—La comida está deliciosa — sonríe y me encanta.
—El dueño del lugar tiene los mejores chefs— bebo mi copa de vino.
Isabella sólo ha tomado agua, a veces olvido la diferencia de edad entre ambos pero no me molesta, tiene ese toque inocente y soñador que a su edad todos hemos tenido y que con el paso del tiempo y las experiencias perdemos sin darnos cuenta. Me gusta la frescura con la que habla,desenvuelta y sin miedo a decir lo que piensa, ¿Quién no ha sido así a sus casi dieciocho años? ¡Yo era terrible! ¡Un descontrol andante!
—¿En qué piensas?— me observa con intriga.
—En tí— respondo, se sonroja —En lo mucho que me gustas.
—¿Te gusto?— eleva una ceja —Pensé que no habría sentimientos entre nosotros.
—No los hay Bella, si no me gustaras no me atraerias y por ende no habría deseo alguno — pruebo los sorrentinos a la crema que ordené— Físicamente me gustaste desde un principio ya que todo entra por la vista, si a tus ojos te gusta pues entonces te atrae luego y eventualmente lo deseas, pero he podido conocerte y puedo decir que también me gusta tu forma de ser.
—Vaya, pues gracias, no muy seguido me lo dicen — sonríe con tristeza —Siempre he sido una especie de sombra ante todos los que me rodean.
—¿Sombra?— la escudriño —¿Y qué te impedía brillar?
—Mi hermana gemela, Annabella— suspira —No lo hacía a propósito, era algo implícito entre nosotras, no me daba cuenta o eso quería creer. Anny era la hija perfecta James, inteligente, atlética, amable, amorosa, querida por todos y sobre todo talentosa en todo lo que se proponía. Yo por mi parte, soy ésto que ves aquí, incluso mi nacimiento fué algo que mis papás no esperaban, sabían que una hija venís en camino pero resultamos ser dos. A pesar de ser idénticas, siempre hubo una enorme diferencia entre ambas.
—Creo que es absurdo Isabella — tomo su mano entre las mías — Tú eres tan especial como lo fué tú hermana, no debes compararte con ella, tienes más talento del que crees y yo puedo verlo, eres rápida e inteligente sólo debes dejar de creerte el sustituto de alguien que ya falleció.
Me observa seria, asiente lentamente y suspira, vuelve a posar sus ojos en mí y siento algo en el pecho, algo tibio, reconfortante.
—Gracias, eres la segunda persona que lo dice pero, supongo que el ser mayor le da a tus palabras más sentido — sigue comiendo —Ahora, háblame de ti, quiero saber más.
—Bien— musito algo descontento —Mi padre es empresario, socio de dos hombres muy importantes y mi madre es vicepresidenta de la compañía que rigen. Tengo un hermano dos años mayor que yo, es un idiota y francamente no me gusta verlo.
—¿Y a tus padres?— eleva una ceja. Que linda.
—Con mi padre nunca tuve un trato cariñoso, por lo que nos vemos pocas veces al año, siempre ha sido así. Pero mi madre y mi hermano, están muertos para mí. — sentencio.
—¿Qué te hicieron para que los odies así?— se acerca a mí esperando la respuesta.
—Algo que nunca les voy a perdonar — sonrío— ¿Pedimos el postre?
Bufa molesta, rueda los ojos y termina asintiendo con una sonrisa, le agradezco profundamente que no indague en el tema, que lo deje estar, sé que deseaba saber más pero no quiero hablar de ello pues me pongo iracundo cada vez que lo recuerdo, a mi hermano, mi madre a Blair Hoult, a toda esa estúpida historia que jamás tuvo que ser.
—Escucha, quería decirte que la semana que viene, habrá una conferencia importante en Nueva York, allí voy a dar una tesis a jóvenes alumnos universitarios que poseen la beca que te he ofrecido— está a punto de replicar pero continuo —Sé que me has dicho que no quieres nada de eso, pero lo hago porque deseo hacerlo no porque sea un pago o recompensa por lo que tenemos, por lo que te pido que vengas conmigo.
—¿Qué?— niega algo molesta.
—Es una gran oportunidad Isabella, considera que tú futuro podría cambiar si decides aceptarla y que mejor que conocer el ambiente antes de tener que tomar la decisión — sonrío —Piénsalo, luego del baile me dices la respuesta, ¿De acuerdo?
—Bien— asiente.
Bella pov.
Mi móvil comienza a vibrar, observo que tengo varios mensajes de mamá.
Mamá.
¿Dónde estás? ¿Vienes tarde? ¿Aún estás con Aidan? ¡Estuve llamando!
Por poco y me ahogo con la porción de pastel que tengo en la boca, rápidamente busco en mi lista de contactos el número de mi supuesto novio, necesito tener una coartada.
Yo.
¡Aidan! ¡Necesito un favor! Mamá cree que salí contigo novio mío, seguro intenta llamarte, por favor haz que crea que estoy contigo.
Lo envío, espero ansiosa y James me observa confundido hasta que un mensaje entrante me sorprende.
Aidan.
¡Oh, novia mía! ¡Me debes una muy grande Bella! Tu madre acaba de hablar conmigo, le dije que estamos cenando y luego iremos al cine, que estabas en el baño por eso no podías hablar.
Editado: 11.01.2019