Profesor

CP. 23 - DESCONSUELO.

 

Meses después.

 

— ¿Y, cuando vas aceptar salir conmigo?. — Alex suplica con sus ojos mientras niego.

— Voy a estar ocupada estudiando para los exámenes de final del semestre.

— Danielle, ¿no quieres salir?

— No, no es eso, solo que de verdad tengo que estudiar porque no me ha ido muy bien este semestre.

— Danielle, casi se podría decir que eres la mejor alumna.

— Jajaja eso no es cierto Alex.

— Ok, ok pero cuando lo haremos.

— El viernes después de clases. — « Ese día Gabriel estará ocupado. »

— Ok pero no puedes decirme que después no puedes.

— Esta bien, no lo haré, ahora me voy porque llego tarde a mi casa, nos vemos.

 

Recorro los pasos que me quedan hasta llegar a mi hogar donde encuentro a Alva subiendo y bajando sus cejas repetidamente.

 

— Alex… — Menciona Alva.

— Es mi amigo.

— Si, claro y yo soy la reina de Inglaterra pobre muchacho, te ha rogado desde que llego y de eso ya van como 5 meses.

— Alva eres muy infantil.

— No vaya a ser que se te escape el pajarito.

— Nada va a escaparse de mi.

— Claro. — Alva se desaparece en la cocina mientras yo subo las escaleras hasta mi cuarto.

 

Entro en mi habitación poniendo el seguro a la puerta para luego tomar mi celular y marcar el numero de Gabriel iniciando una llamada.

 

— ¿Gabriel?

— Hola, ¿quién eres tu? — Sorprendida quito el celular de mi oído mirando en la pantalla que efectivamente es el número de Gabriel.

— Perdona pero ¿está Gabriel?.

— No, esta durmiendo. — La voz femenina se ríe para luego cortar la llamada.

 

«Me dijo que iría a ver a su madre. » Mi mente comienza a dar infinitas vueltas al instante que llegan los recuerdos de cuando todo esto estaba empezando y Denisse le dijo a Gabriel que esto no se quedaría así, inmediatamente llamo a Hazel.

 

— ¿Hazel?

— Danielle, hola ¿como estas?

— Hazel, ¿sabes donde esta Gabriel?

— ¿Como? No te dijo que iba a ir a ver a mi mamá.

— Si, pero lo acabo de llamar y una mujer contesto su celular diciendo que estaba dormido.

— ¿Pero como?

— Hazel por favor…

— Voy para allá ahora mismo.

— Hazel… — Digo nuevamente realmente desesperada.

— ¿Quieres venir?

— Sí, te lo agradecería.

— Pero no podrás asomarte.

— Lo sé pero quiero saber si esta bien.

— Ok, paso por ti en 5 minutos.

 

Rápidamente bajo las escaleras llegando al primer piso donde veo a Alva sentada en el sofá.

 

— Voy a salir con Hazel con un momento, vuelvo en seguida.

— Ok, yo le aviso a mamá.

 

Salgo disparada hacia la calle, viendo un auto rojo acercase a toda velocidad estacionándose a mi lado.

 

— Él celular de Gabriel suena apagado. — Habla Hazel apenas entro en el vehículo.

— Debe ser Denisse.

 

Hazel conduce rápido por entre las calles hasta llegar a un sector donde cada casa es más grande que la anterior, algo intimidada miro las farolas que no tardan en alumbrar las calles relucientes y verdes parques.

 

— Ahí es.— Indica Hazel con su dedo a una gran mansión al final del camino, donde equivale a mi casa por lo menos 5 veces y eso solamente el patio delantero si es que no más.

— Es mejor que esperes en el auto. — Hazel toma mi mano mientras siento como mi pulso llega a mi garganta.

 

El auto se detiene justo en la entrada del comunicador que está aprieta.

 

— ¿Quien es? — Pregunta la voz.

— Hazel Levine Britt.

— Señorita Hazel, por favor pase.

 

De inmediato suena un pito mientras la gran reja se abre dejando pasar el auto. Llegamos a la entrada donde ella se baja del vehículo ingresando a la casa. «No puedo quedarme aquí. » Inquieta y viendo que nadie salia, abro la puerta para bajarme y recorrer por fuera la propiedad.

Al cabo de unos pasos veo por la ventana un gran salón adornado con fina decoración. Intrigada sigo mi recorrido hasta llegar a una ventana que distingo como la de una habitación, me paro de puntitas para ver un par de pies al final de la cama.

De pronto la puerta se abre asustándome mientras caigo de golpe al suelo, rápido vuelvo a ponerme de pie intentando alcanzar a ver como Hazel toma del brazo a Denisse, mientras Gabriel se levanta de la cama quitando a Hazel de Denisse.

 

— ¡Eres una perra!. — Grita Hazel con rabia.

— Gabriel y yo solo hacíamos lo que toda la gente hace, el amor.

 

Siento como un balde de agua fría recorre mi sistema al tiempo que Gabriel mira hacia la ventana haciendo contacto con mis ojos.

 

Hazel gira su vista hacia la ventana viéndome al igual que Gabriel, rápida me alejo de la ventana y corro todo el camino de vuelta hasta la gran reja donde no puedo salir. «Tengo que salir de aquí. » Mientras siento amenazantes deseos de llorar a mares ya mismo, llega una gran limusina negra.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.