Templo Tecno

Priscila
Siempre quise probar el paracaidismo. ¡Pero no ha 100 metros sobre el suelo!, la sensacion de que el aire que todos los dias consumes te este golpeando la cara y el estomago este mas revuelto que una licuadora.
Fue mi fin hasta sentir que mi parte trasera aterrizaba en una superficie esponjosa.

—Bueno no es el aterrizaje que esperaba, pero no me quejo—dije.

—Ay! Gr.… ¡eso crees!, creo que me rompí los discos—se quejó de dolor Moshee.

—Oigan, recuerden que estan en un lugar completamente desconocido—Exigió Adom con tono molesto— Siganme.

Al mismo tiempo que sus las plantas de sus pies no tocaban el suelo; ¿me estoy muriendo de envidia? .

— Si claro, ¿Qué es este lugar?, ¿el cielo?, Porque yo prefiero el infierno—exclamo Petrof con sarcástico.

El inspeccionar el lugar fue facil, pero creo que se me cayó la mandíbula al suelo, es enorme esta pirámide, pero parecía una egipcia con el único detalle que había escaleras por fuera.

—Genial, ¿Por qué no me traje mis botas de alpinismo? Me va a dar callos—cuestiono Moshee con tono de lamentación.

Entre los arbustos y arboledas se empezaron a notar un bufar, supongo de un felino.

Presumo que mi sangre termino en el piso, los chicos estan igual se que yo.
¡Ahora seremos comida de Leoparte!, pero claro, los dioses no podemos predecir el futuro.

—!Corran todos¡—exclamo el peli caramelo, espantado.

El felino reacciono con ferocidas ante la perturbacion del silencio y empezó a perseguirnos, Moshee y Petrof se refugiaron subiendo las escaleras, mientras Adom estaba tranquilo flotando, el preservar mi vida era imposible con su velocidad; tomaria la direccion de los primeros dos, pero trasbile,mi tobillo fue el que pago por ese error y el salvae felino se abalanzo sobre mí.

Ya estaba lista que el atacara de bocado, cerrando los ojos por el miedo, con el corazon en mi garganta. Pero sentí cosquillas al sentir su lengua lijada recorrer la piel.

—Pff ja! basta¡, me haces cosquillas, ya, ya para ja ja—decía entra carcajadas.

Me senté en el suelo y empecé a acariciarlo.

—Okichtli,¿Qué acordamos sobre las visitas? — le cuestiono Tezca con los brazos cruzados y un semblante pesado.
El pobre felino solo pudo bajar las orejas esperando mas regaños

—Oiga, oiga ¿y por qué a ella no la atacan? — reclamo con ofensa.

—Porque su inteligencia es superior a la tuya—respondió sereno.

Su cara era de señora que le acababan de decir una groseria.

—Bienvenidos sobrina y mortales al Templo divino—vocifero mi tío al presentar el lugar con un halo de magnifismo —Okey basta de juegos!Todo mundo adentro¡—ordeno como si de un general se tratara.

La presion casi me hizo caer atrás , este lugar es inmenso,en cada paso que dabamos se podia persivir inmensas pinturas en las paredes de caliza. Seguimos avanzando por todo el lugar, hasta que nos detuvimos en una habitación enorme con unos símbolos indescriptibles ; mi fascinacion era mucho mas alta que mi orgullo, en esta misma se encontraba un agujero en el piso.

—Tío este lugar es maravilloso, pero ¿para qué lo utilizan? —pregunte confusa.

—Tus abuelos y demás parientes lo utilizamos para hacer reuniones con los dioses, pero después del exilio de tu padre ya no se volvió a utilizar—relato con desanimo.

—¿y este espejo? —interrogo Moshee con el espejo en manos.

—No toques este espejo, es un artefacto valioso y ningún humano como tu puede tenerlo, mas con sus sucias manos—planteo mi tío, exhalando humo a la cara de Moshee.

El pobre estaba tosiendo exageradamente.

—Cof, cof... ah está bien no lo toco—exclamo poniendo el espejo en manos de mi tío—pero solo me gano la curiosidad de que este hecho— menciono.

—Es obsidiana, una roca volcánica muy valiosa—expuso mi tío tezca.

Después de esa breve exposición, mi tío saco una daga cuyo era de un material huesudo y con esta misma se generó un corte grande.

Su sangre cayo directo al agujero y de este mismo salió una especie de globo terráqueo, en este mismo se mostraban unos puntos, que daban una ubicación distinta.

—Estamos en un lugar fuera de los confines de casa; ay no mi madre me va a matar—exclamo paniqueado.

—Tranquilo chokani, tu madre ya sabe lo que pasa y donde estas—dijo mi tío.

—!¿Que?¡, oh no y que dijo—exclamo afligido.

—No se alteró, de hecho, ella es conocedora de la situacion—explico con serenidad.

La cara de sorpresa de Moshee era una obra y Adom lo interrumpió.

—Este es un mapa sagrado, muestra cada templo, sitio o lugar donde este dios o criatura sobrenatural—explico.

—Hay varios reinos, donde ustedes viajaran para aprender y controlar sus nuevas habilidades—aclaro, mostrando cada uno de los reinos.

—¿y adonde iremos? —interpele.—Primero entrenaran aquí Teopan—zolco; después se le revelara a donde deben ir—explico señalando el globo —Por ahora deben descansar.! SITLALI ¡—llamo a alguien.

—¿Si mi señor? — apareció una joven de cabello azabache largo, vestida de camisa y falda larga.

—Lleva a mis invitados a sus habitaciones—mando a la joven llamada Sitlali.

—Si mi dios—cedió con tono suave.

La muchacha, de no mas de 3 años mayor, nos guio a cada uno por uno a una habitación distinta; después de dejar a mis amigos en sus cuartos me guio a al mío.

—Su alcoba mi señora—se dirigió a mí con respeto.

—Oye, no hay necesidad de tanto respeto, puedes llamarme Priscila—conteste con tono amable.

—Ah... está bien, bueno. Buenas noches, señorita Priscila—se despidió con la cabeza gacha.

Al retirarse, comencé mi tarea de inspeccionar la habitación, la cama era lo bastante espaciosa para dos personas, en la pared frente a esta estaba un centenar de armas; entre estas las lanzas, espadas, dagas, escudos, etc.

En una de las esquinas a lado de la puerta hay un escritorio con cientos de libros, iba a leer el título de uno de ellos, pero me dio un ardor en los ojos; me los froté y esta vez pude leerlo decía “Códice de la creación”, quizás traté de la historia de mi familia. Lo abrí para comenzar lectura, no obstante, un ruido proveyente del exterior aparecio, tome una de las lanzas para defenderme aun sin saber su uso; escuche un estruendo a mi lado, apunte directo al escudo que había provocado tal estruendo, me acerque lentamente y lo quite de una patada, iba a atacar.