Profecía carmesí

CAPÍTULO 18- El hijo del abismo

POV. KAEL

Elara aún respiraba con dificultad, recuperándose del ardor de la marca, al igual que yo. Nos quedamos ahí y cuando empezó a anochecer prendi una hoguera, el fuego de la hoguera iluminaba su rostro cansado. Yo estaba a su lado, con el ceño fruncido, estaba luchando contra mis pensamientos que llevaba años enterrando.

Finalmente, hable. Con voz baja, pero cargada de gravedad.

—Ya conoces tú historia, bruja. Ahora escucha la mia.

Elara levantó la mirada, sorprendida por el tono casi solemne en que lo dije.

Fije mis ojos en la oscuridad del bosque, como si las sombras fueran parte de mis recuerdos que regresaban.

---

—No nací de carne. No tuve madre que me acunara, ni padre que me protegiera. Fui forjado. Las criaturas del Abismo no nacemos....somos moldeados con fuego, sangre y la voluntad de los amos.

Era uno de muchos. Una fila interminable de niños deformes, entrenados no para vivir, sino para obedecer. Aprendimos a pelear antes de hablar, a matar antes de entender que era lo que significaba morir.

Algunos no sobrevivían al proceso. Los llamaban " desechos". Yo sobrevivi. No porque fuera el más fuerte, sino porque era el más terco.

---

Mi mandíbula se tenso de solo recordar lo que pase en ese lugar. Elara me escuchaba sin parpadear, entonces proseguí.

—Entre todos, había una figura....una hembra más antigua. No era madre, no podía serlo, pero nos cuidaba como si lo fuera. La llamábamos así. Ella me enseñó algo que nadie más me mostró: que el Abismo no lo era todo. Que existía un mundo arriba, un mundo de luz.

Elara entrecerró los ojos, supe que estaba intentando imaginarlo. —¿Y que paso con ella?

Aprete los dientes de nuevamente recordar lo que pasó con ella. —Como ya te había comentado, cuando decidí escapar, ella me cubrió. Los amos lo supieron. La castigaron frente a mi. Y fue en ese momento donde jure que nunca más obedecería.

El silencio entre nosotros peso como plomo, después de esa confesión.

Continúe contándole pero con voz más baja. —Hui durante años, ocultándome entre ruinas, aprendiendo a sobrevivir como sombra en un mundo que tampoco me quería. Los humanos me cazaban, las criaturas me odian, Vagaba sin rumbo...hasta que llegue a ese bosque.

Elara abrio los labios, comprendiendo de que lugar hablaba. —El bosque donde yo hice el conjuro...

Asenti lentamente. —No fue casualidad, Elara. Había oído susurros en el Abismo. Profecías antigüas, fragmentadas. Había runas que hablaba de la Marca Carmesí...de una unión imposible entre bruja y bestia. Sabía que un día aparecería, sería un cruce de mundos, un lugar donde la frontera del Abismo y lo humano es débil.

La miré directamente a los ojos, mis pupilas brillando. —Ese bosque era uno de los lugares. Yo estaba allí porque estaba vagando pero también iba en camino a destruir la grieta antes de que la usaran. Pero tú hechizo....me atrapó.

Elara trago saliva, vi como mis palabras conformaban un peso para ella. —Entonces...¿La marca no solo respondió a mi conjuro, sino que tú estabas allí?

—Exacto—respondi yo con total conviccion, pero con voz grave casi amarga—. No fue azar, bruja. Fue destino. Un destino tejido mucho antes de que tú y yo siquiera existiéramos.

El fuego de la hoguera parpadeo, y por un instante, creí ver en los ojos de Elara un reflejo de los míos propios que no solo se veía furia y orgullo, sino también un dolor profundo, de alguien que había cargado toda su vida con un origen que nunca eligió, y es exactamente lo que me tocó vivir a mi, ser parte de un origen que nunca elegí, ni quise.

La marca volvió a arder en ambos, como si respondiera al peso de las confesiones. Pero está vez no dolió...está vez se ilumino, y juntos vimos un destello. Uno vivo, el otro...sacrificado.

Elara grito, y la visión se quebro como un espejo. La sostuve, respirando agitadamente. —Ahora lo entiendo. La marca no es solo un vínculo. Es una sentencia.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.