POV. ELARA
Después de que nos contará todo lo que pasó, Nheris nos condujo a una cámara subterránea, bajo la torre, donde las paredes estaban cubiertas de símbolos rojos. En el centro había un circulo ritual grabado en la piedra, lleno de cenizas y restos de antigüos sacrificios.
—Antes de seguir al Abismo, deben demostrar si son capaces de sostener la esperza que creen tener—dijo el intérprete, encendiendo las runas con un gesto. El aire olía a hierro y a sangre vieja.
Trague saliva porque no sabía que era lo que me esperaba en ese ritual. —¿Que clase de prueba es esta?
—No es una prueba física, sino del alma— respondió Nheris,—. La marca exige que sepan lo que ocultan incluso de si mismos.
Kael y yo de entramos en el circulo. De inmediato, las runas ardieron, y una oleada de fuego y sombra nos envolvió.
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INCONCIENCIA DE ELARA Y KAEL...
Elara se vio a ella de niña, en los pasillos fríos del círculo, llorando en silencio mientras era marcada en rituales de obediencia. Vio el momento en que decidió hacer el hechizo prohibido que la unió a Kael: su miedo a estar sola, su ansia de no volver a perder el control de su destino.
Pero Kael...Kael cayó a un vacío más oscuro.
Allí, en la penumbra, escuchó voces susurrando su nombre. Vio un laboratorio en las entrañas del Abismo: brujos renegados, y criaturas mezclando sangre humana con esencia oscura. Vio a una mujer mortal llorar mientras entregaba a un recién nacido a los amos....y vio como los amos sellaban sobre su pecho un fragmento de runa carmesí.
Kael jadeo, tratando de apartar la visión, pero la marca ardía en su piel.
La voz de Veynar resonó en su mente como un eco lejano: "Tú no naciste libre. Fuiste creado. Hecho para portar la marca, para ser la vasija que resistiera lo que otros no podían. Esa es tu verdad, Kael."
Kael grito de furia, la sombra estallando en torno a el. Elara corrió hacia el, tratando de alcanzarlo, pero las runas la mantenían apartada.
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DEVUELTA A LA REALIDAD...
El fuego se apagó de golpe. Kael cayó de rodillas, jadeando, con las manos hundidas en la piedra. La marca brillaba violentamente como si festejará la revelación.
Yo me arrodille a su lado, tomándole el rostro con desesperación. —Kael...¿Que viste?
El no respondió al principio. Sus ojos estaban llenos de odio y de miedo.—Vi...que no soy libre. Que nunca lo fui. Yo fui creado para esto, para ser portador.
Sentí el peso de esas palabras, pero lo abrace con fuerza, como si mi propia voluntad, fuera a salvarlo. —No eres solo eso. Tal vez te hicieron para portar la marca....pero tú decides que significa ahora.
Nheris nos observo en silencio, con una sombra de compasión en sus ojos vacíos. —La profecía habla de equilibrio. Y el primer paso es aceptar lo que son, aunque la verdad duela. Kael, fuiste hecho para cargar con la marca. Pero solo tú elegirás si eso sigue siendo tu prisión...o tú arma contra quienes lo crearon.
Kael apretó los puños, la furia temblando en su voz. —Entonces haré que mi existencia sirva para hacer algo más que obedecer al Abismo.
La marca ardió en ambos como un corazón compartido.