Los nervios me tiene a mil, hoy es el tan esperado baile y yo Isabella Connors no tengo que ponerme. Sí, como lo oyen, no hay nada en mi armario para ésta importante noche y estoy desesperada. Mamá y papá dijeron que use mi mesada para comprar un vestido pero lo malo es que ya he gastado todo en algunos libros que compré.
Bajo las escaleras con cuidado, me dirijo a la cocina y saco un trozo de pastel de fresas, a continuación escucho una maldición seguida de los gemidos adoloridos de mi hermano y la estrepitosa caída por las escaleras. Lo de siempre claro, no hay una sola vez que él no caiga por ellas. Dios, ¿Dónde tiene su cerebro? A veces pienso que no lo usa bien o que, quizás, él sea sonámbulo y por ello cae una y otra vez llenando su cuerpo de hematomas.
—Buenos días Bella— Luke entra tocándose la cabeza, supongo que ésta vez se golpeó allí.
—Buenos días Luke, ¿Te encuentras bien?—digo dándole un vaso con malteada.
— Sí, sólo fue una pequeña caída— ríe y se encoge de hombros.
Suelto una carcajada, no puedo creer que no le preocupe sus constantes baches por las escaleras.
Tomo asiento junto a él y como mi rebanada de pastel tranquilamente, mi mente busca la manera de obtener el dinero necesario para comprar un vestido para el baile, sin mencionar zapatos a juego y un lindo bolso. Bien, oficialmente estoy muerta, no hay forma de que lo consiga para antes de las ocho en punto y es que se me pasó por completo, estuve demasiado ocupada haciendo los últimos retoques al proyecto que debo presentar, buscando la manera de que Aidan apruebe Biología ya que soy si tutora y no mencionemos la cena con James.
La única opción que me queda es pedirle a Luke que me preste dinero y luego someterme a sus raras formas de devolución. La última vez que le pedí dinero tuve que recopilar datos de varias chicas del instituto, pasar vergüenza por ser pillada en tal acto y las posteriores burlas de mis amigas por las locuras de mi hermano mayor.
—Luke— suelto de pronto terminando mi desayuno.
—Dime— levanta la cabeza y fija su vista en mí poniéndome atención.
—Yo... Verás... Es que...— odio pedirle dinero.
—¿Qué pasa? ¿No tienes dinero para tu vestido y demás chuchas para el baile?— ríe sabiendo que es así. Tonto.
—Si, así es— respondo avergonzada y molesta.
—Bien, más te vale que vayas a tu cuarto porque no voy a prestarte dinero Isabella, deberías controlar tus gastos hermanita —dice entretenido con su desayuno.
Pero qué malo es, ¿Cómo puede ser tan malo? ¿Acaso no tiene compasión? ¿No tiene empatía? Se merece todas y cada una de las caídas por las escaleras, y espero que aún le queden más. Me levanto de mi asiento y salgo de la cocina, lo único que me queda es llamar a Aidan y cancelar. No puedo ir al baile con lo que tengo, no quiero ser menos que las demás y en verdad deseo verme bien para... ¿Para quién? Obviamente que para mí pero también para James y para Aidan, no que estoy diciendo, ¿Aidan? ¡Aidan! Dios mío, ésto no puede estar pasando, él no puede gustarme y menos por un tonto beso, ¡Sólo fué un beso!
Y casi tuvieron un segundo beso.
Cállate consciencia.
Entro en mi habitación y sobre la cama veo una enorme caja negra con un listón y moño color azul, me parece extraño ya que no recuerdo haberla dejado allí.
Me acerco y acaricio la textura, sumamente suave y huele a nuevo. Sonrío de lado, la curiosidad se apodera de mí y la abro lentamente.
Mis ojos no dan cuenta a lo que ven, un vestido color azul francia en toda su gloria; corto hasta un poco más arriba de las rodillas, escote corazón con transparencia y detalles en plata en el pecho y brazos, ¿Lo mejor? Espalda descubierta.
¿Mamá lo compró? Estoy segura de que papá no fué, entonces...
—Creo que combina con éstos— -habla Luke desde la entrada de mi habitación.
Volteo a verlo y en sus manos sostiene un par de zapatos del mismo color que el vestido, mi boca se descoloca en una enorme mueca de sorpresa, sonrío a más no poder y creo sentir ya el calambre en mis mejillas, dejo todo sobre la cama y él extiende sus brazos hacia mi, corro y lo abrazo tanto como puedo.
—¡Eres el mejor!— grito saltando de la emoción.
—Lo sé— se carcajea— Ésto es por acompañarme a la fiesta de Cassandra la otra noche y por hacerle frente a papá y apoyarme en mi sueño de estudiar arte.
—Gracias por todo Luke— digo sonriendo.
—Entonces, ¿Te gusta verdad? Tuve que pedirle a una amiga que me ayudara a elegir todo pues no tenía idea de qué carajos comprar — sonríe.
—Es todo perfecto, gracias— río. —¿Cómo deberé pagarte ésta vez?
Sonríe.
—Es un regalo Izzy— guiña su ojo.
Bajamos a la cocina, mamá y papá aún no llegan y decidimos pedir pizza para el almuerzo.
Aidan pasará por mi a las ocho en punto, en la escuela algunos maestros serán quiénes nos vigilen y entre ellos están James y Cassandra, ella no es profesora pero sigue a James como perro faldero y se ha encargado de caerle bien a las autoridades educativas por lo que cuando se ofreció a "ayudar" en el evento ellos no se negaron.
Me molesta el hecho de saber que estarán juntos pero más me molesta saber que Aidan podría estar con otra chica sí yo me fuera con mi profesor. ¿Celos? Sí, lo admito. Y también he llegado a la conclusión de que ambos me gustan, mi profesor y mi mejor amigo, tal vez no sé con exactitud a qué grado, o porqué gustarme dos personas totalmente opuestas entre ellas. Lo malo es que sólo uno de ellos me quiere realmente, pues el otro sólo goza de diversiones extracurriculares.
Suspiro largamente, lo lógico sería que dejara a James y me fuera con Aidan, pero no puedo hacerlo, no quiero. Por miedo quizás o porque a pesar de todo me gusta la situación, es todo muy reciente y confuso para mí, tengo miedo de meter la pata y perderlos a ambos.
Editado: 11.01.2019