Narra Priscila
Al parecer nos transportamos a España, visualice un poco más la casa al parecer estamos en la cocina, se acercó a la nevera arrancando una nota en la nevera mientras se recostaba en la misma; leyó lentamente el papel ajustándose los lentes. Después de eso arrugo la hoja con el puño.
— mujer mentirosa—dijo para después arrojar la hoja a la basura
Tenía cierta curiosidad sobre como era su vida familiar, pero decidí no ir respetar su privacidad. Posteriormente, se escucharon unos gritos, vimos por la ventana que pasaba, había varias personas huyendo de algo y otras aún más alteradas cerraban sus ventanas junto a las cortinas; nos dirigimos a la puerta para visualizar mejor la situación en el instante, pero una gran figura peluda se atravesó en nuestro camino.
El animal nos rugió como si nos reclamara algo, Moshee trato moverse para buscar una salida, pero no le resulto.
—¿¡Que quieres gato tonto?!—exclamo furioso Petrof
El felino reaccionó de manera rabiosa, cuando me interpuse al percibir a alguien o ¿algo?
—Shh, escuchen—dije tapando la boca de Petrof
Se oía como... pesuñas y un refunfuño, las pisadas fueron disminuyendo en pocos minutos. Salimos de la casa, aun estando vigilantes de lo que sea que haya sido eso.
—¿Qué fue todo eso? —pregunto Moshee al ver las calles desiertas
—Parecían huir de algo grande—le respondió Petrof viendo el suelo
Copie su acción y note una huella de pesuña, pero no una común era gigantesca.
—Eh ¿Andrés? —pregunto Moshee
—Si—
—¿Hay algún animal que es muy recurrente aquí? —
—Con seguridad, te puedo decir que, hay corrida de toros—
Al acabar su pequeña explicación recibimos un mugido a nuestras espaldas, volteamos para visualizar mejor la amenaza para estar cara a cara con una bestia similar a un toro, tenía aspecto horrible; colmillos saliendo de su boca, enorme cola de escorpión y cuernos enormes, pero lo que da más miedo son sus ojos... esos ojos rojos que parecían las llamas del infierno, un lugar de dolor y sufrimiento en el que nadie puede escapar.
—Todo mundo quieto, si no nos movemos, no nos ve—dijo Moshee con sigilo
Pero el gigantesco animal arrastraba las pesuñas preparándose para correr. Sacamos nuestras armas listas para el ataque, mirándolo fijamente cuando...
—¡Pero qué cojones les pasa a todos! ¿Por qué nada está abierto? —grito molesto una señora de tercera edad en forma de reclamo
La bestia reaccionó furioso ante la bulla con un mugido estruendoso para seguido dar marcha hacia nosotros.
—Todos tomen caminos diferentes— mandé.
Los demás hicieron caso a mi indicación, corrí a uno de los callejones con todas mis fuerzas para no ser alcanzada, aun con estos esfuerzos el toro mes perseguía y parecía que su tamaño había aumentado. Abrió la boca expulsando un líquido espesó, esquivando el mismo; el líquido consumía el concreto.
—¡¿En serio?! ¡Ácido! —le reclamé.
Ese fue mi peor error. Empezó a perseguirme, tuve que acelerar mi paso para encontrar una salida.
Narra Petrof
Recorrí a alta velocidad el angosto lugar, el toro me perseguía como un depredador cazando a su presa, mientras lo hacía pensaba un plan de como distraerlo.
—¡Todo mundo apártense! ¡Toro suelto! — avisé con euforia
Al parecer no me entendieron hasta que ver al gran animal, los ciudadanos sucumbieron en el pánico, las personas corrieron alteradas de un lado a otro como si se trataran de ratones.
—¡Mami! —exclamo una voz infantil—¡Ayúdame! —suplico
Me detuve para ir por el niño, al tiempo de que el león se adelantó para que con sus dientes agarrar al pequeño de la camisa para acto seguido llevarlo con una mujer que supongo que es su madre. Estuve parado en medio de la calle viendo la escena y sin darme cuenta, tome mis chapas recordando a mi madre; el toro se abalanzó sobre mí para estamparme con sus cuernos, pero antes de azotarme con una de sus astas, paralelo a esto el mismo león mordió el cuello del animal provocándole un quejido de dolor. Tomé mi arma para atacarlo, propinándole una apuñalada cerca del pecho; seguí corriendo para reunirme con los demás acompañado por el león, pero oí de nuevo, el mugido, me giré para ver que el toro aún nos seguía.
Narra Moshee
Me escondí tras una carreta de un puesto de frutas, el toro sigue en los alrededores con su bramido que le puede dar miedo hasta a los propios piojos, fui a la dirección contraria, pero choqué con algo duro, puse mi vista en el responsable tratándose de Adom.
—¿Adom? ¿Qué haces aquí? —le cuestione confundido
Estoy seguro de que lo vi correr a otro callejón.
—Igual que tú, escapando de ese maldito—exclamo en silencio apuntando a sus espadas
Mire alrededor para ver qué cosa me puede dar ideas, en ese instante se me vino a la mente lo que dijo Andrés.
—Oye ¿Recuerdas lo que dijo Andrés antes? —le pregunte
—¿Qué tiene que ver? — me respondió con otra duda
—Solo mira esto—le dije mientras apuntaba un cartel
En este decía algo sobre una corrida de toros en una plaza llamada "Las Ventas", celebrando la llegada de una celebridad.
—¿Tienes alguna forma de comunicarte con los demás? — interrogué.
—De hecho, sí, tengo telepatía—comento
—Perfecto— mencioné con orgullo—avísale a los demás que nos encuentren en la plaza "Las ventas"—
—De acuerdo—
Narra Adom
Me puse manos a la obra, cerrando los ojos y teniendo en mente a al resto, conectando con estos.
—¿Qué es esto? — escuche la voz de Priscila
—¡En serio! ¿Ahora debe dolerme la cabeza? —reclamo Andrés
—Vaya Adom, no te creí con eso de la telepatía—afirmo Moshee
—¡Adom, explica ¡Ahora! —reclamo Petrof
Estos mocosos terminarán matando por segunda vez, ahg espero que me paguen por ser niñero.
—¡No es momento para explicar, esto es algo entre la vida y la muerte! —exclame con molestia—¡Todos vayan a la plaza de toros "Las ventas"—termine
—Ya te entendí tu plan, todos rápido, hay que ir esa plaza— mando Priscila
Espero que nada vaya a salir mal en este plan; rápidamente me desconecte de los demás y dirigí mi mirada a Moshee, el cual parecía haber esperado el resultado de una prueba evaluativa.