POV. ELARA
Aún temblaba tras la visión. El eco de mi propio grito seguía vibrando en el bosque. La marca latía en mis brazos como un corazón ajeno.
Kael estaba frente a mi, con los puños cerrados, respirando con furia. —¡No lo aceptes!—rugio—.esa visión no dicta nuestro destino.
Yo lo miré con los ojos humedecidos. —¿Y si si? Kael, vi tu rostro...vi el mío...y uno de los dos terminaba muerto.
El golpeó el suelo con una mano, y la tierra se resquebrajó bajo el impacto. —Yo no cruce mundos para ser un sacrificio. No hui del Abismo para terminar como una herramienta de los amos.
Lo observé con atención, con una duda en la cabeza. —¿Cruzar mundos? Dijiste que estabas en el bosque para destruir la grieta. ¿Que significa eso?
Kael respiro hondo, como si aquel secreto fuera un hierro incandescente en su garganta. Finalmente hablo
---
—En el Abismo las grietas son heridas. Puertas que sangran entre su mundo y el tuyo. Los amos las necesitan para invadir, para infiltrar sus criaturas, para corromper. Yo....yo aprendí a sentirlas.
Arque una ceja, eso suena poco creíble. —¿Sentirlas?
Kael asintió. —La marca que llevas es de fuego y sangre. Mi esencia es sombra y vacio. Ambas están hechas del mismo material que sostiene la grieta. Por eso yo podía acercarme sin ser devorado. Por eso...podía intentar cerrarlas.
Yo abrí mis ojos con sorpresa y pregunte: —¿ Y como lo harías?
Kael volvió su vista al fuego, y sus sombras se agitaron como serpientes. —Habia un ritual. Crudo, doloroso. Requiere absorber energía de la grieta y contenerla en el propio cuerpo....hasta que este reviente. Yo estaba dispuesto a hacerlo.
Yo di un paso atrás horrorizada, como alguien podía buscar si propia muerte de esa manera. —¿Quieres decir que ibas a matarte?
El me miro, desafiante, pero con un brillo de cansancio en sus pupilas rojas. —No era morir, era elegir. Prefería dejarme consumir antes que ellos atravesarán. La superficie no entiende lo que el Abismo es capaz de hacer. Tú viste apenas un reflejo en la visión...imagina ejércitos enteros cruzando.
---
Guarde silencio atrapada entre el miedo y la fascinación que tenía hacia el, era un gran gesto que nadie le había pedido pero el estaba dispuesto a hacerlo por proteger este mundo que lo ha tratado tan mal.
—Entonces, el ritual que yo hice—murmure—, lo interrumpió todo. No solo te ato a mí...también evito que pudieras destruir la grieta.
Kael apretó los dientes, conteniendo la ira. —Si. Y ahora esa grieta sigue abierta, latiendo como una herida. Yo iba a cerrarla, Elara. Esa era mi misión.
Sentía un escalofrío recorrerme toda la espalda. —¿Y si la marca no fue un accidente Kael? ¿ Y si alguien quería que no pudieras cumplir con ese destino?
El silencio fue tan espeso como la oscuridad entre los árboles. Ambos nos miramos, comprendiendo que la marca podía no ser un don ni un castigo....sino un plan de fuerzas mucho más grandes que ellos.
De pronto, un aullido retumbó entre los árboles. No era humano, ni completamente animal. Sombras se movieron en el bosque, más densas que la noche. La marca en ambos brillo con su típica luz carmesí.
Kael tomo su arma. —Nos encontraron. La grieta llama a sus sirviéntes. Y la marca....los guia hacia nosotros.
Me levanté con fuego surgiendo de mis manos. —Entonces que vengan, ya no pienso huir.