Profesor

VEINTINUEVE

No puedo quitar los ojos de ella, luce hermosa ésta noche y ese vestido sólo provoca en mi las ganas de quitárselo y deleitarme con su cuerpo pero algo ha cambiado, algo se siente diferente a las veces anteriores.
Su molesto amigo sostiene su mano como si fuera de su propiedad y si no hubiera tantos alumnos juro que lo golpearía, lo alejaría de ella y le gritaría a todo pulmón que soy yo el que puede tomarle así la mano.

¿Pero qué diablos estoy diciendo?

¿Qué me pasa?

¿Estás celoso?

Si, lo estoy pero no sólo es eso, me siento molesto por no poder estar así con ella, por no poder besarla en público y que todos lo hombres vean que su corazón me eligió a mí, que las mujeres sepan que es ella la que me cautivó sin darme cuenta...

Mierda, estoy perdido.

—Estás hermosa— digo sonriéndole apenas llegan hasta dónde estoy.

—Gracias— responde imitando mi acción.

—Aquí están nuestros pases— Hoult se interpone entre nosotros, mocoso inútil, chico estúpido, sigue siendo tan desagradable como cuando salía con su hermana.

Tomo los boletos y los marco para que puedan pasar, vuelvo con ellos para entregárselos e intento hablar con Bella pero apenas me acerco Hoult la toma por la cintura y la aleja de mi.

Ni que fuera de su propiedad.

Tú harías lo mismo.

Joder, lo sé, ¿De qué lado estás?

Del de la chica, soy tu consciencia no voy a apañarte.

Vete a la mierda.

Tú primero.

¿Podemos dejar ésto para más tarde?

¿Te das cuenta que estás hablando contigo mismo?

Mierda.

Los veo adentrarse en el salón, Isabella luce feliz y sobretodo a gusto con el chico, ¿Será que en verdad siente algo por él? ¿No siente nada por mi? Vamos James, ¿Cómo sentiría algo por tí cuando te encargaste de hacerle saber que no había sentimientos en ésto? ¿Cómo ibas a saber que la mocosa se te metería debajo de la piel? ¿Cómo demonios vas a arreglar la situación ahora? Mierda y más mierda.
Suspiro y sigo recibiendo a los alumnos, Cassandra me observa desde la esquina y no puedo evitar pensar que sabe lo que me sucede. Se acerca a mi y me rodea el cuello, sus labios tocan los míos y sólo la dejo hacer lo que quiera. Debería estar gustandome pero no es así, lo encuentro absurdo, aburrido e insulso. No se compara a los besos de mi actual alumna, ni a su tacto tibio y suave.
Definitivamente Cassandra ya no es mi favorita, y creo que al paso que voy jamás volveré a tener una. 
La necesidad de besarla y tenerla conmigo sobrepasa mi sistema nervioso, aparto a la mujer que tengo colgada de mí y me alejo de ella sin siquiera darle explicaciones. Sigo el camino hasta el interior del salón, está perfectamente decorado con tonalidades azules y plateadas. La pista está repleta de jóvenes bailando, la mayoría ya está bebiendo y no ha pasado ni una hora casi. Observo a mi alrededor, las luces me dejan algo confundido pero logro encontrarla, está con sus amigas y lejos del mocoso inútil. Me encamino como alma que lleva el diablo, la tomo por el brazo y la saco de su grupo social; caminamos hasta una de las entradas dónde no hay tanto ruido ni música.

Luce maravillosa.

— Al fin solos— digo sonriendo.

—¿Qué quieres James? ¿Ocurrió algo?— ¿Está nerviosa?

—Quiero hablar contigo, sobre tu amigo y tu extraña actitud— hablo gesticulando, algo muy raro en mí, hasta sus costumbres me ha pegado, que niña.

—No hay nada de qué hablar, vine con él al baile porque me invitó y porque... Me gusta— dice desviando la mirada.

Le gusta.

—¿Y qué hay de mí?— pregunto molesto, ¡cálmate!

—¿Disculpa?— eleva una ceja— Me gustas también.

—¿Y sólo eso?— joder.

—No hay nada contigo, tu mismo me dijiste que sólo era diversión y pasarla bien, no sé qué esperas James, no te entiendo—dice a la defensiva.

—No puede ser, tú y yo nos gustamos, más de lo que crees—  farfullo molesto— Es...

—¡Lo sé! Sé que nos gustamos y que la pasamos muy bien juntos pero no quiero ser sólo tú diversión, no quiero ser sólo tú segundo plato, no quiero ser una más en tu lista de favoritas— veo lágrimas caer por sus mejillas.

—¿Buscas atención en tu amigo Hoult?— niego riendo.

—¡No! ¡Jamás! ¡Nunca le haría eso!— masculla empujándome— Quiero estar con él porque... Porque siento cosas por Aidan, porque al igual que tú, me gusta. Me siento bien con él.

Lo que dice me aturde, llega a mi pecho y se clava con fuerza. Me molesta, demasiado, duele como nunca antes me ha dolido un rechazo aún cuando no esté rechazandome. Siento que me cambian por otro como si fuera una playera que no tiene uso. La observo detalladamente, está decidida a dejar esta charla pero yo no, no voy a perder contra un mocoso de dieciocho años. No señor, Isabella no es para ese chico.




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