Prisionera del amor

Capitulo 33

—Necesitamos ganar este juicio a como de lugar.—Dijo el abogado de los Benz con un tono muy bajo.—Usted entiende ¿Cierto?

El juez era el receptor de aquella petición y también de un fajo de billetes muy tentador.

—¿Qué les hizo esa mujer cómo para tomarse esas molestias?—Habló con seriedad mientras tomaba esos billetes.

—Usted no debe hacer preguntas.—Le respondió muy tajante.—Únicamente háganos ese favor y la familia estará agradecida de por vida.

El juez dudó un poco en hacerlo, sabía cómo funcionaban las cosas en ese ambiente y al aceptar se volvería un sirviente para ellos, pero al poner en una balanza la situación, comprendió que sería peor tenerlos de enemigos.

Tomó el dinero y lo guardó en su maletín. Después de eso continúa con la conversación.

—Es una situación difícil.—Dijo ya con el dinero seguro en su poder.—Ustedes no traen pruebas, además el abogado de la defensa es muy insistente. No podemos hacernos de la vista gorda tan fácil.

—¿Qué propone entonces?—Preguntó muy confundido.

—Tendrá que buscar algún pretexto para irnos al alargue.—Dijo el juez casi a punto de irse.—Un nuevo testigo, una situación diferente, algo que le dé esa ventaja.

El abogado entendió la idea y se quedó parado pensando en que hacer.

De pronto una persona los interrumpió antes de irse.

—Pensé que estaba prohibido que un abogado y el juez se reunieran durante el juicio.—El defensor de Esperanza había llegado e hizo su aparición después de escuchar la conversación.—Pero como veo que es posible, entonces es mi turno.

Ambos se congelaron y quedaron en silencio. El juez no tuvo más remedio que aceptar la petición del hombre.

—Su colega y yo nos encontramos por casualidad.—Habló lo más tranquilo que pudo.—Me pidió consejo sobre una información. Si usted desea lo mismo con gusto puedo atenderlo rápidamente.

El abogado de los Benz se fue de ahí, llevaba una risa en su boca, burlas típicas entre colegas cuando se sabe que les han vencido.

—Se que le han intentado sobornar pero créame que eso será peor para usted.

—No se de qué está hablando pero si no tiene una pregunta sobre algún otro caso.—Se dispuso a caminar.—No puedo atenderlo, ya conoce las reglas...

—¿Usted tiene hijos?—Preguntó antes de dejarlo ir.

—Perdón?, ¿es un intento de amenaza?—Le volteó los papeles, ahora lucía muy enojada.

—No señor, es una simple pregunta.—Caminó lentamente para alcanzarlo.—La mujer que quiere hundir acaba de ser madre... en prisión. Su padre es el hijo de la señora demandante y ella lo sabe. ¿Cree que eso es darle una vida a un menor? Quiere negarle la oportunidad de crecer con ella solo por maldad.—Ahora él comenzó a caminar.—Su único delito fue enamorarse de alguien en una posición social diferente. La joven no tuvo culpa alguna, pero si usted cree que puede confiar en una persona que es capaz de hacerle eso a su propia sangre, me imagino que está muy desorientado.

Luis se fué de ahí, dejó de hablar con el juez pero con sus palabras había logrado el objetivo de dejarlo pensando. Sabía que si quería ganar algo, solo lo lograría con humanidad.

Minutos después se retomó el juicio. Está vez tocó el turno al abogado defensor comenzar con lo suyo.

"Mi cliente es inocente señor juez. Ellos la han acusado de robar pero no traen pruebas ni testigos. ¿Así funciona la ley? Para entonces retirarme. Me enseñaron en la escuela que tras cada acusación debe haber algo que lo sustente. Aquí no hay nada señoría, por eso pide que mi clienta sea puesta en libertad y exigimos la cantidad que la ley marca.

Todos estaban siendo convencidos por aquellas palabras y acciones del abogado defensor. Muchos no entendían como era que Esperanza pasó tanto tiempo en la cárcel solo por una acusación.

Llegó el turno nuevamente para el abogado demandante.

"Usted dice que no tenemos pruebas de sus delitos. Bueno y usted no tiene pruebas de su inocencia. Tal vez no tengo pruebas físicas pero si a varios testigos. Para empezar está la señora Benz quien es la víctima y pediré que pase a declarar.

"La señora Benz no es una testigo, es la ofendida y en todo caso necesita tres testigos más.

La defensa se había preparado con todo para cada uno de los intentos del abogado.

Solo habían llevado a tres testigos incluida la señora. Los otros dos eran su nuera y su ama de llaves quien había sido advertida de la situación.

El abogado de los Benz miró al juez retandolo a que hiciera algo al respecto. Necesitaba con urgencia un movimiento a su favor.

"Dada la confusión ocasionada. La señora Benz pasará a este juicio no como testigo si no como persona afectada. Haré una excepción para extender el juicio un par de semanas más. Tiempo suficiente para que la parte demandante consiga un testigo más.

El juez pensó que era el momento ideal para hacer el alargue que habían buscado. Un pretexto para reunir las pruebas suficientes en contra de Esperanza.

Lástima que el abogado no pensó así. Sabía que le había condenado pues ahora sí necesitaba a otro miembro del hogar.

La señora Benz descartó de inmediato a su esposo, sería peor para ella que él se enterara y asistiera a algo como eso. Por otro lado, Ulises no era el indicado. Podía regresar a su antiguo amor y enterarse de su hijo.

La señora hizo su declaración de acuerdo a las preguntas que su abogado hacia. Nada novedoso a lo que ya se había planteado. Continuó firme en su decisión de acusarla aunque sabía que lo mejor era declinar.

Su orgullo era demasiado grande como para entenderlo en ese momento pero al pasar los días vería la opción que esto incluía.

La defensa se mostró muy molesta con la decisión del juez al dar una prórroga. No era lo que habían planeado y sabía que solo buscaban hacerlo largo.

Esperanza lo tomó con calma, si algo había aprendido, era la paciencia para resistir todo y a no hacerse falsas ilusiones hasta que las cosas fueran seguras. Estaba lista para resistir.



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En el texto hay: #drama, #tragedia, #romace

Editado: 15.04.2025

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