Capitulo 28

Así estaba Esperanza, obligada a estar ahí permaneciendo fija.

Su estancia fue mucho más agradable gracias a sus dos confidentes principales, Laura la doctora y Julio su abogado, quien también se había convertido en su amante. Ella no se imaginaba cómo hubiera sido su vida sin estas dos personas acompañándola en todo momento.

Él con su apoyo incondicional y con sus ganas de quererla, mientras que ella con sus cuidados y escuchándola.

Se había ganado más aliadas, a través de su embarazo tanto custodias como reas sentían ternura por ella y estaban ahí para ayudar.

Se convirtió en alguien muy popular en prisión y eso lo agradeció.

Parte de eso fue la dureza que ganó al estar ahí. Vivió muchas cosas que la llenaron de rencor, situaciones que le obligaron a llegar a su límite y extremos demasiado tajantes.

Incluso el frío por las noches le hacía maldecir a quien se burló de ella, jurando que nunca más volvería a ser la víctima de alguien.

Se volvió más seca a la hora de expresarse, en ocasiones incluso con su misma madre dejaba de mostrar el cariño habitual en los saludos, aunque le daba gusto verla.

La señora no pudo resistir el enojo con ella, estuvo ahí para apoyarla desde que se enteró del embarazo. Se resistió en no contarle a Ulises, como Esperanza de lo pidió. Aún muy en su pesar también seguía creyendo que él no sabía nada, pero el hecho de no recibir su visita le hizo pensar que creyó todo y no confió en ella. Así que aceptó la decisión de su hija de no buscar al padre de su nieto.

El nuevo ser pudo nacer adecuadamente. Trasladaron a Esperanza a una clínica del estado en donde sería atendida en el parto. Fue la primera vez en esos nueve meses que pudo salir de ahí. No fue la salida o el lugar más placentero, el dolor que sentía y el estar vigilada constantemente, lo hicieron aún peor.

En el hospital le dieron la atención correcta que necesitaba, aunque pudo sentir un poco de discriminación y miedo por su procedencia, algo muy similar a lo que sucedió con Laura la primera vez que se conocieron.

Esta vez su amiga no pudo hacer mucho por ella, solo llevó el expediente médico de todo el tiempo que la estuvo cuidando.

Después de eso, solo pudo desearle lo mejor en el parto.

A su madre se le permitió pasar para estar presente y conocer a su nieto. Fue una alegría muy grande para ella y un gran apoyo para Esperanza quien lo necesitaba.

Fue muy doloroso para ella, las contracciones fueron inducidas para que el bebé pudiera salir.

Después de cinco horas en esta labor, al fin el pequeño pudo ver la luz del día. Esperanza lo recibió entre llanto y con tanto cansancio que se quedó dormida justo después de verlo. Esto provocó un poco de preocupación en los médicos que revisaron sus signos vitales, pero comprobaron que estaba bien.

La dejaron descansar y el bebé fue trasladado a los cuneros donde recibió la atención adecuada mientras ella descansaba para comenzar con su alimentación.

Todos celebraron el nacimiento del bebé, todos a excepción de su padre quien no lo sabía y de su abuela paterna que se enteró de esto con mucha molestia.

Aún tenía comunicación con la prisión. Vigilaba constantemente a Esperanza, no la soltó ni un minuto aunque ya la tuviera donde quería. Lo hizo sin meterse directamente nuevamente, solo dejó fluir todo pero le gustaba estar informada.

Se preguntó al hacer cuentas ¿Qué tan probable sería que fuera su nieto?

Investigó acerca de la vida de ella y notó que no tenía otra pareja más que su hijo. Esto la inquietó un poco pero no le causó remordimiento, ella estaba decidida en no ceder y creía que ese nuevo ser era un nuevo obstáculo para su hijo.

La señora Benz también se enteró del juicio y la notificación que debía presentarse en el juzgado para reafirmar su acusación, de no hacerlo, Esperanza quedaría libre y eso no lo iba a permitir.

Por más que detestara ir a esos lugares e involucrarse en esas situaciones, su abogado le advirtió que no podía ir solo, necesitaba su presencia.

Ella hizo todo lo posible para que su esposo, hijo y cualquier conocido, no se enteraran de aquello, sería tanto una vergüenza como motivo para dar explicaciones que no deseaba.

Se mentalizó en que debía asistir y aún tenía dos meses para prepararse. Debía hacer todo lo posible para comprobar que ella había robado sus joyas, pero esta vez dudaba que los vídeos le fueran a funcionar pues las autoridades estaban facultadas y verían que era falso.

Su abogado le recomendó buscar algo diferente y prepararse, de lo contrario ella iría a prisión por falsificación.

De inmediato recurrió al argumento del bebé nacido. Decidió buscar al hombre que implantaron en los vídeos para hacerlo pasar como novio de Esperanza. En esta ocasión tendría que darle un pago mayor pues iba a necesitar que sostuviera eso en el juicio, además de adjudicarle al bebé en caso que la joven lo usara cómo argumento.

El joven se negó al inicio, pues no quería una responsabilidad tan grande ya que de decirlo, tendría que hacerse responsable del menor.

La señora Benz lo convenció con una jugosa cantidad de dinero que le alcanzaría para darle una vida digna hasta tres hijos.

De igual manera contacto a quien volvió a ser su nuera. La joven modelo tenía la vida que había deseado junto a Ulises. En esos meses lo hizo con tener que preocuparse por nada, incluso llegó a olvidar la cosa tan terrible que había hecho a su rival de amores. Algo que la señora Benz le recordaría muy pronto pues en esta ocasión, le pediría de vuelta el favor y que se convirtiera en su cómplice nuevamente.

Ella no deseaba hacerlo pero se vió amenazada y no le quedó de otra que ser sometida por su suegra.

Parecía que todo estaba resuelto para el día del juicio. Desde el nacimiento del bebé las cosas habían cambiado, principalmente para Esperanza quien a raíz de ese suceso se volvió mucho más protectora y decida. Algo que sus enemigos iban a lamentar.