Educación y cultura
En un rincón del alma y de la mente,
Reside el tesoro del saber eterno,
Cultura y educación, joyas relucientes,
Riqueza imperecedera, faro en la tormenta.
En la vorágine del día, olvidados,
Despreciados por pobres que no pueden alcanzarlos,
Por ricos que, en su confort, los ven innecesarios,
Y por sabios que, en su altivez, los guardan celosos.
La sociedad apresurada se rinde a lo inmediato,
Al valor de lo efímero, la ganancia fugaz,
Mientras el verdadero oro yace en la paciencia,
En la búsqueda constante del conocimiento vasto.
¿Cómo entonces despertar el deseo?
¿El ansia de aprender, la pasión del saber?
Romper cadenas, tender puentes al olvido,
Ofrecer el tesoro a manos deseosas y abiertas.
Que el pobre encuentre acceso, puertas abiertas,
Que el rico vea la verdadera riqueza en el alma,
Que los sabios desciendan de sus torres de marfil,
Compartiendo el fruto de su labor con humildad.
Educación y cultura, faro en la oscuridad,
Brillando sin distinción en cada rincón.
Es el despertar de un nuevo anhelo,
Donde aprender y crecer es lo esencial.
Un mundo donde el conocimiento es pasión,
Deseado y buscado con fervor y devoción,
Así elevará la humanidad su voz,
Unida en la búsqueda del saber, con corazón.