Narra Petrof
Desperté en una camilla en lo que parecía ser una especie de palacio, el cual en dirección al cabezal había un paisaje de desierto, miré a mi derecha a una mujer la cual estaba de espaldas, parecía acomodar algo en una mesa, aclaré la garganta para llamar la atención de la misma. Esta se voltea su aspecto es de una mujer regordeta con cabello lacio acompañado de un fleco, estaba vestida con una túnica larga sin mangas y complementada por brazaletes y collares de oro.
—Que bien que despertaste, me tenías preocupada—menciono sentándose a mi lado
Me fije que tenía piel cobriza y ojos circulares de un tono café chocolate.
—¿Quién eres? Y ¿Qué este lugar? —mencione con dudas
—Es cierto que maleducada soy, déjame presentarme soy Tueris la divinidad de la fertilidad y protectora de las mujeres embarazadas y estas en la enfermería del palacio de las Eneadas— explico acercándose a mi pecho
—¡eh! ¿Qué haces? — pregunte temblando
—Te cambio el vendaje, ¿No te diste cuenta de tu herida? —cuestiono extrañada
Mire en dirección a mi cuerpo observando que tenía el pecho vendado cubierta por una mancha de sangre, me toque el pecho asustado de que se me hayan perdido mis chapas militares. La mujer me miro extrañada se voltea a la mesa agarrando algo.
—¿Buscabas esto? — inquirió Tueris
¡Mis chapas! Agarré mis chapas rápidamente y me las puse, las guardo como mi más grande tesoro, le pertenecían a mi madre, era la única que me amaba desde que mi padre desapareció. Después de colocármelas entraron los demás con cara de que un perrito lo hubiera atropellado. Exceptuando a uno.
—Creí que ya te fuiste al más allá—dijo el pelirrojo
—¡Andrés por favor! —le replico Priscila
—No importa Priscila, en ningún caso me importa lo que diga esa rata—respondí entre dientes
—¡¿cómo me llamasteis!?—replico el pelirrojo para casi un instante su cabello se volvió fuego
—¡Es suficiente, no permitiré peleas en este lugar sagrado—Rugió una mujer más alta que Tueris e incluso más delgada
Esta misma, iba vestida con vestido blanco ajustado con una faja roja y una tela transparente casi igual que una bufanda, solo que le cubría los hombros, llevaba una corona que sostenía una pluma, aun así, lo que más llamaba la atención eran unas enormes alas debajo de sus brazos, sus plumas eran coloridas y ella transmitía un aura maternal.
—Es admirable que hayas sobrevivido a esa herida, otros en tu estado estarían en un sarcófago—menciono agarrando mis dos manos
—Petrof, ella es Isis la deidad de... muchas cosas en realidad —aclaro con tono dubitativo
—Así es y yo les enseñare a cómo usar una de las herramientas más indispensables en su aventura—menciono en tono autoritario
Esta nos guio a un gran salón donde había monumentos a lo que parecía ser diferentes deidades, incluida ella misma; se giró a nuestra dirección y aplaudiendo causo que las antorchas que se encontraban en la habitación se encendieran.
—La magia—pronuncio—la magia es una de las habilidades más importantes en el mundo divino, da poder para hacer cualquier cosa—explico—hay tres tipos de magias la blanca, la negra y la fertilis, esta última es la más poderosa de todas, no solo es la combinación de las dos primeras sino también de todas las habilidades de otros seres ya sean comunes o asombrosos—finalizo
—¿y usted la tiene? —interrogo Moshee
Su próximo movimiento fue alzando la mano hacia nuestra dirección y una bola de luz apareció en esta creí que iba atacarnos así que me aparte, pero en vez de eso cambio la posición de su mano para después lanzar un chorro de agua y como consecuencia empezó a llover sin la necesidad de nubes.
—Eso es solo la mitad de lo que puedo hacer; ustedes aprenderán más acerca de este tema—expuso
—¿Este libro puede ayudar? —pregunto Moshee
Seguidamente saco su libro del bolso de Priscila para después entregárselo a la diosa. Esta lo observo a detalle para luego mirar a Moshee.
—De hecho, si ¿Dónde lo conseguiste? —le pregunto a Moshee
—Me lo dio mi madre—respondió
—¿Cómo se llama tu madre? —volvió a interrogar
—Margaret Biton—contesto devuelto
Al oír el nombre de la progenitora sus ojos se agrandaron como platos y acariciando el libro en el punto donde estaba la gema, este se abrió junto a una luz cegadora, cuando esta se fue Isis empezó a hojear lentamente el libro y quedando maravillada con este.
—¿Señora usted la conoce? —pregunto Moshee con cierta preocupación
—"sniff" si solo me llegaron hermosos recuerdos—respondió con los ojos hecho mares—Bueno "sniff" ya, mejor empecemos el entrenamiento—culmino limpiándose las lagrimas
Señalo a Moshee y Priscila, de alguna forma Adom no fue seleccionado, quizás porque ya es un ser mágico.
—Voy a enseñarles unos de los hechizos más fáciles de aprender y se usa en caso de protección—explico
—¿Cuál? —pregunto Priscila
—Michozek—respondió —es fácil manifestarlo, solo hagan un triángulo con sus manos, pónganlos arriba de sus cabezas y digan el hechizo en voz fuerte y clara—termino de explicar
Narra Moshee
Seguimos la guía de la diosa, me sentía un poco ridículo haciendo esto, pero todo por aprender.