Me siento en uno de los peldaños de la escalera a esperar que llegue Hazel y en cuanto suena el timbre de la casa, de un brinco me pongo de pie para abrir la puerta encontrándome a mi amiga con una sonrisa de oreja a oreja.
— Hola.
— Hola, pasa.
Guio a Hazel hasta el sofá donde previamente puse dos vasos con jugo de manzana y unas galletas.
— Me encanta tu preparación. — Hazel echa una galleta a su boca.
— Que bien. — Subo y bajo mis cejas.
— ¿Como estas?.
— Mmm… mejor o eso creo a veces.
— ¿Que paso?
— Me vino a decir que se beso con alguien más estando ebrio.
— Auch, que estúpido. — Digo con desagrado.
— Más que estúpido creo que él y yo ya estábamos demasiado acostumbrados a la rutina de todos los días, 3 años es mucho tiempo.
— ¿Pero no lo amabas? — Pregunto
— Si y creo que el también pero todo en su momento se enfriá o cambia y creo que nosotros cambiamos solo que nos resistíamos a dejarnos atrás y él hecho de que me “engañara” solo demuestra que en realidad cada uno debe seguir su camino.
— ¿Y ahora que vas a hacer?
— Nada, en realidad nada, solo aprenderé de todo esto para no cometer los mismos errores en el futuro.
— Osea que terminaron, pero bien ¿no?
— Si, es mi ex y todo bien. — Responde Hazel con una sonrisa que me contagia.
— ¿Y ahora tu, como estas?
— Bien, bien.
— ¿Que paso con Gabriel?
— ¿Porque? Nada.
— ¿Segura? Porque cuando le dije que venia para acá, no sé me dio la impresión de que algo paso. — Por un segundo miro a Hazel para tomar mi jugo y ponerlo en mi boca mordiendo el borde del cristal.
— Está bien, te entiendo. — Responde Hazel mientras quito el vaso de mi boca y apretó los labios.
Me decido a contarle lo que ha pasado siempre y cuando me prometa no decirle nada al profesor, mientras más palabras salen de mi boca el rostro de Hazel se va transformando.
— Pero como pudo enojarse tanto solamente por que llegaste tarde.
— No lo sé, supongo que estaba de malas.
— Pero yo lo vi en la mañana y si se veía medio extraño pero… no pensé que tanto así, Danielle de verdad te pido una disculpa por el imbécil de Gabriel. — Hazel pone su mano sobre la mia y me observa con algo de incomodidad.
— Tranquila, ya paso y no pienso poner atención a sus ataques de rabia, a demás él mismo se disculpo solo que yo no quise prestar atención.
— Pienso en Gabriel y me da una furia. — Hazel apretá sus manos en un puño.
— Prometiste no decir nada. — Advierto.
— Si, lo sé y creo que ya estoy arrepentida. — Hazel frunce los labios.
Nos interrumpe el sonido del timbre para que yo me dirija hasta la puerta y la abra.
— Hola.
— Hola. — Dante pasa por a mi lado dirigiéndose rápidamente hasta la escalera para perderse en el segundo piso.
— ¿Quién era?
— Mi hermano, Dante
Hazel extrae su celular del bolsillo mirando la pantalla.
— Por dios Danielle, se me hace tarde, ya me voy.
— Ok, te dejo en la puerta.
Camino el trecho hasta la puerta despidiendo a Hazel y volviendo dentro.
— ¿Como te fue?. — Pregunto a Dante que viene bajando la escalera.
— ¿Quien es ella?
— Es muy grande para ti, pero se llama Hazel. — Dante me fulmina con la mirada.
Mientras Dante se encamina hacia la cocina mi celular suena en una llamada que atiendo al ver el nombre de mamá.
— Mamá.
— Danielle, puedes ir al supermercado y traer las cosas que te escribiré por favor.
— Pero mamá, tengo que estudiar… — Me quejo
— Pero Danielle, solo un poco, que tuve que pasar a dejar a unas compañeras de tu hermana, puedes comprar helado. — Chantajea mi madre al final.
— ¡Helado! Ok.
— Toma la tarjeta de mi cartera, tu ya te sabes la clave.
— Si, si helado. — Mi madre se ríe del otro lado de linea.
— Ve pronto hija, que yo ya llego.
Corto la llamada y camino hasta la entrada de la cocina donde Dante me observa con el cereal en sus manos..
— Voy a comprar unas cosas, ¿Quieres venir?
— No.
Me giro indignada por lo flojo que es Dante, tomo la cartera de mamá, sacando su tarjeta.
— Tu te lo pierdes, menso. — Abro la puerta y la cierro tras de mi.
Recorro el camino pensando en el helado que traeré a casa y de solo imaginarlo me babeo, llego al supermercado, tomo un carrito y recorro la lista en mi celular. Una vez todo lo pedido estuvo dentro del carro me dirijo al sector de los helados observando los sabores.
#2899 en Novela romántica
#903 en Chick lit
novela juvenil parejas amistad celos, enemigos obsesion venganza, alumna profesor romance prohibido drama
Editado: 07.03.2020