Había hecho que Ulises y Esperanza se conocieran y vivieran todo eso para que al final, esas dos mujeres se unieran como una sola.
Debería ser sencillo tomarlo así, con la madurez que la vida trata de enseñarnos. Pero ninguno de los tres estaba dispuesto a aceptarlo. Todos se seguían reprochando sus cosas malas en aquel círculo amoroso del que formaban parte.
La reunión terminó. Ulises trató de dar un par de consejos pero entendió que no era la persona correcta para hacerlo.
Stefany se había sentido muy agusto y así se lo hizo notar.
El pequeño Elías también disfrutó mucho. Compartió las risas que los mayores le transmitían y que con su inocencia los cautivó.
Se portó bastante bien, pero valoró el hecho de irse de ahí pues ya estaba siendo pesado.
Stefany se despidió con un gran abrazo a Ulises, sintió que se lo debía después de tantas cosas que vivieron juntos.
Él hizo lo mismo, la abrazó como solo se hace un buen amigo.
Se acercó a su pequeño y le puso una cadena de oro que llevaba como regalo.
—Esto es lo mejor que puedo darte por ahora.—Le dijo entre llanto.—Pero te la doy con todo mi amor.
—No creo que sea una buena idea.—Repuso Stefany al ver aquello.—Esperanza se dará cuenta y me preguntará.
Ulises entendió que tenía razón y no se la puso a ellas para dársela a ella.
—Dasela cuando sea el momento correcto.
Su tono era como una despedida. Stefany tuvo mucho sentimiento tras percibirlo así.
—Tranquilo, yo te ayudaré a que lo veas de nuevo.—Le tomó del brazo para darle consuelo.—Solo deja que pase la boda. Tómalo como un hasta luego, no como un adiós.
Ulises solo le suena. En su rostro podía verse una madurez mayor a cuando comenzó todo. Su cansancio era síntoma de superación.
Después de esa tarde no volvieron a tener contacto mutuo.
Stefany le había dado carta libre llamarla o hacer videollamada para ver a su hijo. Pero él solo se resistió a hacerlo.
Por su parte, ella estaba muy emocionada pues la boda estaba próxima. No quisieron esperar tanto tiempo así que la presión para realizarla era mucha.
TIEMPO
Un mes tenían desde que ella llevó a Elías con Ulises. Tiempo que se estaba pasando muy rápido para las enamoradas que aún no tenían todo concluido.
Pero confiaban en que lo harían.
El retraso principal fue por un problema entre ellas dos. Una fuerte discusión que incluso las hizo distanciarse y querer cancelar la boda.
Esto ocurrió a una semana, cuando ya estaba casi todo listo para el gran evento.
Sus amistades comenzaban a lamentar que eso pasara.
Todo ocurrió por la misma situación que ya estaba hartando a Stefany, se negó a que ella trabajara en lo que le gustaba.
Tenía una pasarela de modelaje, una de las últimas en el año y ella tenía muchas ganas de ir. No solo porque era trabajo y le gustaba. También porque era con la primera empresa con la que había trabajado y le tenía mucho agradecimiento, quería ir.
Esperanza se lo prohibió, literalmente le dijo que no tenía permitido ir porque debían ir a cenar con unos empresarios de su trabajo.
La modelo no resistió y le reclamó a tal grado que discutieron tan fuerte que se mandaron al carajo mutuamente.
El conflicto fue tan grande que dejaron de hablar por tres días. En ese tiempo Stefany pensó que la boda ya no sería un hecho pues no cedería a su orgullo y su prometida tampoco, la conocía lo bastante bien para saber que su autoridad y control eran mucho más grandes que su amor.
Se la pasó llorando en su habitación durante esas noches. Aunque fue a su trabajo no lo disfrutó tanto tras traer esas situaciones en su mente.
Mientras estaba acostada, escuchó que alguien tocaba su puerta, no quería abrir pero la insistencia era más molesta.
Se levantó aún con sus ojos llorosos. Llegó a la puerta y la abrió. Se sorprendió cuando vió a su novia ahí con un gran arreglo de flores y un letrero que decía "Perdóname"
Sus lágrimas cambiaron por una gran sonrisa, una que estuvo a punto de opacar todo lo malo en ese instante.
Esperanza había cedido a su y fue con ella. Aparentemente el cambio del que había presumido estaba ocurriendo. Ella se estaba liberando de todo su odio y espíritu de venganza, era un gran paso para ellas dos y su relación.
Con el perdón llegó una reconciliación. Una muy amorosa como estaban acostumbradas. Se beasaron hasta el amanecer después de prometerle que no sucedería de nuevo y que ella podía trabajar en lo que quisiera.
Era un maravilloso regalo antes de la boda. Un cambio que ayudaría a amabas para tener una mejor relación y un matrimonio fructífero.
Todo estaba listo para el gran evento. La boda se confirmaba y estaban a pocos días de cumplirla.