Miedo al destino.
Inicio incierto, niebla y sombras se expanden,
Miedo que susurra, cadenas que atan.
Nos detenemos en el umbral del sueño,
Temblorosos, sin pasos, sin alas.
Mas alzamos el pie, quebramos el velo,
Piedras y huecos, dolor y tropiezos.
Caídas repetidas, cicatrices profundas,
Deseamos volver, el miedo se reaviva.
Pero el alma persiste, el destino nos llama,
El sufrimiento es fuego que nos forja.
Llegamos maltrechos, pero erguidos decimos,
Logramos la meta, vencimos el abismo.