Profesor

CP. 10 - AVERGONZADA.

 

Miro a mi alrededor buscando la escalera para volver a subir.

 

— ¡Te vamos a esperar arriba! — Grita Felipe.

 

« Eso me pasa por distraída.» Cuando estoy por subir a la escalera nuevamente veo como él profesor y aquella mujer vienen en mi dirección.

 

— No, no. — Susurro subiéndome rápido a la maquina, tratando de evitar a la gente que no me permite el paso.

 

Llego a otro piso cambiándome de escalera, cuando alguien toma mi brazo haciendo que me gire asustada.

 

— Danielle.

— Hazel. — Ofrezco una tímida sonrisa.

— Parece que vas huyendo. — Hazel sonríe levantando su vista para ver de que huía.

— Ahí vienen Gabriel y Cleo, eee… ¡escapas de Gabriel! — Hazel sorprendida hace que mis ojos se abran más de normal al verme descubierta.

— No, no que hablas. — Golpeo suavemente el hombro de Hazel que achina sus ojos hacia mi.

— Danielle. — Él profesor llama a mi espalda para que lentamente me gire quedando frente a Cleo que sonríe de oreja a oreja.

— Mira que linda. — Hazel se acerca a la mujer y estira su mano hacia mi como enseñándome a Cleo que solo sonríe.

— Si, ya la vi. — La mirada de Cleo me recorre por completo haciéndome sentir cohibida.

— Yo… — Susurro demasiado bajo como para que alguien me escuche.

— Uff tengo un hambre, ¿vamos a comer?. — Hazel pone su brazo alrededor del mio.

— Yo estoy con mis amigos. — Hablo rápidamente haciendo que todos guarden silencio poniendo sus ojos en mi.

— ¿Donde están? — Pregunta él profesor.

— En el patio de comidas.

— Entonces vamos juntos. — Interviene Cleo sonriéndome otra vez.

 

Llegando al patio de comidas puedo ver como la boca de Felipe y Jess se abre de forma automática al verme llegar con Hazel, Cleo y él profesor.

 

— Nos vemos. — Digo apartándome de Hazel

— Un gusto conocerte. — Cleo habla a mi espalda para que yo me gire sonriendo tímidamente.

— ¿Que fue todo eso?. — Pregunta Jess cuando llego a la mesa.

— Es que me encontré con Hazel y subimos juntas.

 

Nos ponemos de pie y de inmediato nos dirigimos a los puestos de comida para elegir hamburguesas, papas fritas entre otros acompañamientos. Cuando aparece Hazel junto a su hermano a nuestro lado.

 

— Que bien encontrarte aquí. — Habla Hazel.

— ¿Como te a ido con los exámenes? — Pregunto.

— Bien, me quedan algunos, pero bien, nada que no pueda controlar, ¿Y como te va con mi hermano? — Susurra Hazel para que me vea presa del pánico porque alguien la haya escuchado.

— Hazel, ¿de que hablas?

— ¿No se han arreglado? — Mis ojos se abren como platos al escucharla.

 

En un segundo Hazel jala mi brazo apartándome de todos.

 

— Gabriel me contó, ¿Aún estas enojada?

— No, no estoy enojada. — Respondo mirando al profesor que no se da por enterado.

— Él lo siente mucho, dijo que había sido un error, que te busco para disculparse pero que no quisiste escucharlo, bueno yo habría hecho lo mismo, Gabriel a veces es un imbécil. — Hazel mueve sus manos.

— Hazel… él no me gusta y no estoy enojada, él solo es mi profesor y ya. — Hablo sintiendo como cada una de las palabras se clavan en mi espalda y como la mirada de Hazel sorprendida invade mi rostro.

— Danielle yo…

— Tranquila. — Escucho a la distancia como Felipe me llama.

— Me llaman, nos vemos al rato. — Ofrezco una sonrisa a Hazel que parece descolocada.

 

Llego con mis amigos y nuestro pedido hasta la mesa para sentarnos a conversar y comer, pero lo que acabo de hablar con Hazel me ha cortado el apetito. «¿Porque dije eso? »

Tomo una papa pensando infinitamente en el momento en que él profesor me llamo mentirosa.

 

— Danielle, ¿Que pasa que no comes? — Felipe pone su mano en mi bandeja haciéndome reaccionar de golpe.

— Si, si estoy comiendo. — Digo mirando a mis amigos que ya van por la mitad y yo aun ni empiezo.

— ¿Estás bien? — Pregunta Jess preocupada.

— Si, si, voy a baño y vengo. — Me levanto de la silla en dirección al baño.

 

Por unos minutos veo mi reflejo en el espejo, « No debí haber dicho nada. »

 

— Tonta. — Digo a mi reflejo para luego salir del baño

— Danielle. — Me giro al escuchar mi nombre en la voz del profesor, pero al verlo vuelvo a girarme dandole la espalda. «Andate, andate. »

— Danielle, no te vayas. — Detengo mis pasos al escucharlo hablar nuevamente.

 

Sintiendo los nervios invadir mi sistema me giro llegando al lado del profesor, que parece sonreír disimuladamente.

 




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