Priscila
Aun tenia el vestido como prueba de la fiesta de ayer; Un gran cambio de rutina , parece que tengo un pequeño intruso entre mis sabanas, el desorden y la exageracion de movimiento en mi cama solo me daba una pequeña pista de quien es.
—Buen día Ener—salude al pequeño mamifero—
Por supuesto, el pequeño que me acompaño a la fiesta ayer, es un buen espia, ningun “adulto” se percato de su presencia, ni siquiera mis acompañantes. No creo que mi tutor de por vida, me permita tenerlo, pero quien dijo que no podia.
Luego de cambiarme con una blusa blanca y bustier, junto a unos shorts negros y mis amadas botas, me peine el cabello en con una cola de caballo alta, claro sin dejar de lado mi flequillo.
Hace 5 minutos, Sitlali me llamo diciendo para el entrenamiento, hay movimiento demasiado temprano, son las cinco, el sol lo indica, pude percibir donde se entrenaba, gracias al extenso cambpo que dominaba afuera; aún no había nadie por lo que me dispuse a sentarme, pero cambie de parecer para explorar que habia.
El piso tenía unas especies de jeroglíficos por lo que parecía contar una historia sobre un juego, pero decidí ver de nuevo a las gradas para ver a los chicos bajando.
—Era necesario tirarme de la cama—con ceño fruncido lanzo la queja— en serio Adom la próxima que me tires te cobro el hospital—
—No seas quejumbroso Moshee, es importante este entrenamiento, esto es cosa de vida y muerte—explico con tono serio tan distinguido—
Los chicos vestían de forma muy diferente, Moshee llevaba una camisa de botones junto con unos pantalones Skinny jeans y unos tenis blancos. Petrof vestía una sudadera rojo vino, sus botas de motociclista, pantalones negros y guantes sin dedos y sus chapas de identificación en el cuello, ¿Desde cuando las tiene? . En cuanto a Adom, bueno el no cambio en nada.
—Bien mocosos, comenzaremos con el entrenamiento de volada, no me importa si se desmayan, el propósito aquí es ¡Pelear! —menciono mi tío Huitzil; así le digo de cariño ahora, quien no se enreda la lengua con su nombre.
—Pero sin el calentamiento necesario alguno o mejor dicho casi todos podríamos tener un calambre—expuso Petrof y si tenía toda la razón.
—Y eso que, si no duele no sirve —
—Bien, lo primero será elegir su arma—dijo apuntando una pared... ¿vacía?
Los dioses pueden tener daños psicologicos.
—Eh tío; no hay nada ahí— dije apuntando la pared.
Acto su estruendoso aplauso reboto dos veces de forma violenta, revelando detrás de esta un centenar de armas.
—Decías— Tenia la mirada orgullosa acompañada de sus musculosos brazos cruzados .
—Muchos piensa que pueden tomar un arma a la ligera, que con solo ser experto y tomarla puedes ser invencible— explico — ¡JA! patético, hoy vamos capturar su arsenal ideal, aquella arma que la utilizaran el resto de sus cortas vidas. ¡Así que todos de pie! — ordeno, creo que ellos tendrian el puesto de general en la marina.
Pareciamos carrochos que obedecian las ordenes de su amo. Cada uno tomo un arma al zar, aun sin el conocimiento de cual era su obetico, exceptuando Petrof y Adom, prefirieron hacerlo cuidadosamente.
—Bien una breve explicación de cada arma, me permites—dijo, para después entregarle el arma que escogí—Este es el Macuahuitl, se puede decir que es semejante a un mazo, mas mortal e incluso mejor que una espada de doble filo, su función principal es punzar y cortar—termino, su vista y sonrisa le daba el toque terrofico de ser un asesino.
—¿Por qué escogiste un arma tan peligrosa? —me cuestiono Biton alarmado.
—No lo sé; recuerda que no sabemos nada de esto, ademas, mi sentido de la duda estaba apagado—respondí confundida.
—!Tu¡ tlatsistli—apuntando a Moshee; el duro trago de daliva que dio indicaba revelaba su corazon a mil—Si tú, ven con tu arma te explicare que es—menciono Huitzil.
—Vaya, escogiste al clásico de todos, el arco y flecha— con el mayor satisfaccion entre sus cayosas manos.
—Es muy evidente de por qué es muy demandada, su ataque a distancia es muy efectivo si tienes la puntería correcta—finalizo satisfecho por el artefacto.
Luego se acercó a Adom, aun manteniendo su postura antes utilizada.
—Por lo que veo Adom tu nunca cambiaras tu querida guadaña—menciono con tono burlón.
—Sabes muy bien la razón por la cual jamás cambiare mi guadaña—respondió mirándolo molesto.
—Y tu sobaco de gallina, ¿porque no elegiste un arma? —pregunto Huitzil, rigiéndose a Petrof.
—No permitiré que me hable así, anciano decrepito—insulto con tono tosco.
—Decrepito el más viejo de tu sangre—devolvió el insulto
Después de esa pequeña pelea, Huitzilopochtli nos enseño acerca de las diferentes poses de enfrentamiento, Petrof tuvo que utilizar espada para entrenar, obligatoriamente tuvimos que usar posturas de esgrimas y claro usar las mismas espadas de este deporte; Luego de un largo entrenamiento-tortura, mi tío nos de la guerra nos dio el siguiente anuncio.
—A continuación, luego de todo el trabajo que he hecho con ustedes, es hora de mi parte favorita—dijo para seguidamente sacar su propia arma—¡Pelea a muerte! —
—Señor no cree que es, una exgeracion sobre la parte de muerte—verbalizo Adom, con sus parpados abiertos.
—Adom tiene razón Huitzilopochtli, ese tipo de peleas son demasiado para sus blandos cuerpos—apoyo mi tío Tezca a Adom. Él había aparecido de la nada en las gradas —
Tuve que sacar un gran puñado de aire antes de dictar.
—Bueno, lo que sea por salvar a mi padre—suspiré—lo hare—respondí con la vista segura en el premio—
Al decir eso me posicione sosteniendo mi Macuahuitl con ambas manos, mi pariente Huitzil hacia lo mismo, el sudor bajando por mis manos no me ayudaba mucho en el agarre. Su primer movimiento, aproximarse hacia mí con el arma en manos y rápidamente lo esquive, iba a dar otro golpe.