Profecía De Dos Mundos

INTRODUCCIÓN

Hace milenios, cuando las estrellas aún tejían secretos en el firmamento y los dioses caminaban entre los mortales, una verdad incómoda surgió de las sombras: el universo jamás fue binario. Luz y oscuridad, orden y destrucción, vida y muerte… Eran caras de una moneda antigua, girando en un equilibrio tan frágil como el cristal. Pero en los márgenes de ese baile cósmico, donde las reglas se desvanecen y los destinos se tuercen, una profecía fue grabada con fuego negro en el Pergamino de los Ecos, un artefacto que ni los sabios más audaces se atrevían a descifrar.

“En el umbral de la dualidad, donde las sombras besan la luz, nacerá un ser excepcional. El híbrido, forjado por el abismo y la esperanza, caminará sobre la cuerda floja del destino. Bajo la mirada del astuto Príncipe de las Tinieblas —quien aguarda entre nieblas y engaños—, su alma será el campo de batalla. Los cielos gritarán con eclipses sangrientos, los océanos regurgitarán secretos ahogados, y los mortales, ciegos a su propia condena, temblarán ante fuerzas que creyeron mitos. ¿Será el híbrido la chispa que encienda la redención… o el látigo que azote al mundo? Solo el Príncipe, maestro de mentiras y espejismos, conocerá la respuesta. Pero incluso él dudará, pues en el corazón del enigma yace una pregunta: ¿Puede el caos crear… o solo destruir?”

Los siglos pasaron. La profecía se hundió en el olvido, sus palabras reducidas a leyendas que las abuelas narraban junto al fuego. Hasta ahora, donde el Príncipe de las Tinieblas, cuyo nombre se pronuncia en susurros, sintió el llamado. Desde su trono en el inframundo, observó el surgir de grietas en el velo de la realidad.

Las profecías no mueren… solo aguardan.




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