El Reloj Interno
La edad, un número, en un reloj sin fin,
que marca el paso, pero no el sentir.
Un niño sueña con volar, un anciano con volver,
cada uno en su mundo, tiene mucho por hacer.
Correr, saltar, reír, soñar sin cesar,
no es solo de jóvenes, es de quien quiere amar.
La mente es un universo, donde todo es posible,
aunque el cuerpo envejezca, el alma sigue noble.
Triunfos y fracasos, en cada etapa están,
pero la felicidad, no tiene edad ni plan.
Un joven puede triunfar, un anciano puede aprender,
la vida es un viaje, donde todos podemos crecer.
¿Qué importa el número, si el corazón late?
Si la pasión nos mueve, y la esperanza nos abate.
Vivamos el presente, con intensidad y amor,
y dejemos que el futuro, nos sorprenda, sin temor.
No hay un manual, para esta gran aventura,
cada uno escribe su historia, con su propia escritura.
Así que disfrutemos, de cada instante vivido,
y dejemos que la vida, nos lleve a donde ha querido.