Posteriormente a eso fue a su cantina para beber un poco. Últimamente esto le había ayudado a su relajación. Seguía preguntando constantemente a sus elementos de seguridad si habían descubierto algo pero estos le daban respuestas negativas pues nada habían encontrado. Las cámaras de seguridad no detectaban a la señora por ningún lado, era como si ella misma las hubiera deseado evitar al no pasar por ahí.
La búsqueda en la gran casa seguía sin detenerse. Todos los sirvientes estaban cooperando para eso, incluso en lugares secretos o prohibidos, no se podía guardar nada.
Ante aquella situación, de pronto, Ulises decidió ir a buscar a su padre. Preguntó a sus sirvientes y ellos le dijeron que se había ido a su habitación.
Al inicio, el joven Benz se enojó por esta respuesta pues no consideró óptima que su padre se hubiera ido a descansar mientras su madre estaba desaparecida, pero cuando llegó y lo vió acostado con cara pálida, se preocupó un poco.
— ¿Qué tienes padre? —Le preguntó de manera respetuosa.—¿Te sientes mal?
El señor Benz no le dio una respuesta verbal, simplemente movió la cabeza en señal negativa. Al ver a su hijo, se incorporó para no verse tan mal ante sus ojos, pero su estado de salud era muy evidente.
Ulises se acercó para sentarse en la cama y tocar su frente para ver si tenía fiebre y continuar con el interrogatorio.
— ¿Qué tienes?, Te ves mal.
El señor Benz por fin le contestó, le dijo con voz débil que se sentía muy cansado, por eso se había ido a acostar.
Ulises le creyó y pidió a una de sus sirvientas que subieran para estar al pendiente de él.
Se había agregado una nueva preocupación a su mente, ahora la salud de su padre era un tema a considerar.
Él bajó para ocuparse nuevamente del asunto de su madre, y es que a pesar de ser malas situaciones, estas le hicieron un bien pues mantuvieron su mente ocupada retirandolo del vicio y de la tristeza.
Comenzó por contactar a sus elementos que se habían dirigido a la dirección proporcionada por Martín. Aquellos hombres ya habían llegado y estaban inspeccionando el lugar.
"Entramos y parece un lugar abandonado, solo un hombre está cuidando. No es un lugar con objetos de gran valor pero sí muy amplio. Hemos abarcado el perímetro de un 40% y no hemos encontrado nada aún. Pedimos a la persona que cuida, que revise las cámaras para ver si está su madre aquí. Le mantendremos informado.
Escuchó estas palabras de uno de sus hombres que se comunicó por radio.
Después de esto, comenzaron a surgirle preguntas; Si su madre no estaba ahí ¿Dónde más podría estar?, ¿Por qué había desaparecido? y sí ¿ella estaría bien?
Ulises no tenía tiempo para responder todas estas incógnitas pero si para hacerse una idea... "¿Esperanza se habrá atrevido a hacerle daño a mi madre?
Se preguntaba una y otra vez mientras se recargaba en la mesa.
"Ella dijo que se quería vengar de nosotros y la que más daño le hizo fue mi madre"
Seguía pensando el joven mientras caminaba por su casa.
"Pero si voy y la cuestiono, la policía irá en mi contra. Lo mismo parará si envío a cualquier persona, así que me tiene de brazos cruzados. Si ella lo hizo, lo debió haber planeado mucho.
La desconfianza era evidente pues solo una persona a la que habían hecho sufrir tanto podía desquitarse de esa manera. Pero él había aprendido que no debía juzgarla sin pruebas, la última vez que lo hizo se equivocó y aún pagaba las consecuencias.
Intentó llamar a su abogado pero este no le respondió.
Se había enterado que habían contratado a otro después de que perdiera el juicio contra Esperanza. Se indignó tanto que ahora se negaba a responderles.
Ulises se negaba a llamar a alguien más, tenía que ser alguien de confianza y desafortunadamente para él, ya no quedaban perdonas en las cuales confiar...su padre sería el único pero estaba incapacitado.
Su única opción era trabajar el mismo para resolver el misterio.
Se dirigió a la habitación de su madre, quizá ahí podía encontrar alguna pista de a dónde se había ido.
Subió las amplias escaleras y entró por la fina puerta solo para encontrarse con una habitación que parecía haber estado desocupada por días. Tan ordenada como siempre, limpia e incluso solitaria...eso se podía respirar ahí.
Ulises se compadeció de su madre, sabía que ella misma había buscado el estar sola. Sus amistades se alejaron, no quisieron tener contacto con ella después de lo que había hecho. La familia la abandonó, principalmente por Ulises quien aún seguía enojado con ella, y su esposo, él era el más frío de todos.
Continuó buscando, se dirigió a sus cosas personales. Estaban en un pequeño cajón con candado, afortunadamente para él, conocía donde estaba la llave.
Fue a donde sabía que su madre la guardaba. Ulises adivinó, ahí estaban las llaves.
Con ellas en su poder, no sabía aún si lograría saber algo de su madre pero aún así lo intentó.
Se dirigió hasta el cajón muy cerca de la cama, lo abrió y vió su contenido. Había joyas, muchas de ellas le habían sido regaladas en situaciones especiales como aniversarios y cumpleaños. El resto de objetos que había eran fotos, recuerdos de algunos viajes, etcétera.
En una parte lateral había varios papeles, comenzó a buscar. La mayoría de ellos eran cosas importantes pero en la parte de hasta arriba había un sobre que le intrigó. Lo abrió y vió un documento que parecía reciente.
Llevaba por título "demanda de divorcio"
Se le hizo muy tentador el nombre. Comenzó a leer y en ese documento se leía la petición de su marido para separarse de ella.
El sobre estaba abierto, así que la señora lo había leído. Quizá ese había sido el motivo por el cual había decidido desaparecer.
Ulises se consternó demasiado al saber lo que su padre había propuesto en ese documento. Creyó haber encontrado el motivo principal de todos esos problemas.