Ecos Eternos en el Tiempo
En la forja del alma, sueños se encienden,
chispas que iluminan la noche más oscura.
Imaginar es construir puentes hacia lo eterno,
es dejar una huella indeleble en la cultura.
Las palabras son pinceladas en el lienzo del alma,
creando mundos donde la belleza reside.
Creer es el aliento que da vida a los sueños,
la fuerza que nos impulsa a navegar por la marea.
En un mundo ajetreado, el arte es un refugio,
un oasis donde el espíritu encuentra paz.
Es el espejo que refleja nuestra humanidad,
la voz que clama por la justicia y la verdad.
Escribir es dejar una marca en el tiempo,
un mensaje en una botella lanzada al mar.
Aunque nadie lo lea, la palabra perdura,
resonando en los corazones a través de los años.
Llevar una obra al mundo es un acto de valentía,
es compartir una parte de nosotros mismos.
Aunque no sea recibida con entusiasmo,
la semilla plantada puede germinar en otro ser.
Soñar es trascender los límites de la existencia,
es conectar con algo más grande que nosotros.
Imaginar es crear un futuro mejor,
donde el arte y la belleza sean la norma.
Escribir es construir puentes entre las almas,
es unir a las personas en una sola voz.
Creer es la fuerza que mueve montañas,
es la chispa que enciende la llama de la esperanza.
En un mundo materialista, el arte es el alma,
la esencia que nos hace humanos.
Y en cada pincelada, en cada verso, en cada nota,
dejamos una huella que perdurará por siempre.