Profesor

CP. 17 - PÁNICO.

N/A MARATÓN 2/4 QUE LO DISFRUTEN :)

 

 

Xxxx: ¿Me extrañas?

Por un instante me siento emocionada para rápidamente contestar.

Yo: Si...

Xxxx: Ah, ya te acuerdas de mi, por fin.

Mi rostro pierde color al leer el mensaje para volver a contestar.

Yo: Me equivoque, eso no era para ti.

Xxxx: Danielle, me extrañas me lo acabas de decir.

Yo: Oye entiende que no era para ti, así que dejame en paz.

Desactivo mi celular para que seguido de esto suene una notificación que aun así abro para ver que está vez si es Gabriel.

Xxxxxxx: Danielle soy Gabriel, Hazel en 30 minutos ya no estará aquí, si quieres puedo pasar por ti. (Ayer se quedaron tus cosas dentro de mi auto)

Yo: Ok y no, no vengas por mi, mejor yo voy... si, me acorde anoche que mis cosas quedaron dentro de su auto.

Guardo el número de Gabriel en mi celular apresurándome a cambiar mi ropa y salir disparada de mi casa para llegar al encuentro de Gabriel donde no alcanzo a tocar el timbre cuando lo veo asomarse para abrirme la reja.

— Hola. — Hablo tímida recibiendo una sonrisa.

— Entremos. — Pide Gabriel poniendo su mano en mi hombro y guiándome hasta la entrada que conozco tan bien.

Una vez dentro Gabriel me observa de pies a cabeza.

— ¿Me seguirás llamando de usted hasta en mensajes?, Te creo en el colegio pero aquí y en tu celular...

Me siento avergonzada para negar con mi cabeza mientras Gabriel se acerca hacia mi.

— Dime Gabriel. — Pide poniendo su mano en mi brazo y jalándome más cerca de él.

— Vamos, cuando brincabas con Hazel, gritabas ¡Gabriel! — Gabriel simula gritos femeninos que hacen asomar mi sonrisa y las mariposas de mi estomago se activan.

— Gabriel. — Susurro para ver como este cierra sus ojos y habla por lo bajo.

— Dilo otra vez, por favor.

— Gabriel. — Susurro en su oído para luego alejarme mientras Gabriel sorprendido abre sus ojos.

De improviso atrapa mi cintura para acercame hasta su pecho y envolverme en sus brazos mientras se escucha como la reja se abre, Gabriel me suelta para mirar por la mirilla y de inmediato se gira hacia mi.

— Es Hazel.

— ¿¡Donde me escondo!?. — Mis ojos se abren con pánico para que por unos instantes él se quede en blanco.

Sin pensarlo más corro escaleras arriba e ingreso en su habitación. Mis ojos recorren su cuarto en perfecto orden, las repisas llenas de libros, un escritorio que da hacia la ventana y por un costado la cama con decoraciones varoniles y un perfecto olor que me hace pensar en Gabriel dormido bajo las cobijas.

— Que lindo. — Susurro sintiendo las voces de Gabriel y Hazel subiendo las escaleras.

— Hazel no hay nada tuyo en mi habitación.

— Gabriel, el otro día estuve ahí y estoy segura de que no me lo lleve.

— Pero Hazel. — Se queja Gabriel mientras escucho un golpe en la puerta.

— Gabriel, ¿Porque no quieres que pase?, ¿¡estas con alguien!?

Siento mi corazón latir desbocado y miro en todas direcciones un lugar donde esconderme.

— No, no estoy con nadie pero estoy seguro que ahí no está.

— Gabriel dejame mirar. — Insiste Hazel para que en un acto desesperado me meta en el armario.

Se escucha un forcejeo donde se abre la puerta de golpe.

— ¡Viste, si no hay nadie!. — Escucho la voz nerviosa de Gabriel.

— Gabriel ¿me quieres hacer tonta?, estabas con alguien, sino, no te habrías puesto así.

— No, no Hazel, no mires bajo la ca-ma... — Gabriel suena algo angustiado mientras yo siento el miedo en cada parte de mi cuerpo.

— Ves, si te dije que no hay nada. — Gabriel se escucha agradecido de que no este ahí.

— Gabriel, te voy a pillar.

— ¡Donde estés te voy a encontrar!. — Grita Hazel mientras comienzo a apretar los dientes sintiendo el pánico.

— No, Hazel ¿porque vas al baño? — Escucho a Gabriel a la distancia mientras siento el sudor bajar por mi frente y la desesperación apoderarse de mi. « Nos va a pillar, ¿que voy a decir?. »

Después de unos minutos de búsqueda incansable y sintiendo que a cada momento Hazel está a un paso de encontrarme, termina dándose por vencida para salir nuevamente de la casa mientras me debato si ya es buena idea salir del armario.

— ¿Danielle donde estás? — Empujo suavemente la puerta para que Gabriel mire con algo que distingo como asombro.

— ¿Como te metiste ahí? Es muy pequeño.

— No sé, supongo que el miedo me ayudo.— Digo estirando mis brazos y saliendo de aquel lugar.

Gabriel me ayuda a ponerme de pie mientras muerde su labio inferior.

— ¿Que? — Pregunto.

— Nada — Gabriel continua mordiendo su labio inferior mientras asoma una sonrisa.

— ¿Que pasa?

— Nada, es que yo también estaba asustado y pensé que estabas bajo la cama, como esas películas donde el amante se esconde bajo la cama.

Miro algo avergonzada a Gabriel que en un movimiento rápido besa mi mejilla, toma mi mano y me lleva hasta la cocina.




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