Capitulo 6

A pesar de todo esto, era hora de terminar la reunión, los dueños habían dado oportunidad a Ulises por ser un cliente destacable de permanecer más tiempo en el lugar, ya era el último comensal y todos estaban esperando a irse. Esperanza tardó en percatarse de está situación y por fin miró el reloj.

—¡No inventes, ya es muy tarde!—Se levantó de un brinco al darse cuenta.—Ya tengo que irme no debo andar a tan altas horas fuera, mi mamá se va a preocupar, además no conozco por aquí, necesito un taxi.—Hablaba tan rápido y con tantas ideas a la ves que su desesperación era muy notoria.

—Tranquila Esperanza, no es tan tarde.—Ulises seguía calmado y tomando el trago de su vaso. -Yo te puedo llevar a tu casa, no te preocupes.

—Te lo agradezco mucho pero ¿Qué vas a pensar de mí? Yo soy una chica decente no creas que ando haciendo esto tan seguido.—A pesar de todo quería dar la mejor impresión a su nuevo enamorado.

—Yo no pienso eso, relájate ya tienes suficiente edad para divertirte de vez en cuando, disfruta por favor.—Estaba cortando la diversión para calmar a su nueva enamorada quien lucía muy preocupada.

—Aunque me llevas, mi madre es de esas criadas a la antigua, se va enojar.—Esperanza seguía viendo las cosas negativas ante el gran sueño de amor que estaba viviendo.

—Bueno entonces tendré que ir a disculparme con tu mamá en persona y así podré presentarme para que me conozca de una vez, ¿Esta bien?—Ulises estaba muy serio y hablaba muy en serio en sus palabras dejando ver qué sentía un gran interés en Esperanza.

—Enserio harías eso?, ¿Por qué lo harías?—Se puso seria ella también y dejó a un lado su desesperación por irse para conocer a fondo la respuesta.

—Claro que sí lo haría, porque me interesas mucho.—Se acercó a la mesa para agarrar su mano y mirarla a los ojos.—Tu me gustas desde que te conocí y no salías de mi mente ni un solo momento por eso deseaba volver a verte. Fue un enlace del destino que tú también quisieras y ahora que pude tener esta cita contigo me doy cuenta que eres lo que siempre había buscado, no quiero dejarte ir, no quiero despertarme de ti y no se que hacer.

Esperanza lo miró tan tiernamente, sus ojos derrochaban amor a un nivel que solo dos enamorados podían expresar.

Con el alcohol encima los sentimientos salen más fácilmente, se deslizan por la lengua como un niño divertido por una resbaladilla. Ulises había sido víctima de eso, un hombre que había abierto el corazón para recibir a la chica que como nunca en su vida le habían cautivado. Eso pasa una sola vez en la vida.

Ulises y Esperanza se fueron del restaurante muy contentos y ella mucho menos nerviosa ya. Pusieron rumbo a la casa de la hermosa mujer que seguía impecable y brillando con su belleza.

Su casa estaba lejos de ahí y para nada era el rumbo que el millonario enamorado seguía en su rutina. Conforme se acercaban a su destino comenzó a sentir muchos escalofríos al ver la zona y lo que podía pasar ahí.

—Se que he pasado por aquí, la vez que te conocí por el desafortunado accidente tomé está ruta como atajo, ya lo había hecho antes pero ahora de noche se ve muy diferente. —Hacía un poco de plática que ayudaba a calmar la reciente aparición de sus nervios.—Me gustaría evitar pasar por esa calle, ya sabes no sería un lindo detalle hacerlo. Es un bache en la relación.

—¿La relación?—Estaba muy atenta a todo y eso le sorprendió mucho.—No sabía que teníamos una relación, ¿Cuando me lo pediste?

—No te lo he pedido aún pero creo que algo como esto se merece una relación, ¿No lo crees?

—Sé que esto es especial y también lo he pensado pero ¿Por qué ir tan aprisa?—Dijo ella dándose a desear.

—Porque la vida es corta y no deseo pasar ni un solo minuto más lejos de mi media naranja, todos estos años ya estuve lejos de ti y ahora que te conozco no pienso dejarte ir, desde ahora y para siempre quiero estar junto a ti.

Esperanza había escuchado una declaración de amor sincera pero no se imaginaba en lo que estaba por meterse. Ulises tenía novia y aunque a él se le hubiera olvidado a la bella modelo no. Era una mujer que no solo le quería si no que estaba encaprichada con él y no iba a ceder tan fácil en abandonarlo ni a la fortuna que con él tendría.

Esperanza se había dado cuenta que Ulises tenía dinero pero nunca se imaginó el potencial de su riqueza ni que fuera uno de los más grandes millonarios del país. El apellido de su familia era de los más poderosos y también con un prestigio que cuidar.

A pesar que sus padres no se metían en las relaciones de su hijo le habían pedido que cuidara el status. Tanto su padre como su madre apoyaron la decisión de estar con una hermosa y popular modelo siendo su madre la que más se encariñó con ella. Su papá solo era amable pero la señora estaba decidida en hacerlos que se casaran y no iba a cambiar de decisión así de fácil. La hermosa modelo tenía todo el apoyo de su suegra.

Al llegar a casa de Esperanza Ulises se encontró con una situación totalmente diferente cuando lo presentaron, la señora fue muy amable y no mencionó nada de la hora pues vió con buenos ojos al joven que acompañaba a su hija.

Incluso Esperanza se sorprendió por la reacción tan pasiva de su parte.

—Buenas noches hija. ¿Quién es este guapo hombre que te acompaña?—La miró muy tiernamente, se notaba que ella era su máxima adoración y motivo de vida.—¡Pásalo por favor!

—Buenas noches señora me llamo Ulises Benze y estoy a sus órdenes. —Se agachó dándole un beso en la mano como todo un caballero.

—¡Que hermosas modales tiene, me da gusto!—Se dejó halagar encantada.—Me llamó Rosalba Castillo viuda de Cercon.

—Lo siento mucho señora, no sabía de la pérdida de su marido.—Ante todo era muy educado pero el plus era el querer quedar bien con ella y ganarse más a Esperanza.