Profesor

CP. 12 - PENITENCIA.

 

— Un beso. — Susurro mientras mis dedos se deslizan por mis labios.

— Pero eso no paso o ¿si?, no, no puede ser, deben ser imaginaciones, que tonta soy, Danielle reacciona. — Me digo cuando siento que golpean la puerta.

— ¿Si? — La puerta se abre dejándome ver a Alva.

— Danielle, mamá te está llamando.

— Ok.

 

« Comenzó mi penitencia. » Bajo las escaleras con mi mejor animo, encontrándome a mi madre sentada en el sofá.

 

— Danielle, que bueno que apareces mi amor tienes que ir a comprar esta lista de cosas al supermercado. — Tomo la lista resignada a mi destino.

— Me voy. — Tomo el dinero, mi celular y salgo camino al supermercado.

 

En el supermercado tomo un carrito para caminar por entre los pasillos buscando la lista que mi madre tan tiernamente había preparado para mi. Escojo cada verdura pensando en Gabriel y el beso que no abandona mi cabeza.

 

— Si sigo así voy a perder la razón. — Digo con una lechuga en mis manos.

— ¿Vas a perder la razón por la lechuga? — Pregunta Hazel a mi lado sobresaltándome.

— ¡Hazel! — Grito aun alterada.

— Lo siento, lo siento no quería asustarte.

— No, yo estoy sensible y no te vi aparecer.

— ¿Y como estás?

— Bien, ya solo me queda 1 año de estudios en el colegio para ser libre de elegir lo que yo quiera. — Sonrió sintiéndome nerviosa.

— ¡Super!… Gabriel me dijo que ayer hicieron una fiesta de disfraces. — Hazel no puede borrar la sonrisa de su rostro mientras yo siento a mi corazón dar una patada en mi pecho.

— ¿Si?

— Si y me dijo que tu estabas muy alegre, que incluso habían arreglado las cosas.

— ¿Si?, ah si. — Digo no recordando nada del episodio. « Que habré dicho, ¿de verdad todo se arreglo? Pero como, ¿que le dije y que me respondió él? »

 

Pongo la lechuga en mi carro y camino junto a Hazel por los pasillos.

 

— ¡Estas con él profesor!

— Si, pero tranquila él esta en el auto esperando. — Habla Hazel poniendo su mano en mi hombro.

— Ay, Danielle si no te gusta mi hermano tienes unas formas muy chistosas de demostrar lo contrario. — Habla Hazel poniendo mis nervios de punta.

 

Mientras busco el ultimo producto de mi lista antes de ir a las cajas, me siento perdida y abrumada por los sentimientos que llegan a colapsar parte de mi capacidad para mantener mi equilibrio emocional y no perder la cabeza al no recordar.

 

— Como él profesor te está esperando quizás deberías irte. — Digo al ver al profesor entrar en el supermercado mirando hacia todos lados.

— No, no pasa nada cuando le diga que me encontré contigo cualquier molestia se le va a pasar. —Hazel agita su mano restando importancia a mi comentario.

 

Por infinitos minutos siento que las emociones se amontonan en mi pecho provocándome una ansiedad terrible por hablar y al mismo tiempo no hacerlo.

 

— Hazel ¿no que solo ibas a comprar unas cosas… — Nos interrumpe de pronto él profesor haciendo que mi corazón se detenga y que Hazel a su vez se aparte de mi lado dejándolo verme.

 

Nuestros ojos chocan y mi cuerpo comienza a tiritar por la falta sorpresiva de calor que siento, intento en vano apartar mi vista hasta que Hazel carraspea llamando nuestra atención.

 

— Gabriel ¿no piensas saludar?

— Yo, Danielle hola.

— Hola.

— Danielle. — Susurra Gabriel sin apartar su vista de mi rostro que comienza a enrojecer y mis temblores a pasar.

— Bueno… yo voy por el helado para que puedan hablar un momento. — Hazel se pierde en los pasillos rápidamente antes de que alguien pueda decir algo.

— Danielle yo quería… — Interrumpo al profesor girándome hacia la góndola.

— Yo… yo no sé que paso. — Digo para que él profesor ponga su mano en mi brazo.

— ¿Como eso que no sabes que paso?.

— No me acuerdo. — Giro mi rostro quedando frente al del profesor que pareciera confundido.

— ¿No te acuerdas de nada, nada?.

— Solo recuerdo, haber estado en la fiesta con Jess y Felipe, pero nada más, no sé como llegue a mi casa. — Digo sintiendo la vergüenza a cada palabra.

— Danielle no, necesito que rec…

— Ya volví. — Habla Hazel llamando nuestra atención e interrumpiendo cualquier cosa que él profesor fuera a pronunciar.

 

Caminamos juntos hasta las cajas donde pague mis productos y por un segundo quise salir corriendo pero la mirada atenta del profesor sobre mi no me dejaba avanzar.

 

— Te llevamos Danielle. — Pronuncio él profesor en tono de orden llamando la atención de Hazel que golpeo ligeramente su costado.

— ¿Te llevamos Danielle? — Volvió a hablar él profesor para que yo negara con mi cabeza.




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