Capitulo 39

Además de contradecirse, se puso muy nervioso, pues no había ensayado ese tipo de opciones en los días anteriores. No sabía que responder, ni cómo hacerlo para no arruinar la versión dada por los demás.

Ulises por su parte no sabía que creer, veía toda esa evidencia pero pensaba que era un juego más por parte de Esperanza y su abogado. Se había creído totalmente la versión donde ella lo había engañado y que todo eso era un espectáculo montado para salir de prisión.

La noticia del bebé también le afectó mucho, aunque creía que no era de él, el simple hecho de que Esperanza haya tenido un hijo con otro hombre le alteraba los nervios.

Así que en su proceso mental decidió mantenerse en su contra, deseando que el juicio terminara lo más pronto posible.

La señora Benz vió con desprecio como su querido actor se echaba abajo con lo planeado, era tan ridículo ver cómo se había puesto nervioso que no creía que su testimonio valiera. Afortunadamente para ellos, ese juicio era una simple formalidad para que no se dijera que la ley no se cumple. El juez había tomado la decisión de aceptar el dinero y dictar sentencia en su contra pasara lo que pasara.

—No tengo más preguntas, su señoría.—Dijo el abogado de Esperanza cansado de hablar.—Espero que con eso haya quedado demostrado que ese hombre miente.

—El veredicto y la conclusión la da el jurado, abogado.—Le dijo con algo de lástima en su voz.—No debe adelantarse, no es bueno para su cliente.

Luis se molestó con aquel comentario, no podía creer que después de todo lo mostrado aún quisiera hacer ese fraude haciendo caso a los Benz sentenciando a Esperanza.

Los testigos se terminaron, los abogados hicieron lo suyo dando los últimos datos y aportando pruebas para finalizar con el caso. Habían pasado cerca de 4 horas desde que se inició la sesión, misma que ahora estaba por llegar a su fin.

El juez dió un pequeño receso en el que casi todos pudieron salir, a excepción de Esperanza que solo se pudo levantar a caminar un poco mientras era vigilada por los custodios.

El objetivo de este receso era que se podía poner de acuerdo los miembros del jurado para determinar el veredicto y la sentencia correspondiente.

Luis había hecho todo lo posible por salvar a Esperanza por medio de la ley, aunque gracias a la corrupción se ponía en riesgo su objetivo. Pudo ver por sí mismo como los representantes de la ley ni siquiera vieron las pruebas, solo las iban a evadir para sentenciarla. Afortunadamente para él, aún tenía un como bajo la manga.

El juez llamó a todos nuevamente e Índico que se había llegado a una conclusión en aquel caso. Solicitó por protocolo que si alguien tenía algo más que decir, era el momento para hacerlo pues estaban por cerrar definitivamente aquel expediente.

Lo dijo solo por decir, pues no esperaba que alguien ajeno a los abogados se interpusiera en el desenlace.

—Yo tengo algo que decir.—Se escuchó una voz tímida desde la parte trasera de la sala.—Aquí se está cometiendo una injusticia por parte de todos nosotros.

La persona que hablaba era la hermosa modelo que era la novia de Ulises actualmente, la joven Samanta.

Ella había salido de la reunión y ya no regresó a tomar asiento, se quedó en la puerta desde donde grito desesperada aquella frase.

—¿A qué se refiere señorita?—Preguntó el juez un poco sacudido por aquello.—¿Qué tipo de injusticia?

La joven comenzó a caminar hacia la estrado, todos la miraron desconcertados pero la señora Benz y su abogado la miraron con coraje pues sospechaban lo que estaba apunto de hacer.

Llegó hasta enfrente, justo a un lado de Esperanza y dijo.

—Esta mujer es inocente. Todos hemos mentido para encerrarla en la cárcel.—Tenia lágrimas en los ojos.—Ella es inocente, no se merece nada de esto. Fuimos obligados y amenazados para dar nuestro testimonio.

El juez miró al abogado de los Benz y con una expresión muy sutil le dió a entender que después de eso él ya no podría ayudarlos, así que si tenía un plan, lo invitaba a ejecutarlo en aquel momento.

—El tiempo para los testimonios ya pasó.—Dijo el abogado de los Benz mientras se acercaba lentamente hacia la modelo. Su intención era sacarla de ahí.—Parece que la señoría no resistió el sentimentalismo y no sabe lo que dice.

La joven modelo notó que el abogado la iba a tomar del brazo para llevársela, así que ella se hizo a un lado pues deseaba seguir hablando sin bajarse del estrado.

—¡Claro que estoy alterada!—Alzó la voz deseando expresarse.—¡Pero por las amenazas y presión de ustedes!

—El juicio aún no ha terminado.—Intervinó Luis aprovechando aquella oportunidad.—No es una prueba, es una confesión. Continúe por favor.

—Esperanza no robó las joyas.—Dijo con gran angustia.—La señora Benz, quien pretendía fuera mi suegra. Montó todo eso para quitarla de la vida de su hijo. Al inicio yo estuve de acuerdo pues lo amaba y quería estar con él a cualquier costo. Pero todo se salió de control. Yo jamás creí que la enviaran a la cárcel, solo que Ulises se desilusionaria de ella. Pero ahora, al ver todo lo que esa señora ha hecho para mantener la mentira, estoy dispuesta a hablar.—Hizo una pausa para mirar a todos en la sala, finalizó con Esperanza y lloró aún más.—Perdóname por todo, yo no sabía de sus alcances y ella me amenazó para venir al juicio. No me importa de quién sea tu hijo pero él no se merece eso. Tienes que salir de aquí.

Esperanza la miró igual de conmovida. Nunca se imaginó que sería ella la que se arrepentiera. Esperaba más de Ulises pero este había sido el que la traicionó.

Esperanza se quedó sin palabras, no tuvo cómo agradecer aquella confesión. Todos los sucesos que había vivido parecía que por fin podrían terminar y hacerse justicia.

Su abogado bien había dicho que necesitaban un milagro para ganar y al parecer eso estaba ocurriendo.