Deprimido
La depresión llega sin tocar la puerta,
Silenciosa, como sombra que envuelve el alma,
Frustración y sueños rotos en su estela,
Sentirse derrotado, un peso que aplasta.
Un amor perdido, un adiós eterno,
Relaciones que se quiebran, dejan cicatrices,
El duelo nos envuelve en su manto frío,
Y el corazón se ahoga en penas infinitas.
Difícil es que el mundo comprenda
El dolor interno, la tristeza escondida,
Por eso en silencio se gritan las penas,
El grito más desgarrador, el que nadie oye.
Las letras se vuelven nuestro refugio,
Expresamos en ellas lo que el alma calla,
Desahogar las penas, romper las barreras,
Que el dolor encuentre su voz en la tinta.
La depresión, un tormento sutil,
Que en la sombra nos consume lentamente,
Pero al plasmar en palabras nuestra lucha,
Encontramos fuerza en el acto de escribir.
Es necesario hablar, aunque cueste,
Romper el silencio que oprime el pecho,
Que nuestras voces se alcen en un coro,
De esperanza, de lucha, de vida y consuelo.