Veo a mi hermano correr de aquí para allá en la casa, busca su mejor ropa y le suplica a mi padre que le devuelva las llaves del auto pero éste no quiere. Río por lo ridículo que se ve, pero siento algo de pena a la vez.
Subo a mi habitación y me dispongo a leer un poco, no he vuelto a hablar con James y no planeo estar llamándolo o escribiéndole, estoy consciente de que me equivoqué, que metí la pata hasta el fondo pero creo que no merecía que me tratara de esa manera, sólo quería saber su versión.
—Bella, ayúdame— Luke entra en la habitación con el cabello alborotado.
—¿Qué sucede?— pregunto dejando mi libro de lado.
—Necesito que hagas que papá me dé las llaves del auto— sonríe intentando apelar a mi lado sensible.
—No iré contigo Luke— digo sonriendo también.
—¡Vamos! ¿Qué tienes que hacer que sea mejor que ir a una fiesta ésta noche?— gesticula quejándose.
—Muchas cosas hermano, muchas cosas— ruedo los ojos y me acomodo en mi lugar.
—¿En serio? Porque babear por Patch Cipriano, mientras lees Hush Hush no es algo muy entretenido que digamos— suelta burlándose— Tú no eres Nora.
—¡No metas a Patch en ésto!— farfullo cruzándome de brazos.
—De acuerdo señora Cipriano, pero ten algo de compasión, ¿Quieres? Sabes que papá no me deja conducir cuando voy sólo — susurra haciendo ojos de cachorrito.
— Está bien, supongo que puedo acompañarte— alzando las manos resignada— Pero nada de descontrol, quiero volver sana y salva a mi hogar.
—¡Sí!— grita entusiasmado— Cámbiate, le diré a nuestros padres.
En menos de diez minutos me encuentro duchada y cambiada, me coloco unas botitas azules que hacen juego con mi blusa, un pantalón corto color negro y dejo mi cabello suelto. Algo de maquillaje, sólo por el simple hecho de que no quiero parecer un zombie –si por mí fuera iría a cara lavada–. Me observo en el espejo y sonrío satisfecha por el resultado, por último agrego un collar plateado con mi inicial y salgo de la habitación.
Luke se encuentra esperándome y luce muy bien debo decir, ambos vamos vestidos de azul, pero que puedo decir ese color nos queda estupendo.
Saludo a mis padres y subimos a la camioneta, coloco el reproductor de música de mi teléfono y comenzamos la marcha.
—Bien, en unos meses es tu cumpleaños, ¿Qué quieres de regalo?— dice golpeteando con sus dedos el volante.
—Nada, no quiero celebrar mi cumpleaños— suspiro con tristeza.
—Ella no hubiera querido eso Bella— me observa con pesar. —Escucha, piénsalo y luego me dices, pero no te tortures por lo que pasó. Ahora disfruta de la fiesta.
—De acuerdo— asiento y le sonrío.
—Bueno, ahora cuéntame del baile, de seguro ya debes estar preparando todo— me observa emocionado.
— Es en un mes, creo que iré en grupo si es que mis amigos no encuentran pareja— ruedo los ojos riendo.
—O que tú encuentres hermanita— levanta las cejas y me observa pícaro.
—Eres el único hermano que alienta a su hermana a ir a bailes, fiestas y conocer chicos— río.
—No soy como papá, el nos prohíbe hacer lo que nos gusta — aprieta el volante y sus nudillos se vuelven blancos por la fuerza aplicada —No quiero que te pierdas más cosas Issy.
Antes de poder contestar escucho la música a lo lejos, los jardines de la casa son inmensos, llenos de flores de todo tipo, color y fragancia; ¿Cómo lo sé? Los aromas llegan a mi nariz inmediatamente, los árboles que se encuentran a los lados del camino son tan altos que no puedo llegar a ver la parte superior de la copa.
Luke aparca la camioneta en la entrada de la casa, muchos universitarios están aquí. No conozco a nadie y estoy segura de que mi hermano encontrará con quién pasar la noche mientras yo me escondo en algún rincón.
Entramos a la casa, muchas chicas saludan a mi hermano y lo devoran con la mirada –al parecer es muy popular con el sexo opuesto–, yo les lanzo una mirada desdeñosa a todas y luego evito hablar con ellas. Algunos chicos se acercan a saludar y el sobreprotector de Luke les deja claro que soy menor que ellos, que soy su hermana y que los matara si intentan algo, ¿Qué significa? Qué pasaré la noche sola.
Gracias Luke.
—¿Estás sola hermosa?— me dicen a mis espaldas.
—¿Qué haces aquí?— sonrío lanzándome a los brazos de Aidan.
—Mis hermanas están aquí también— rie —Y me trajeron, ¿Y tú?
—A mi hermano Luke lo dejaron venir si yo lo acompañaba, pues cuando estoy con él no bebe alcohol.— explico sonriendo.
—Ya veo— caminamos al centro del salón.
La música suena estridente, el volumen es tan alto que debemos gritarnos para poder hablar, Aidan trae unos vasos rojos con algún contenido dentro, francamente no sé que sea pero es delicioso, un vaso, dos vasos y tres vasos pasan por mis manos y yo los ingiero sin problema alguno.
Aidan baila pegado a mi, la canción no es lenta pero si provocativa, me toma por la cintura y me acerca aún más a él. Comienzo a sentir los efectos del alcohol pues aunque no estoy totalmente ebria mi equilibrio no es bueno y estoy un poco mareada.
Editado: 11.01.2019