Profesor

DIECINUEVE

—¡Cameron!— me lanzo a sus brazos. —¿Qué haces aquí?

—Vine a verte— sonríe estrechandome.

—No tenías que molestarte, debiste gastar mucho en tu pasaje — me separo un poco.

—Pues algo así, pero en verdad quería saber de tí, sé que ya no somos pareja pero al menos podemos ser amigos, ¿No crees?— ladea la cabeza.

—Claro— sonrío como boba.

Sí, como boba, no puedo evitarlo pues Cameron ha tenido ese efecto en mí desde el primer segundo en que lo ví, siempre ha podido hacerme perder la cordura con sólo mostrarme su preciosa sonrisa, sus ojos brillantes y sus palabras alentadoras.
Mamá y papá lo reciben con una sonrisa, ellos siempre se llevaron muy bien y debo decir que cuando pensé que mi progenitor se enfadaría porque él me había elegido a mí y no a Anabella– cabe destacar que conocí a Cameron por esas casualidades de la vida ya que era amigo de mi gemela– me puse muy feliz.

—Tiempo sin vernos Cameron— mi padre sonríe mientras beben café.

—Así es señor Connors— sonríe —¿Todo en orden por aquí?

—¡Por supuesto! Issy ha conseguido una beca muy importante— mi padre comienza— Estamos muy orgullosos.

—Papá... — musito. —No es para tanto, no hay tal beca aún asique no hay que precipitarse.

Papá me observa algo severo pero no emite comentarios, sé que esperaba que dijera lo contrario pero no quiero engañarlos, por lo menos no a Cam, no podría.
Pedimos pizza para la cena, Luke se encuentra bastante irritado a causa de la presencia de mi ex novio pero parece querer ocultarlo pues me observa a cada rato; la charla se vuelve interesante, todos se divierten y la pasan muy bien y yo me incluyo claro.

—Tu habitación no ha cambiado en absoluto— ríe viendo mis osos de felpa.

—¡Oye!— golpeo su hombro— Sólo cambié de casa no de hábitos.

—Puedo darme cuenta de eso Bell— se lanza a mi cama. —¿Qué tal todo con tu padre?

—Pues... Es extraño— suspiro —Al fin he podido comprender que siempre ha amado a Annabella por encima de mí.

—No puede ser, es tu padre — se incorpora —Eres su hija.

—Pero no su favorita, vamos Cam, siempre ha sido así y lo sabes— gesticulo — Mi padre adoraba a Anny y ¿Cómo no hacerlo? Ella era perfecta, todo lo que yo no soy.

—Isabella— susurra.

—Yo sólo soy la sorpresa que llegó con ella, un pequeño desperfecto técnico ya que mi mamá sólo esperaba una bebé y resultamos ser dos. — sonrío para evitar llorar — Y para empeorarlo todo, tengo un desperfecto en mi forma de respirar— digo irónica.

—¡Ya basta! — Cameron se pone de pie— ¡Deja de hablar así de tí misma! Sabes mejor que nadie que no necesitas ser como ella, así como eres, siendo tú misma eres perfecta.

—Gracias— susurro.

Sus palabras han logrado hacerme sentir mejor, necesitaba que alguien más que no fuera mi madre me lo dijera, necesitaba oírlo con urgencia. Cam tiene razón, no necesito ser como mi difunta hermana y tampoco quiero serlo, no claro que no, ella está muerta para bien o para mal y no puedo ser el sustituto porque no es correcto, no está bien, no es justo.

Salimos de casa en completo silencio, es algo común entre nosotros, nunca hizo falta demasiada comunicación entre ambos ya que nos conocíamos muy bien, es una de las cosas que amaba de lo nuestro.

—La he pasado muy bien hoy— suelta de pronto mientras caminamos.

—También yo, en verdad extrañaba esto— sonrío melancólica.

—Isabella — suspira —Quiero... Quiero hacer algo antes de volver a Nueva York.

—Dime— frunzo el seño con incertidumbre.

Cameron sonríe mostrando sus bonitos hoyuelos, me toma por la cintura y besa mi frente, un beso dulce y tierno, luego deja otro en cada una de mis mejillas y me produce algo de cosquillas para finalmente tomar mis labios lentamente entre los de él, saborearlos con tanta parsimonia que me produce escalofríos; me acerca a él de tal manera que entre nuestros cuerpos no hay espacio alguno, siento como sonríe y luego se aparta por completo.

—Una bonita despedida Bell— susurra.

—¿No vamos a vernos más?— pregunto sabiendo la respuesta.

—No, mi padre me ofreció viajar a Amsterdam con mi tío y allí tengo otras oportunidades— sonríe— Sé que cuando me vaya cualquier posibilidad que hubiera de que tú y yo estuviéramos juntos desaparecería.

—No volverás — agrego.

—No lo sé, pero cabe la posibilidad de que tú conozcas a alguien más y que yo también lo haga — sonríe —Creo que debemos cerrar ésta etapa que tarde o temprano sería cerrada por causas de fuerza mayor, pero quiero que sepas que te quiero muchísimo.

—Ya veo — musito —Me alegro mucho por tí, voy a extrañarte.




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