Priscila & La manzana dorada

Dulce y lindo Cairo

Priscila

Siento que ya hemos estado en esta situación, ah sí, estamos cayendo, el pánico se apoderó de nosotros exceptuando al no muerto; el minúsculo cuerpo seguía en mis brazos, sí que es temerario este niño.
Ahora sí que no teníamos salvación ante la caída, sino fuera por el golpe de realidad que me dio el agua con cloro.
—¿Ya estamos en Egipto? — empecé a nadar, con el párvulo en mi espalda.
—Mi hogar—respondió Adom a mi pregunta.
Los aullidos de dolor fueron lo primero que llamaron la atención, nuestro pobre oji celeste parecía tomate pelado, el rubio tuvo que ayudarlo a salir.
Uno de los trabajadores se acercaron con gritos y reclamos, ahuyentándonos como si fuéramos perros, hasta que la mano disfrazada de Adom le extendió una tarjeta negra; sus ojos se les salieron de las orbitas al ver el nombre del dueño y empezaron a guiarnos.
No es extraño que los huéspedes tengan sus ceños fruncidos al observar a unos “intrusos” en este lugar, no soporto esa cara de fuchi.

Por favor, como cualquiera tenemos derecho de estar aquí.
—Ow ¿Qué me pasó?, ¿Quiénes sois? —pregunto
Era evidente su nariz y cejas arrugadas, yo también tendría la desconfianza al estar con extraños.
Este se rascaba su cabellera anaranjada cabeza con cara de confusión.
—Las preguntas las hacemos nosotros, come mocos—comunicó Petrof con dejo de enfado.

—¿Quién eres? Y ¿Por qué nos atacaste? —
—Oye, oye no te dirijas a mí con ese tono hombre—defendió el niño.
—Por tu acento, puedo suponer que eres de España, oh ¿me equivoco? —argumento Moshee.
—Eso que te importa—
—Vamos ¿no puedes darnos otro dato?, como tu nombre, edad, el número de tus padres—le pregunté buscando su aprobación para decir más información.
—No— este niño es más rígido que un bloque de concreto—He aprendido en la vida a no decirle nada a los extraños así que...—
—Tu nombre es Andrés Reyes y tienes 6 años—dijo Adom leyendo unos documentos en su mano— Y terminaste con nosotros por atacarnos—
—¿¡Como cojones sabes eso!?—agravio — Gilipollas—
—Encontré una visa de estudiante en tus bolsillos—Respondió con los documentos en mano.
Parecía que el recién nombrado Andrés se iba a convertir en una tetera, por un instante confundí su cabello con su rostro.
—Escúchenme solo quiero un lugar donde vivir y estar solo, simplemente pido eso—imploro con ojos aguados, intensificando las llamas.
—No podemos hacerlo, aún eres un niño, además... Tengo la sospecha de que eres un semidiós— tenía angustia ante tal poder que sería un peligro mortal para alguien tan pequeño.
—¿Qué? —cuestiono— Señorita sin ofender usted debe estar mal de la cabeza, eso no existe—
Adom ante tal respuesta se quitó la capucha de su capa, revelando así su rostro en mitad-mitad.

Un jarrón era lo que tendría en su cara de no haber esquivado; aunque es imposible considerando que es un no muerto. Palabras iban a escapar de mi boca cuando las gárgaras estomacales llenaron la habitación.
—Perdón, fui yo—declaró Petrof.
—Tiene sentido, no hemos comido nada en horas—argumento Moshee.
Salimos de la habitación a buscar un lugar para comer, no sin antes Adom retomará su apariencia escolar; al salir del hotel empezamos a caminar fuimos a lo que parecía ser un mercado lo bastante grande para que un millón de personas lo ocuparan para un concierto o más.
—¿Qué es este lugar? — Creo que aparecieron estrellas en mis pupilas.
—Es un bazar, es el primer destino de turistas en El Cairo y principal sustento económico—expuso el azabache señalando los puestos.
Con protésica puesta en su rostro y sin dejarse expuesto al sol.
El color es el dominante del lugar, se encuentra en cada producto vendiendo artesanías, comida entre otras cosas luego paramos en alguno de los puestos.
—Yo me encargo de pedir, verán que la comida es bastante buena aquí—aseguró Adom para luego silbar—

La gente va y viene haciendo sus mandados hasta los perros desamparados rogando a la gente por comida; muchos con costillas expuestas por su piel.
Fuimos a una esquina para poder comer.

Al dar la primera cucharada es como si una explosión se hubiera producido en mi boca, la salsa y los fideos es lo mejor que he probado.
—mmm... qué rico, esto si es comida de dioses—dije disfrutando el manjar.
—Sí, puede ser, puede ser, pero con carne sería una chulada—mencionó Andrés.
—Bueno lo admito, está bastante bueno—admitió Petrof.
Luego de comer este exquisito aperitivo, decidimos recorrer más el lugar a petición de Andrés, ya que según él le parecía interesante el lugar.

Había un montón de objetos bastantes lindos de forma que se hallaban lámparas de colores, perfumes, joyas, instrumentos musicales.
Por alguna razón el aroma a difunto siempre buscaba a mi nariz, en mi vista apareció un can mucho más grande que un zorro, pero no quería perderme en un ambiente extranjero.
Los tonos naranjas empezaron a dominar el ambiente después de ese largo recorrido, encima el frío es mucho más potente aquí sin la necesidad de nieve, así que decidimos volver al hotel para luego acomodarme en la cama.
—Bueno, nos vamos a repartir así; Moshee y yo vamos a dormir en el sofá-cama, Petrof en el sillón individual y el mocoso...—indicaba el oji ámbar al ser interrumpido por el pelirrojo.
—Yo duermo con la señorita, prefiero compañía femenina—dijo para seguidamente acomodarse junto a mí.
La luna estaba en su fase menguante, el aullido de los caninos resonaron a pesar de estar en un lugar de “alto prestigio”.
•••En otro lugar•••
El familiar del perro seguía reposando sin seguir las melodías de la muchedumbre, con las luces de la alcoba se apagaron empezó a aullar para callar a sus subordinados, era su señal.

Con fuerza sobrenatural en sus patas empezó a tomar trayectoria a donde su amo, introduciéndose en el desierto a toda velocidad, este animal majestuoso rodeo las pirámides como si su vida dependiera de ello; para llegar a un pozo que estaba cerrado por una gran roca, con solo usar su hocico el obstáculo fue apartado de la puerta y el animal de un salto se metió al pozo.



#864 en Fantasía
#139 en Magia

En el texto hay: magia acción, fantasía ficción

Editado: 24.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.