POV. ELARA
Encendí las palmas de mis manos, fuego danzando como serpientes incandescentes. A mí lado, Kael blandia su hoja negra, la sombra tomo su cuerpo extendiéndose como un manto viviente.
Los aullidos se multiplicaron. Entre los árboles comenzaron a surgir las criaturas: cuerpos deformes, piel cenicienta, bocas llenas de colmillos que destilaban un humo pútrido. No eran simples bestias: sus ojos brillaban con inteligencia cruel.
Trague saliva. —No son errantes...están organizados.
Kael gruño, con la mandíbula tensa. —Sirvientes. Los amos ya saben que llevamos la marca.
La primera criatura se lanzo hacia nosotros. Kael la intercepto de un salto, hundiendo si espada en el pecho deforme. La sombra salió de la herida, devorandola por dentro hasta reducirlo a polvo.
Pero son demasiados. Por cada uno que caía, dos más surgían del bosque.
Retrocedi jadeando. —¡No bastara!— le grite con todo lo que pude.
En ese instante, la marca ardió en ambos. Grite al sentir la quemadura, y Kael se tambaleó, llevándose una mano al pecho. Pero algo cambió: el dolor de trasformo en un pulso. Un latido compartido.
Los ojos de Kael brillaron como brasas, los míos como fuego líquido. Nuestras miradas se encontraron, y lo entendimos sin palabras.
La marca no solo nos unia. Nos potenciaba.
Kael extendió su mano hacia mi. Yo la tomé, y una oleada de energía nos recorrió a ambos. Fuego y sombra se entrelazaron, formando una tempestad viva a nuestro alrededor.
Alce la otra mano, lanzando una esfera ígnea que, al mezclarse con la sombra de Kael, se convirtió en un proyectil negro ardiente. Impacto contra un grupo de criaturas, desintegrandolas en una explosión que dejó un cráter humeante en el suelo.
Kael rugio, su espada alargándose como si estuviera hecha de oscuridad líquida. Yo lo segui, invocando círculos de fuego bajo los pies de los enemigos. Cada movimiento era instintivo como si hubiéramos hecho esto toda nuestras vidas.
En cuestión de minutos el bosque se convirtió en un campo de cenizas y humo. Los últimos sirviéntes retrocedieron, ululando con odio, antes de desvanecerse en la espesura.
Caí de rodillas, agotada, con el pecho agitado. Kael me sostuvo antes de que tocara el suelo, aún con el brillo carmesí brotando bajo su piel.
—¿Lo sentiste?—murmure, sin aliento—. Era...como si fuéramos uno.
Kael me miro intensamente, si respiración también agitada. —Si. La marca nos usa, pero también nos da poder. Juntos....somos imparables.
Lo sostuve de la camisa, con los ojos ardiendo. —¿Y si ese poder es justo lo que los amos quieren?
El silencio cayó entre nosotros. El fuego de la hoguera agonizaba, y las sombras se agitaban a nuestro alrededor. La victoria no había traído alivio, sino más preguntas.
Vi como Kael cerró sus ojos un instante, y cuando los abrió brillo una decisión férrea en ellos. —Entonces no tendremos opción. Tendremos que usar este poder....pero para destruirlos antes de que nos destruyan a nosotros.
SIGNIFICADOS....
ÍGNEA: Del color del fuego.
ULULANDO: Dar gritos o alaridos.