Ecos de un Amor Eterno
En las ruinas de mi alma, yacen versos olvidados,
fragmentos de un amor que fue intenso y real.
Como un astro que se apaga, lentamente se han desvanecido,
dejando en mi ser una melancólica estela.
No fue un simple capricho, sino un encuentro cósmico,
una danza de almas en un universo efímero.
Juntos tejimos un tapiz de sueños y promesas,
pero el destino, cruel juglar, cortó el hilo.
El tiempo, ese escultor implacable,
ha cincelado las huellas de nuestro amor.
Y en las grietas de mi memoria,
aún resuenan ecos de tu nombre.
Extraño la complicidad, la intimidad profunda,
la fusión de dos almas en una sola.
Extraño tus ojos, esos abismos donde me perdía,
y tu sonrisa, que iluminaba mi vida.
Quizás los errores fueron semillas de discordia,
o el miedo nos arrastró hacia la oscuridad.
Pero el amor, ese fuego que nos consumía,
nunca se extinguió del todo, siempre brillará.
En este viaje solitario, sigo buscando respuestas,
indagando en los misterios del ser y del existir.
Y aunque el dolor aún me acompaña,
la esperanza es mi faro, mi luz interior.
Porque el amor, más allá de las circunstancias,
es un estado del alma, una forma de ser.
Y aunque el tiempo pase, y las cosas cambien,
el amor verdadero perdurará por siempre.