo hago el intento por perderme, pero me lanza una mirada que me deja congelada con una sonrisa fingida en los labios.




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