Profecía carmesí

CAPÍTULO 7- Bajo las miradas

POV. ELARA

Kael y yo caminamos durante horas sin apenas hablar. El silencio del bosque solo era interrumpido por el roce de las ramas y el palpitar insoportable de la marca. A cada paso lo sentía: el calor de el, la fuerza de sus músculos tensos, el hambre oscura que latía en su sangre. Y lo odiaba...lo odiaba porque también lo deseaba.

Al caer la tarde, divisamos luces. Antorchas, humo, el murmullo de voces humanas. Una aldea en los límites del reino, un lugar donde podriamos encontrar descanso....o peligro.

—Aqui no podemos entrar tal cual— advirtió Kael, con su voz grave. —¿Porque?— pregunte, aunque intuía la respuesta, al ser una criatura diferente tendríamos problemas. El sonrio, dejando ver sus colmillos. —Porque si me ven como soy, no llegaremos a la mañana.

Yo lo miré evaluando. La marca ardía bajo mi piel, pulsando como si ya supiera que era lo que debíamos de hacer. —Entonces.....¿Que propones?

Kael se acercó a mi, demasiado cerca, hasta que el aire se volvió insoportable entre ambos. —Debemos fingir ser algo más que simples viajeros. Algo....intimo. Los humanos desconfían menos de los amantes que de los desconocidos.

Senti el calor subirme al rostro, pero antes de poder responder, Kael me tomo la mano con fuerza. Un contacto simple....y sin embargo, el vínculo se desató como un fuego salvaje. La marca de ambos brillo, un destello carmesí que vibro bajo la tela.

Contuve un jadeo. —Esto es una locura...

—Es supervivencia —corrigio Kael, y me tiro hacia el pueblo.

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Las miradas cayeron sobre nosotros al cruzar las calles de tierra. Sentía la presión de la mirada de los aldeanos en mi nuca, el cuchicheo, la desconfianza. Kael paso un brazo por mi cintura, atrayéndome hacia su cuerpo, y sus labios rosaron el borde de mi oreja.

—Relajate, bruja....si tiemblas, sospecharán.

Quise maldecirlo, pero el roce de su voz me hizo etremecer. Fingir que éramos amantes resultaba demasiado fácil pero también demasiado peligroso.

Llegamos a una posada, un lugar de paredes de madera y olor a cerveza rancia. El tabernero nos miro con desconfianza. —¿Una habitación?— pregunto, arrastrando las palabras.

Kael no dudo, apretó ni cintura, acercándome aun más a su pecho, y con una sonrisa que enseñaba demasiado sus colmillos, respondió: —Una sola.

Lo fulmine con la mirada, pero no dije nada. Sabía que oponerme arruinaría la fachada.

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La habitación era pequeña, con una cama de madera, una mesa y un candil que lanzaba sombras anaranjadas. Apenas entramos cuando me gire hacia Kael, furiosa. —¡Una sola cama! ¿Te has vuelto loco?

Kael cerró la puerta tras nosotros y apoyo la espalda contra ella, bloqueando la salida. Sus ojos brillaron con fuego contenido. — Si quieres que crean nuestra mentira, no basta con las palabras. Deben olerlo en tu piel.

Trague saliva. —No...no voy a...

Justo en ese momento la marca ardió, interrumpiendome, obligándome a dar un paso hacia el, para buscar un poco de calma. El calor recorrió mi vientre, bajo por mis muslos, encendiendome contra mi voluntad. Kael se inclinó, atrapandome entre su cuerpo y la puerta.

—No tienes elección, bruja.... —susurro contra mi cuello—. Fingiremos hasta que te lo creas.

Sus labios rozaron mi piel, un contacto apenas contenido, y jadee, mi espalda se arqueo instintivamente hacia el. Lo odiaba, lo deseaba. Y en esta tensión insoportable, supe que cada vez sería más difícil resistirme.

SIGNIFICADOS....

CANDIL: Lamparilla manual de aceite, usada antigüamente, en forma de taza cubierta, que por un lado tenía la mechera y por el otro lado agarradera.




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