Profesor

CP. 26 - ALEX.

 

 

Caminamos hasta mi casa donde efectivamente para mi ventaja mi madre se fue de compras con la madre de Alex.

 

— Siéntense, traeré jugo.

 

En la cocina tomo los vasos y el jugo de naranja, además de unos pastelillos que Alva guardaba con celo en la cocina. «Tendré que comprar una bolsa nueva antes de que se de cuenta. »

Una vez acomodada comencé a hablar sin detenerme más que para recibir una que otra mirada de asombro y consternación.

 

— Como has podido quedarte callada tanto tiempo. — Jess sigue con sus ojos bien abiertos.

— ¿Es importante de verdad, Danielle? — Pregunta Felipe.

— Es muy importante, no saben cuanto creo que eso me ayudo a quedarme callada. — Digo mientras mis ojos amenazan con llorar.

— Pero ahora ya no importa, haberlo encontrado con Denisse quiere decir que...

— Nada Danielle, no quiere decir nada porque nunca escuchaste lo que él tenia que decir, si yo encontrara a Felipe en una situación como la tuya, le cortaba la descendencia de un tirón pero se nota que él profe no es así.

— ¿Que clase de confianza es esa?,¿Han tenido sexo? — Pregunta Felipe mientras Jess golpea su brazo y mis mejillas estallan de rojo.

— Pero que clase de preguntas son esas.

— Danielle, aunque no lo creas es importante, cuando un hombre quiere de verdad, tarda en tener relaciones sexuales con la otra persona sobre todo si ella es menor y sin experiencia.

 

Tapo mis oídos e intento pensar en otra cosa pero no puedo y de inmediato mi cuerpo comienza a tomar temperatura.

 

— Le va a dar algo. — Jess se pone de pie y toca mi frente.

— Creo que tiene fiebre. — Le dice a Felipe mientras abro mis ojos.

— No quiero hablar de eso, mejor voy por más jugo.

En la cocina bebo un gran vaso de agua seguido de llevar más jugo a mis amigos.

— ¿Entonces ya terminaron? — Pregunta Jess.

— No lo sé, yo creo que si. — Admito.

— Pero y entonces ¿que quería cuando te dijo que esperaras en la sala? — Pregunta Felipe.

— Quiere que hablemos, pero no sé si quiero escuchar lo que va a decirme, ¿que pasa si me dice que lo nuestro fue solo un juego? y que se ira con Denisse, no sé si pueda soportarlo.

— ¿Y que pasa con Alex? — Interviene Felipe.

— ¿Como que pasa con él?

— Es que a él se le nota que tu le interesas.

— No, Felipe ¿como crees?, solo somos amigos.

— Danielle, lo que te dijo afuera de la sala no se notaba en tono de amistad, eran celos.

— Eso es verdad Danielle, te dijo y cito textual "Te gusta ese viejo" — Yo al principio no entendía bien el asunto pero después me di cuenta que se refería al profesor.

— Yo creo que él solo siguió lo que ustedes estaban haciendo pero nada más, él nunca me ha dicho nada y no quiero pensar mal de él.

— Ok, pero no te engañes porque para mi esos eran celos y de los más puros. — Dice Felipe llevando el vaso a sus labios.

 

Me quedo unos minutos pensando hasta que la puerta de mi casa se abre dejando entrar a Dante y su amigo que entran riéndose.

 

— Hola, estaremos arriba. — Indica Dante apenas verme para subir la escalera junto a su visita.

— Hola, ok.

— Que grande está Dante. — Menciona Jess.

— Si, grande y mal educado.

— Es normal. — Interviene Felipe.

— Ya nosotros nos vamos antes de que se ponga a llover. — Jess toma la mano de Felipe haciéndome volver a la realidad.

— ¿Oye y ustedes?, no pueden irse no me han contado como es que se dio lo de ustedes y porque no me habían dicho nada.

— Eso Danielle, será para otra ocasión, mira que la lluvia se larga en cualquier momento y quiero llegar seco a mi casa. — Felipe toma la cintura de Jess que se sonroja.

— Pero no es justo.— Reclamo.

— Solo puedo decir que tu ayudaste mucho. — Felipe guiña un ojo para mi haciendo aflorar mi sonrisa.

— Un día deberíamos salir los 4. — Dice Jess emocionada.

— Cuando encuentre a alguien les avisare. — Respondo desanimada.

— Si lo tienes, escuchalo y quizás las cosas se arreglen. — Felipe estira su mano estrechando la mia.

 

Acompaño a mis amigos hasta la puerta donde me despido de ellos y me voy directo a mi habitación. « Quizás Felipe tenga razón. » Miro mi celular unos segundos, hasta que desvió mi vista hacia los cuadernos. «Ya dije que hablaría con él el viernes, no puedo ser tan ansiosa.»

 

— Alex... — Susurro recordando la salida.

— Puede ser que ya no quiera salir.

 

Paso el día repasando para las pruebas que ya comienzan la próxima semana, me queda tan poco para decidir que hacer con mi existencia que siento el ansia y el temor apoderarse a momentos de mi, luego de una cena ligera y conversaciones de familia sobre el viaje de negocios que realizara mi padre abandono la mesa para ir hasta mi habitación y sumergirme en los contenidos que Internet tiene para mi. Videos de gatos, música en los animales, uno que otro youtuber de moda, etc. Hasta la hora de dormir donde las cobijas me abrigan cayendo en el sueño.




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